El próximo 18 de diciembre, el Banco Central (BC) publicará su último Informe de Política Monetaria (Ipom) del año. Y en ese análisis los economistas esperan que el ente rector ratifique el escenario que ya se viene anticipando desde octubre. Una actividad que crece más cerca de 2% que del 2,5%, con una inversión que seguirá en terreno negativo y un consumo con una expansión en torno al 2%.
En el Ipom de septiembre, el ente rector proyectó un rango de 2,25% a 2,75% y ahora, en este informe, el BC debe entregar una proyección puntual. En ese escenario, los expertos en su mayoría prevén un ajuste a la baja y las proyecciones están entre 2,1% y 2,3%.
Si bien el Ministerio de Hacienda recortó su proyección para este año pasando de 2,6% a 2,4%, esta fue considerada optimista y eso, según los expertos, deberá quedar reflejado con la estimación que entregue el instituto emisor.
“En base a los datos de los últimos meses, las expectativas de crecimiento se han ido centrando en torno a 2,2% para este año. Es muy probable que el BC coincida con esa proyección, la que además calza con el magro crecimiento potencial de la economía y que muy probablemente impacte también al inicio del próximo año”, afirma el economista jefe de Grupo Security, Felipe Jaque.
Valentina Apablaza, economista del OCEC-UDP menciona que “en términos de actividad económica, esperamos que el Banco Central ajuste su proyección de crecimiento para el año 2024 a la baja, ubicando su estimación en torno a un 2,3%. Esta cifra sería menor al valor central actual de 2,5% y menor también a lo esperado por Hacienda, quedando más alineado con las expectativas actuales de mercado”.
Para las variables de la demanda interna, las perspectivas se mantienen bastante débiles y eso es lo que el BC debería ratificar. En septiembre, el BC fijó que la inversión caería 0,8%, mientras que el consumo subiría 2%. Ambas cifras esperan que se corrijan a la baja a un nivel de -1% para la inversión y 1,9% para el consumo.
Otro de los cambios que los economistas esperan que deje este Ipom es una mayor inflación para este 2024, pasando del 4,5% esperado en septiembre a un nivel entre 4,6% y 4,9%.
Los expertos afirman que, si bien la demanda está lenta, hay factores puntuales y otros de oferta que han llevado a que los precios se mantengan en niveles altos por un mayor tiempo.
Sobre este punto, Jaque sostiene que “las últimas cifras de inflación nos llevan a esperar una inflación de cierre del año en torno al 4,7%, lo que podría aún tener un sesgo al alza. Para 2025, tampoco vemos un ajuste importante en la proyección de cierre, la que se mantendría en el actual 3,6%”. El economista explica que “es relevante mencionar que, en esta variable, se ha ido confirmando la expectativa del BC de un shock significativo de las tarifas eléctricas, mientras los efectos de segunda vuelta eran algo más acotados”.
Apablaza acota que es “necesario que el Banco Central ajuste su proyección al alza acercándose a 5% anual”. Pavel Castillo, economista y gerente de Intelligence en Corpa tiene como escenario base un 4,8%. Lo mismo espera Flores y Nathan Pincheira, economista jefe de Fynsa, dice que el BC debería subirla a 4,7%, misma estimación que tiene Fernández.
Política monetaria
Un día antes de presentar el Ipom, el BC tendrá su Reunión de Política Monetaria (RPM) de diciembre. Si bien los economistas mantienen la visión de que en el Banco Central evaluará dos opciones, hay un porcentaje mayoritario que espera un recorte y otras voces que esperan una mantención. Y, por lo mismo, esperan que en el Ipom se entregue un mensaje de mayor cautela en cuanto a las próximas reducciones de la tasa de interés.
Francisca Pérez, economista de Bci, sostiene que espera que el mensaje del BC apunte a que “seguirá una política monetaria más lenta, para ver qué es lo que ocurre con el escenario externo, que es el principal riesgo inflacionario. Llegará a una tasa de interés a 4% a fines de 2025, pero a un ritmo más pausado y muy data dependiente”.
Castillo apunta que “esperamos que el BC entregue un mensaje de que seguirá la senda de ajuste de la TPM con un ritmo acotado, pero sostenido para llegar a valores neutrales de tasa, con fuerte énfasis en observar lo que sucede en el escenario internacional y sus efectos sobre el tipo de cambio y la actividad económica”.
Para Fernández, el mensaje del BC “debería ser de mucha cautela y condicionar cualquier movimiento en la TPM al escenario externo e interno previo a cada reunión. Si bien hay, en principio, espacio para seguir bajando la TPM, probablemente el piso está en 4,5% y la velocidad de convergencia a ese nivel seguramente será lento por un escenario adverso en inflación”.
Asimismo, Jaque comenta que “esta combinación de algún sesgo a la baja en crecimiento, mientras se mantiene la presión sobre la convergencia de la inflación a la meta, requerirá una reducción más cauta de la Tasa de Política Monetaria en los próximos meses”.
Apablaza indica que “esperamos que el discurso del BC muestre una postura más cautelosa, por el surgimiento de nuevas presiones inflacionarias para el año 2025, especialmente provenientes del sector externo”. Por ello, acota que “el Banco Central optará por pausar el recorte de tasas en la primera reunión de 2025, esperando un contexto donde se tenga mayor certidumbre respecto al escenario inflacionario”.
El factor Trump
Para el próximo año, la mayoría de los economistas consultados dice que el BC mantendrá la proyección de crecimiento del PIB entre 1,5% y 2,5% a la espera de cómo se vayan materializando las políticas que podría impulsar el nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Esto, porque por ahora, puede haber fuerzas contrapuestas para la economía mundial y, por cierto, para Chile.
Una de ellas es Francisca Pérez: “Según las políticas que quiere implementar, podría haber un mayor crecimiento de EEUU el próximo año, pero luego debería caer, debido a las políticas económicas que son más bien restrictivas. China también se vería afectado con un menor crecimiento potencial, ya es difícil que vuelva al 5%, incluso podría estar más cerca del 4% hacia adelante”.
Una visión similar entrega el economista de LyD, Tomás Flores, quien sostiene que “la rebaja de impuestos de Trump acelerará el crecimiento mundial mientras que nuevos aranceles generan el efecto inverso. Creo es muy relevante lo de China ya que, si crece menos de 4% el próximo año, se observarán menores precios de commodities”.
Fernández comenta que “habrá que ir viendo luego del 20 de enero qué hace Trump en la práctica. Hay espacio para que el escenario mejore, pero también para que empeore. De lo único que podemos estar seguros es que habrá bastante incertidumbre especialmente en la primera mitad cuando se irán definiendo las incógnitas existentes”.
Pavel Castillo, economista y gerente de Intelligence en Corpa, argumenta que “el alza que han tenido las bolsas globales creo que son reflejo de la valoración que existe por la victoria de Trump y su visión sobre aumentar el liderazgo de EE. UU y la optimización del gasto del Estado. Sin embargo, el escenario internacional puede presentar nuevamente grandes niveles de incertidumbres si crecen las tensiones bélicas o posibles conflictos comerciales con China”.
/psg