Los ejecutivos y miembros de las juntas directivas de SpaceX y Tesla expresaron su preocupación por una supuesta adicción de Elon Musk, según una investigación del Wall Street Journal.
El comportamiento errático y cuestionado del superempresario -que a menudo ha sido vinculado con sus niveles de estrés o falta de sueño por ser el responsable de grandes empresas como X, Tesla o SpaceX- se debería a su consumo de drogas. Esto, preocupa a los empleados, ejecutivos y miembros de las juntas directivas de sus compañías por las implicancias negativas que podría traer a sus negocios, según una nueva investigación de The Wall Street Journal.
El consumo de drogas por parte del multimillonario Musk en fiestas privadas, en las que los asistentes están obligados a firmar un acuerdo de confidencialidad, incluye ketamina, LSD, cocaína, hongos alucinógenos y éxtasis, según personas familiarizadas con el asunto. Esto se ha convertido en la principal preocupación de varias personas que mantienen a flote las empresas del magnate, quienes temen que esto dañe su salud o, en su defecto, sus negocios, de acuerdo a un extenso reporte del medio estadounidense.
Musk, que ha comentado en público que fuma marihuana, podría poner en peligro los miles de millones de dólares que generan los contratos gubernamentales con SpaceX, su empresa que desarrolla los programas espaciales de Estados Unidos, dado que el uso de drogas ilegales supone una violación de las políticas federales.
Y fue precisamente durante un evento de SpaceX para desarrollar el prototipo del Big Falcon Rocket en el que Musk actuó en el escenario «sin sentido», «desquiciado» y dio «vergüenza ajena» recientemente, según consideró un ejecutivo de la compañía, al punto que Gwynne Shotwell, presidenta de la empresa, tuvo que relevarlo y ocuparse del resto de la reunión.
Las acciones inusuales de Musk, que incluyen desde comentarios hasta llegadas de una hora tarde a reuniones clave, ya habían despertado preocupación en el pasado.
Según personas familiarizadas con la situación, Linda Johnson Rice, exdirectora de Tesla, «se sintió tan frustrada con el comportamiento volátil de Musk y sus preocupaciones sobre su consumo de drogas que no se presentó a la reelección para la junta directiva de la compañía de automóviles eléctricos en 2019», indicó The Wall Street Journal.
La preocupación generalizada provocó inclusive que el actual presidente de Tesla, Robyn Denholm, haya acudido a Kimbal Musk, el hermano de Elon y miembro de la junta de Tesla y quien fue miembro de la de Space X, en busca de ayuda.
Tras la publicación del artículo, Musk aseguró en su cuenta de X que después de haber fumado marihuana en un programa en vivo con Joe Rogan, que le causó problemas con la NASA por sus contratos con SpaceX, «acepté la petición de la NASA de realizar 3 años de pruebas de drogas aleatorias. No se encontraron ni rastros de drogas o alcohol», posteó el magnate.
En otra publicación en su red social, indicó que los medios de comunicación «no van a parar hasta destruir X». En la misma línea, Alex Spiro, un abogado del magnate, dijo que Musk «es sometido a pruebas de detección de drogas de forma regular y aleatoria en SpaceX y nunca ha dado positivo en una prueba».
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