Tres semanas después de la fuerte derrota del oficialismo en las elecciones constituyentes, el Presidente Boric realizó un discurso marcado por su llamado a la unidad del país, con gestos a la oposición y las FFAA y Carabineros y dejó claro que está abierto a hacer importantes concesiones para sacar adelante su programa de reformas en un escenario político adverso. La invitación a acuerdos, que incluyó una autocrítica respecto de la Convención Constituyente, es el gesto más importante de La Moneda desde la derrota electoral del 7-M.

El programa ya no es sagrado. Durante todo su discurso no habló de la defensa de su programa, un tema muy sensible para el FA-PC. Boric, en cambio, dijo lo siguiente: “Si alguien me pregunta, ¿estas constataciones (políticas) los ha hecho modificar sus principios? Mi respuesta es NO: seguimos convencidos de la necesidad de avanzar”. Pero más tarde, dado el realismo político que se ha instalado en el comité político y en parte del Segundo Piso, sostuvo que sus prioridades las ha cambiado y que lo seguirá haciendo: “Hemos reordenado nuestras prioridades y lo seguiremos haciendo”. Para entonces Boric ya se había referido a la seguridad y el funcionamiento de la economía, entre otras cosas.

Acuerdos con grandes concesiones. Junto con abrirse a la reorientación de su programa, con una hoja de ruta distinta a la que llegó al poder, Boric hizo importantes gestos para llegar a acuerdos en las grandes reformas de su administración, como la tributaria y la previsional. Esta vez, sin votos en el Congreso, sugirió que está dispuesto a hacer grandes concesiones en el Parlamento para aprobarlas. “Todos y repito, todos, tendremos que ceder, aceptar fórmulas híbridas, acuerdos sub óptimos, y no descansar ni levantarse de la mesa hasta encontrar un acuerdo”.

Gestos a Piñera y Chile Vamos. Una de las tónicas del discurso del Presidente fue hacer un reconocimiento a los gobiernos anteriores, tanto de la Concertación como de Chile Vamos, al mismo tiempo en que apelaba a la unidad de las fuerzas políticas para sacar adelante proyectos. Al hablar del Ministerio de la Mujer, por ejemplo, mencionó positivamente a Isabel Plá y Carolina Schmidt, ministras de Piñera. Al referirse a la construcción de viviendas durante su gobierno, dijo que era parte de un plan del gobierno anterior y otros. También elogió a sus antecesores al hablar de integración latinoamericana. Esa posición está en línea con el tono conciliador institucional que prevaleció en su discurso. En todo caso, el reconocimiento a Piñera y el papel de Chile Vamos como oposición se da en momentos en que Republicanos ha tomado el liderazgo de la derecha con un tono opositor más marcado. En el gobierno una prioridad es buscar acuerdos con Chile Vamos en el Congreso, donde la bancada de Republicanos no tiene mayor peso, para sacar reformas.

El CAE y la nueva estrategia para sacar adelante la reforma tributaria. Boric anunció que en julio ingresará nuevamente la reforma tributaria a través del Senado. Todo apunta a que habrá grandes concesiones del gobierno. Pero, de todas formas, el Presidente se dejó un arma política y comunicacional: vincular proyectos clave para la población con la aprobación de la reforma. El Presidente, por ejemplo, se hizo eco de la presión del FA-PC y mantuvo su compromiso para condonar la deuda del CAE y la deuda histórica a los profesores, pero señaló que nada de aquello se logrará sin haberse aprobado antes el proyecto.

Agenda de seguridad, la prioridad. El Presidente sostuvo que la primera prioridad del gobierno es la lucha contra la delincuencia, tal como indican los chilenos en todas las encuestas, y realizó anuncios en esta materia, como el transferir recursos a la Subsecretaría de Desarrollo Regional para “demoler todos los memoriales narco”. Boric, que pagó un alto costo en sus primeros meses a partir de la agenda de orden público, anunció medidas contra los narcofunerales. “En el caso de los funerales, en donde las bancadas atemorizan y paralizan a las comunidades, presentaremos un proyecto de ley para restringir estas prácticas, limitando los días de velorio y el recorrido de los cortejos, entre otras medidas”. En sintonía con su discurso institucional y conciliador también hizo varias referencias elogiosas a las FFAA y Carabineros, a las cuales les agradeció su labor en temas de seguridad contra la violencia en la Macrozona Sur y el resguardo de las fronteras. La seguridad fue el tema en el que, por lejos, más se explayó en su discurso.

