Dos coches bomba que explotaron en una zona comercial y financiera del norte de Quito, sin dejar víctimas ni heridos, volvieron a poner la atención en el aumento de la violencia en Ecuador, que sufrió el asesinato de un candidato presidencial a pocos días de las recientes elecciones.
Uno de los vehículos explotó la madrugada del jueves afuera de una de las oficinas del Servicio Nacional de Atención a Personas Privadas de Libertad, frente a una universidad. El otro estalló la noche del miércoles en otra zona cercana donde anteriormente funcionaba la misma institución de control del sistema penitenciario, informó la policía.
Los hechos estarían relacionados con «varios traslados de privados de libertad» que se realizaron la víspera, declaró a la prensa el director de investigación antidrogas de la policía, Pablo Ramírez.
Los aprehendidos, de nacionalidad ecuatoriana y colombiana, tenían antecedentes por extorsión, robo y asesinato. Tres de ellos ya habían sido detenidos 15 días atrás, sin embargo, fueron liberados con medidas sustitutivas, indicó la autoridad policial.
Entre los restos de las explosiones se encontraron cilindros de gas, combustible, mechas lentas y tacos de dinamita, precisó Ramírez. La zona permanece acordonada.
El alcalde de Quito, Pabel Muñoz, dijo al canal Teleamazonas que las explosiones estarían vinculadas con «acciones de seguridad que está tomando el gobierno». Agregó que los antecedentes de los detenidos evidencian «la necesidad de que la justicia actúe de manera rápida, proba y con contundencia».
«No vamos a ceder paso, que sea la paz, la calma y la seguridad la que vaya imperando en los ciudadanos», enfatizó.
Los ecuatorianos están asediados por la violencia que las autoridades adjudican a enfrentamientos entre bandas que se disputan rutas y territorios para el expendio y distribución de drogas.
Los hechos de violencia han ocurrido principalmente en ciudades costeras como Guayaquil y Esmeraldas, consideradas las más peligrosas del país.
La víspera, en Esmeraldas, seis vehículos de la prefectura fueron incinerados luego de que, según la versión oficial, varios hombres irrumpieron en un taller donde los rociaron con combustible y les lanzaron explosivos.
Pero el caso que más impacto causó fue el crimen del candidato Fernando Villavicencio cuando salía de un mitin de campaña en un colegio en Quito. Villavicencio fue baleado al subir a un automóvil pese a tener custodia policial. Durante el resto de la campaña algunos postulantes optaron por presentarse en actos públicos con chalecos antibala.
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