La Organización Mundial de la Salud clasificó hoy la cepa del coronavirus EG.5, o eris, que circula en Estados Unidos y China como “variante de interés”, pero afirmó que no parece suponer una amenaza mayor para la salud pública que otras.
La nueva variante es la más prevalente en Estados Unidos. Según las últimas estimaciones ha estado detrás de los repuntes del virus en todo el país y está causando más del 17% de los nuevos casos de covid-19, también se ha detectado en China, Corea del Sur, Japón y Canadá, entre otros países.
“En conjunto, las pruebas disponibles no sugieren que EG.5. presente riesgos adicionales para la salud pública en relación con los otros linajes descendientes de Omicron que circulan actualmente”, afirmó la OMS en una evaluación de riesgos.
“Sigue existiendo el riesgo de que aparezca una variante más peligrosa que podría causar un aumento repentino de casos y muertes”, dijo el director general de la institución, Tedros Adhanom Ghebreyesus, y añadió que era necesaria una evaluación más exhaustiva del riesgo planteado por EG.5.
El COVID-19 ha matado a más de 6,9 millones de personas en todo el mundo, con más de 768 millones de casos confirmados desde la aparición del virus. La OMS declaró el brote pandémico en marzo de 2020 y puso fin al estado de emergencia mundial para el COVID-19 en mayo de este año.
Nueva variante, mayor transmisibilidad
La EG.5 no es una nueva cepa del coronavirus sino un derivado de la variante omicrón y representa otro ajuste incremental del virus. Maria Van Kerkhove, responsable técnica de la OMS sobre COVID-19, dijo que EG.5 tenía una mayor transmisibilidad, pero no era más grave que otras variantes de omicrón.
“No detectamos un cambio en la gravedad de EG.5 en comparación con otros sublinajes de omicrón que han estado en circulación desde finales de 2021″, dijo.
El director general de la OMS deploró que muchos países no estén notificando los datos de COVID-19 a la OMS, e informó que solo el 11% había reportado hospitalizaciones e ingresos en UCI relacionados con el virus.
En respuesta, la OMS emitió una serie de recomendaciones permanentes para COVID, en las que instaba a los países a seguir notificando los datos de COVID, en particular los de mortalidad y morbilidad, y a seguir ofreciendo la vacunación.
Van Kerkhove afirmó que la ausencia de datos de muchos países estaba obstaculizando los esfuerzos de lucha contra el virus.
“Hace aproximadamente un año, estábamos en una situación mucho mejor para anticiparnos o actuar o ser más ágiles”, dijo. “Y ahora el retraso en nuestra capacidad para hacerlo es cada vez mayor. Y nuestra capacidad para hacerlo está disminuyendo”
Repunte de hospitalizaciones por Covid
Las hospitalizaciones por COVID-19 han aumentado en Estados Unidos desde principios de julio, en un ciclo similar al experimentado en los tres veranos anteriores.
Aún faltan meses para que una versión actualizada de la vacuna contra la enfermedad esté disponible, por lo que este repunte de hospitalizaciones podría ser inquietante, pero el número de pacientes es mucho menor que antes.
En la semana pasada se registraron 9.056 hospitalizaciones por COVID-19, un aumento del 12% respecto a la semana anterior. Pero está muy lejos de picos anteriores, como las 44.000 hospitalizaciones semanales de principios de enero, las casi 45.000 de finales de julio de 2022 o los 150.000 ingresos durante la oleada provocada por la variante ómicron de enero de 2022.
“Está aumentando un poco, pero no es algo de lo que tengamos que preocuparnos”, afirmó el doctor David Dowdy, epidemiólogo de enfermedades infecciosas de la Escuela de Salud Pública Bloomberg de la Universidad Johns Hopkins.
Es probable que las infecciones también estén aumentando, pero hay pocos datos. Las autoridades federales pusieron fin a la emergencia de salud pública en mayo, por lo que los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés) y muchos estados ya no registran el número de resultados positivos de las pruebas.
Agencias Reuters y AP
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