A lo largo de los tiempos, las historias, películas y novelas sobre extraterrestres o civilizaciones alienígenas han proliferado sin parar. Sin embargo, en el mundo real aún no se ha detectado ninguna señal que provenga de otra civilización que no sea la humana.

Ni siquiera la NASA ha descubierto ovnis, aunque ya ha diseñado una hoja de ruta para investigar estos fenómenos. De hecho, son muchas las teorías de por qué aún no se han encontrado restos de otras civilizaciones.

Una, por ejemplo, defiende que no son tan inteligentes. Otra que sí lo son pero se encuentran como los humanos: en plena búsqueda. Y así hasta dos teorías más. Sin embargo, hay otra teoría, la del zoológico, que explicaría que los extraterrestres existen pero que no se ponen en contacto con los humanos porque no quieren.

Esta idea fue desarrollada por el radioastrónomo del MIT John Ball. Esta fue desarrollada en 1973, como afirma la revista de dicha universidad de Massachusetts. Según dicha hipótesis, los extraterrestres no querrían ponerse en contacto con la Tierra o, más bien, estarían evitando establecer cualquier tipo de señal.

Dicha teoría podría responder a la paradoja de Fermi, que consiste en la contradicción entre que exista vida en el universo y la falta de evidencia de que exista a la vez. Así que la teoría del zoológico explicaría que los extraterrestres están ahí fuera, pero no quieren establecer comunicación con la Tierra.

Quizás los alienígenas preferirían observar la vida desde su sistema, o tener razones éticas para no intervenir en nuestro mundo. La teoría del zoológico también contempla que la Tierra sea un experimento de dichos extraterrestres, y ellos observan cuáles son los movimientos de la humanidad como civilización.

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