“El dictador Ortega insultó ayer a Carabineros de Chile. Instruí al canciller que presente una protesta. La reputación de nuestras instituciones se defiende siempre” afirmó esta mañana el Presidente Boric refiriéndose a las declaraciones de Daniel Ortega respecto de Chile, haciendo un paralelo entre la policía de Nicaragua y el rol de Carabineros de Chile.

Hay que decirlo: una respuesta contundente y directa por parte del Presidente Boric, que responden a una posición que a lo largo del tiempo, en lo que respecta a Nicaragua, ha sido inalterable. No una, sino varias veces el Presidente Boric se ha distanciado del régimen nicaragüense, denunciando el despojo de la nacionalidad de cientos de personas, la violación sistemática de derechos humanos o la situación de los presos políticos.

Ortega y su partido, el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), han consolidado su poder a través de elecciones cuestionadas, la violación sistemática de los derechos humanos y el debilitamiento de las instituciones democráticas. El control absoluto del ejecutivo y legislativo ha permitido la represión de la oposición política y la limitación de la libertad de prensa. En los últimos años, las protestas pacíficas han sido reprimidas brutalmente, resultando en la detención arbitraria de opositores y la persecución de voces disidentes, incluyendo, a dirigentes de izquierda que en el pasado apoyaban a Ortega.

Lamentablemente, en el concierto político chileno no hay unanimidad en la condena al régimen sanguinario de Ortega. “Son los propios pueblos quienes deben resolver sus conflictos, sin injerencia extranjera” afirmó en una declaración el Partido Comunista en 2021. “Yo le recomendaría al gobierno que se preocupe de las problemáticas que hay en el país” agregaba Daniel Jadue este año en respaldo a Ortega. “Gran reunión con el compañero Presidente Daniel Ortega! Nuestra América Latina avanza a paso firme” escribía la ahora Diputada Karol Cariola, subiendo una foto abrazada de Ortega.

Ojalá que la correcta posición del Presidente Boric en esta materia, pueda ganar espacio al interior de su propia coalición. Ojalá que las palabras y emplazamientos se traduzcan en decisiones concretas a nivel local e internacional, sobre la presión que hay que ejercer sobre el régimen nicaragüense. Ojalá que esa misma posición, se extienda sobre los regímenes dictatoriales de Cuba y Venezuela, donde el Partido Comunista también tiene una posición divergente a la que tiene el Presidente.

La triste realidad ilustra un oscuro panorama en el que los derechos humanos en Nicaragua son sistemáticamente violados, con un gobierno que muestra un desprecio preocupante por la democracia y la libertad. Es motivo de orgullo que nuestro Presidente asuma un rol de liderazgo en la condena a este régimen y esté dispuesto a confrontar a Ortega en la arena internacional, incluso a contramano de lo que piensan sus propios aliados.

/escrito por Cristián Valenzuela para La Tercera

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