Un tribunal de Rusia condenó este miércoles a ocho años y medio de cárcel a la periodista Marina Ovsyannikova, quien en marzo de 2022 interrumpió un programa en directo para denunciar la invasión a Ucrania, por “difundir noticias falsas” sobre las Fuerzas Armadas rusas.

El tribunal indicó que la periodista deberá cumplir su pena “en una colonia correccional de régimen general”, al tiempo que le prohibió durante cuatro años “participar en actividades relacionadas con la administración de páginas web de redes de información y telecomunicación”.

Manifestó que la periodista publicó en julio de 2022 videos y fotografías que contenían “información falsa” sobre las acciones de los militares rusos en el marco de la invasión de Ucrania, desatada en febrero de 2022 por orden del presidente, Vladimir Putin, según la agencia de noticias TASS.

Las autoridades rusas emitieron en octubre de 2022 una orden de busca y captura contra la periodista, quien huyó del país cuando se encontraba bajo arresto domiciliario. Tras ello, confirmó que había escapado y sostuvo que era “completamente inocente”.

Ovsyannikova había sido multada en varias ocasiones por sus actos, supuestamente contrarios al Ejército ruso. La periodista, que trabajaba para el Canal 1, interrumpió el 14 de marzo de 2022 las emisiones con una pancarta protestando contra la invasión, a pesar de la prohibición del Kremlin a los periodistas de referirse como una “guerra” a lo que las autoridades rusas denominan como “operación especial”.

Por ello, fue condenada a una multa de 30.000 rublos (255 euros) por “organizar un acto público sin autorización”. Asimismo, tras una investigación al respecto, fue despedida de la cadena y posteriormente se confirmó que había empezado a trabajar para el diario alemán Die Welt.

En su huida contó con la ayuda de Reporteros sin Fronteras (RSF), con sede en Francia, que utilizó siete vehículos diferentes y cruzó la frontera a pie, adentrándose en un bosque por la noche.

“Tuvimos que guiarnos por las estrellas y fue un verdadero reto”, declaró en una rueda de prensa en la sede de RSF en París.

“Nos escondíamos de las luces de los guardias fronterizos y de los tractores que circulaban, pero finalmente lo conseguimos y llegamos a la frontera”.

Esta mujer de 44 años, madre de dos hijos, que había estado bajo arresto domiciliario y tuvo que cortar un brazalete electrónico durante su huida, dijo que se había resistido a abandonar Rusia.

“Seguía siendo mi país, aunque criminales de guerra hayan tomado el poder, pero no me dieron opción: era la cárcel o la emigración”, afirmó.

“Por supuesto que temo por mi vida. Cada vez que hablo con mis amigos en Rusia, me dicen: ‘¿Qué prefieres, Novichok, pollonium o un accidente de coche?”, dijo, refiriéndose a los diferentes métodos de asesinato supuestamente utilizados por los servicios de seguridad rusos.

Ovsyannikova se enfrentó a las críticas de algunos sectores por haber apoyado la propaganda estatal antes de su protesta.

Admitió que fue cómplice a sabiendas durante años, pero que escondió la cabeza en la arena, “refugiándose en la vida cotidiana de amigos y familiares”, y que sólo la “enorme conmoción” de la guerra la hizo entrar en acción.

Tras su primera protesta en televisión, se trasladó a Alemania, pero regresó al cabo de tres meses y protagonizó una protesta en solitario cerca del Kremlin, con un cartel en el que se leía “Putin es un asesino”, que condujo a su detención.

(Con información de Europa Press AFP)

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