Las señales por la conmemoración de los 50 años del Golpe. El miércoles respondió en duros términos al concejero Luis Silva por señalar que Pinochet fue un estadista. Hoy, Boric dio señales más conciliadoras, pero para algunos aún no está claro el derrotero que tomará. “Pienso que esta conmemoración nos debe ayudar a superar los tiempos de miedos y de odios, los cuales llevan -como chilenos lo sabemos bien- a caminos de división, violencia y un porfiado negacionismo”, señaló, en línea con el discurso que ha levantado el ex Presidente Lagos y otras figuras de la centroizquierda y la centroderecha. En su discurso también habló de una “condena histórica transversal a las atrocidades del pasado, sostenga el valor universal de los derechos humanos y la importancia de la democracia”.

Mensaje a su base de apoyo y la alusión a Elisa Loncon. Boric se ha mantenido durante semanas en torno al 30% de aprobación en las encuestas. Se trata de su base de apoyo, que equivale a poco más del 25,7% que obtuvo en la primera vuelta. Así, aunque el eje de su mensaje apuntó sobre todo a llegar a consensos con sus adversarios políticos, lo que supone acuerdos “subótimos” para sus reformas, como señaló, también hizo gestos al sector que lo apoya. Al comenzar su mensaje se refirió a la defensa de las diversidades, a enfrentar con firmeza la homofobia y “no relativizar los crímenes del pasado”, en una alusión indirecta a Pinochet. Para algunos su defensa a Elisa Loncon y Fabiola Campillay transitó en la misma línea.

Fuerte defensa de su gestión. Uno de los mayores déficits que se atribuyen al actual gobierno, no solo por parte de la oposición, es respecto de su gestión. En su discurso Boric buscó combatir esa percepción señalando que él recibió un país con fuertes problemas de seguridad, inmigración e inflación. Nunca aludió en tono crítico a Piñera, aunque cuando estuvo más cerca fue en la agenda migratoria.

Autocrítica por Convención Constituyente. “Visto en retrospectiva, debimos haber sido más firmes ante las señales de alerta, promoviendo y exigiendo mayor diálogo y consenso transversal tanto dentro de la Convención, como respecto de ella con la sociedad”, señaló el Presidente, al abordar lo ocurrido en la Convención Constitucional (no se refirió a la derrota del 7M). Sobre el proceso para escribir una nueva Constitución, que podría llegar a convertirse en su principal legado si llega a firmarla, dijo lo siguiente: “No queremos una Constitución partisana, sino una Constitución incluyente que acoja el libre juego democrático, que promueva los acuerdos, que acelere las decisiones para no seguir postergando reformas que para la ciudadanía son urgentes”.

Con TPP, pero pese al gobierno. Dio cuenta del acuerdo con la UE y el TPP11, dos temas que marcaron la agenda de la ex canciller Urrejola y probablemente su salida. El Presidente se dirigió a su base de apoyo, pero también a quienes defienden el acuerdo transpacífico, liderados por Marcel. “Pese a que dese el gobierno tuvimos reparos por todos conocidos respetamos como corresponde en democracia la voluntad expresada en el congreso nacional de hacernos plena parte del CPTPP”.

Macrozona Sur: “Actos terroristas”. Boric habló de la comisión presidencial para la paz y el entendimiento, que se anunció en noviembre y aún no comienza su funcionamiento para catastrar tierras ancestrales reclamadas. Pero también endureció el tono frente a la violencia en la Macrozona Sur: “Debemos reconocer que en los últimos tres meses hemos vivido un recrudecimiento de la violencia y actos terroristas”.

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