A partir de este 1 de mayo comienza a funcionar la restricción vehicular permanente en la Región Metropolitana, y por primera vez este año el perímetro de la restricción se amplió más allá del Anillo de Américo Vespucio.
Así lo anunciaron este jueves los ministros del Medio Ambiente, Maisa Rojas, y de Transportes y Telecomunicaciones, Juan Carlos Muñoz, junto con la delegada presidencial metropolitana, Constanza Martínez, y la superintendenta del Medio Ambiente, Marie Claude Plumer, quienes dieron a conocer esta nueva medida hoy dando inicio oficialmente al Plan de Gestión de Episodios Críticos (GEC) 2023 de la RM.
Según explicó el ministro Muñoz, este plan “es parte de este esfuerzo importante que tenemos que hacer todos para mejorar los niveles de contaminación que se presentan en esta ciudad”. El sistema de transporte, sostuvo, es responsable de un 39% de las emisiones locales.
“La mitad de ellos son emisiones que salen de los tubos de escape de los vehículos, y la otra mitad tiene que ver con el polvo en suspensión que levantan los vehículos en movimiento”, detalló.
En ese sentido, anunció la autoridad, este año han extendido el espacio geográfico en el cual van a estar afecto los vehículos con restricción vehicular, la cual exige que cada día el 20% de los vehículos deje de circular de acuerdo a su placa patente.
“Históricamente la restricción vehicular era solamente al interior del anillo Américo Vespucio, y este año por primera vez vamos a extender el área en la cual los vehículos están afectos a la restricción vehicular a toda la provincia de Santiago, es decir sus 32 comunas, más San Bernardo y Puente Alto”, informó.
Hay que recordar que esta restricción afecta a los vehículos catalíticos inscritos hasta el año 2011 y motos inscritas hasta el 2010. En Santiago hay 2 millones de vehículos aproximadamente, y con esta restricción se trabaja sobre los 200 mil vehículos más antiguos, es decir, aquellos que su tecnología es más antigua y por lo tanto contaminan más.
Con esta ampliación del área, detalló el titular de la cartera de Transportes, esperan contribuir a que las emisiones en Santiago sean menores, y al mismo tiempo, incentivar una renovación vehicular y al uso del transporte público y la bicicleta, que son más sustentables.
El periodo que opera la restricción vehicular permanente es entre los meses de mayo a agosto, y la multa que se expone una persona que conduce un vehículo que está afecto a una restricción es entre 1 y 1,5 UTM, es decir, entre 60 y 90 mil pesos.
En esta línea, el ministro Muñoz recordó que la fiscalización que realizan de los vehículos en esta materia no es solo presencial mediante carabineros en las calles, sino que también es a través de cámaras.
“Hemos dispuesto ya 430 cámaras a lo largo de toda la ciudad, y las cámaras son las que fiscalizan principalmente: el año pasado se cursaron 92 mil multas, y 99 de cada 100 fueron tomadas a través de cámaras”, añadió.
Por su parte la ministra del Medio Ambiente destacó que este 2023 corresponde también revisar el plan de Prevención y Descontaminación de la RM.
“El plan es del 2017 y corresponde comenzar a revisarlo. Todos los planes de descontaminación se deben revisar cada 5 años” explicó. “Hay que evaluar si las medidas han contribuido a su objetivo, que es la disminución del material particulado de 10 micrones y de 2.5, que es el que hace un daño significativo a la salud”.
El plan, detalló, lo van a revisar con participación ciudadana temprana para ver qué nuevas medidas se pueden implementar par así continuar disminuyendo la contaminación.
En cuanto a la fiscalización de establecimientos industriales durante este período de gestión de episodios críticos, la superintendenta del Medio Ambiente destacó que la industria “representa cerca del 15% de las emisiones en la Región Metropolitana”.
“Para el año 2022 se han identificado cerca de 22 industrias que estarían en una condición de eventual de paralización, número que puede bajar en el caso que acrediten o verifiquen el cumplimiento ante la Superintendencia del Medioambiente”, sostuvo Marie Claude Plumer.
“Lo importante acá es el cumplimiento ambiental, el periodo de gestión de episodios críticos representa un periodo de condiciones especiales asociado a meteorología y condiciones naturales que obligan tomar medidas preventivas importantes para reducir el riesgo de la salud de las personas”, añadió.
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