Cuando se haga el balance de los temas económicos que marcaron 2022, seguramente una variable que estará presente en todos los recuentos será la elevada inflación que estuvo presente buena parte del año. De hecho, el IPC de 1% que se registró en noviembre hizo que la inflación anual se acelerara desde el 12,8% hasta una variación de 13,3% y llevó a que la expectativa para el cierre de año se asiente en niveles sobre el 13%.
Si bien el Banco Central proyectó que a fines de 2023 los precios finalicen en 3,6%, el mercado está menos optimista, puesto que esperan que cierre entre 4% y 5%. No obstante, dada la reaceleración que tuvieron los precios en noviembre se reabrió el debate sobre qué tan persistente será la inflación y cuándo volverá nuevamente a estar bajo los dos dígitos.
Ante esta pregunta, los economistas coinciden en que dada la sorpresa de noviembre es probable que durante el primer trimestre de 2023 los registros inflacionarios se mantengan en dos dígitos.
De esta manera, la visión mayoritaria es que el IPC retorne a cifras de un dígito entre abril y mayo. La última vez que la economía mostró cifras de ese nivel fue en marzo de 2022 con una variación de 9,4%. De allí en más solo hubo alzas hasta alcanzar un peak de 14,1% en agosto.
La trayectoria esperada por los expertos para el primer trimestre es de una lenta disminución. La mayoría de los consultados espera que en promedio el primer trimestre este entre 12% y 11,2%. Asimismo, se prevé que en marzo la inflación anual se ubique en torno al 10%, iniciando la ruta hacia los registros de un solo dígito.
Felipe Alarcón, economista de Euroamerica, prevé un IPC de 0,5% para enero, de 0,3% para febrero y de 1% para marzo. Asimismo, en términos anuales proyecta que la evolución sería, 11,8%, 11,9% y 10,9% respectivamente.
Francisca Pérez, economista de Bci, afirma que “en promedio esperamos que la inflación sea de 11,6%. Así enero tendrá un registro de 11,8% (0,5%), febrero 11,9% (0,3%) y marzo con 10,9% (1%)”.
Para los economistas, los productos que seguirán presionando al alza son los servicios, alimentos, y al alza los bienes. El economista jefe de STF Capital, Sergio Godoy, señala que “los alimentos que van a seguir presionando al alza. Sin embargo, energía y los bienes durables deberían presionar a la baja, lo que explica por traspaso del tipo de cambio a precios internos”.
Pérez sostiene ve que para la primera parte del año hay más riesgos al alza. Uno de ellos será el traspaso del aumento del IVA en algunos servicios, “si estos serán traspasados de manera paulatina o de golpe, nuestras estimaciones la incluyen en un periodo de 4 meses”. Asimismo, dice que “alimentos, bebidas alcohólicas y tabaco, vestuario y calzado, servicio doméstico, salud, recreación y cultura, educación, restaurantes y hoteles, incidirá al alza.
Como contrapartida, la economista menciona que “los productos a la baja serán gasolina, paquete turístico, transporte aéreo, gas licuado, comunicaciones, incidirán en promedio a la baja”.
Entre abril y mayo
La visión mayoritaria es que las variaciones interanuales del IPC vuelvan a estar en un dígito ya hacia el segundo trimestre. Así, los economistas fijan que podría ser entre abril o mayo.
El académico de la universidad de Chile, Alejandro Alarcón, ve una lenta disminución durante el primer trimestre, pero prevé que ya hacia mediados del segundo trimestre, las variaciones serían de un dígito. Mientras que Nathan Pincheira, economista jefe de Fynsa dice que “existe una probabilidad de que veamos aquello en abril, aunque más seguro en mayo”.
Pérez enfatiza que “entre abril y mayo ya debería ubicarse bajo el 10% y que desde junio comenzará a bajar rápidamente para ubicarse en 4,4% en diciembre”. Godoy se inclina por abril y Felipe Alarcón lo ve entre abril y mayo.
Una posición distinta entrega Carolina Molinare, economista del Observatorio del Contexto Económico de la Universidad Diego Portales (OCEC-UDP) menciona que “ya para finales del segundo trimestre de 2023 debiese encontrarse por debajo de los dos dígitos”.
Baja de la tasa de interés: no todavía
¿En qué momento el Banco Central podría iniciar la baja en la Tasa de Política Monetaria? Esa es la segunda pregunta que ronda entre los expertos. Esto porque el ente rector ha señalado que el proceso de reducción de la tasa de interés no comenzará hasta que haya señales concretas de que la inflación comenzará a ceder de manera constante. Y como ya el mercado espera que eso se produzca entre abril y mayo, ahora el camino estaría más claro para el ente rector.
Con eso zanjado, algunas expectativas apuntan a que el BC pueda comenzar a bajar la tasa de interés en abril, mientras que otros son un poco más cautos y prevén que lo haga durante el tercer trimestre.
Felipe Alarcón comenta que el Banco Central puede actuar en la reunión de abril con un recorte que podría ser de 75 puntos base. Misma opinión entrega Molinare, quien plantea que “el BC puede comenzar a bajar la tasa de interés en abril con una magnitud de 50 puntos base y continuar con ritmos más acelerados en las siguientes reuniones”. Godoy se suma a estas voces, ya que también espera que sea en abril la primera baja.
En una posición más distante se sitúa Pincheira quien apunta a que “el Central tiene claro que la inflación interanual se va a moderar el próximo año, pero los datos mensuales también van a ser importantes, sumado al resto de desequilibrios macro. Por ello, creemos que el central comenzaría a bajar la tasa durante el tercer trimestre de 2023″.
Lo mismo Pérez, quien comenta que “nuestras expectativas es que lo haga durante el segundo trimestre de 2023″, aunque precisa que estará condicionado a los datos que vayan apareciendo. “El BC necesita ver que la cuenta corriente baje significativamente y para abril sólo tendrá un dato más, y en junio tendrá otro. Además, creemos que cuando comience con los recortes, estos serán de magnitudes importantes (al menos 75pb), y observando el corredor presentado por el BC”. Por ello, para la economista “abril pareciera estar casi descartado”.
El dólar como factor
La divisa norteamericana le ha dado un cierto respiro a la economía local. Esto porque en la jornada de este miércoles tuvo una caída de $2,2 en relación al martes y se cotizó en $863,5. Para los economistas, el comportamiento que tenga la divisa será condicionante para determinar la velocidad en que la inflación se desacelera.
Para Godoy, “el fortalecimiento del peso o caída del tipo de cambio es fundamental para que la inflación caiga el próximo año de manera rápida, como está implícito en las expectativas. Si esto no ocurre va a tomar más tiempo para que la inflación se acerque al techo de la meta, lo que, sin embargo, esperamos que ocurra no antes del primer trimestre del 2024″.
Alarcón añade que “la apreciación de la moneda local colabora con la reducción de los precios de bienes importados, muy presentes en la canasta IPC, partiendo por los combustibles”.
Y Pincheira asevera que “el fortalecimiento del peso sería una ayuda, sin duda, especialmente por el lado de combustibles. Adicionalmente, sumado a la disminución de la demanda, menores costos asociados a un dólar más débil favorecerían a que el traspaso a consumidores sea más rápido”.
Para Pérez “para tenga impactos sobre los precios, tienen que pasar entre 3-6 semanas para ver sus efectos, por lo que, si se mantiene en los actuales niveles, podríamos ver algo de menor inflación en un par de meses. De todas formas, hay algunos productores que necesitan recuperar margen y el traspaso podría ser más lento o casi nulo”.
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