La sorpresa que generó el IPC de diciembre de -0,5% y que llevó a que la inflación cerrará el año pasado con un alza de 3,9% está abriendo un debate entre los economistas sobre la magnitud de la próxima baja que deberá hacer el Banco Central en la próxima reunión fijada para el 30 y 31 de enero.
Esta reunión será además la primera en la que podría estará Claudio Soto, el nominado por parte de Hacienda para integrar el Banco Central. Su nombre será votado por la sala del Senado la próxima semana y por ello, se espera que puede ser parte del consejo para esta reunión.
Si bien una vez conocido el dato de IPC, el lunes pasado, las expectativas ya anticipaban un recorte mayor de al menos de 75 puntos base (pb) ahora esa magnitud es el piso que esperan los economistas. Hoy la TPM se sitúa en 8,25%.
Entre los argumentos que mencionan es que la inflación ya va en retirada donde incluso se anticipa que ya podría estar en 3% antes que termine el primer semestre. A ello se suma que después de la reunión de enero, la próxima instancia será a principios de abril, por lo que habrán pasado dos meses sin movimientos de tasas. Eso podría implicar un riesgo si los registros inflacionarios de enero y febrero son bajos.
Ante esta posibilidad y dado que las condiciones macroeconómicas anticipan una probabilidad cierta de que la inflación esté contenida, los expertos esperan una acción monetaria más agresiva.
El expresidente del Banco Central y actual decano de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile, José De Gregorio, recomienda que el instituto emisor la recorte de manera fuerte.
“Al Banco Central no le queda otra que ser muy agresivo a fines de este mes si quiere ponerse al día, porque si no van a pasar dos meses mirando datos que probablemente confirmen este panorama”, expresó en radio Infinita. Dado este escenario, el economista aseveró que “si yo estuviera ahí, estaría pensando en un recorte de 2 puntos por lo menos (200 puntos base). Una tasa de 6,25% con una economía plana desde noviembre de 2021, nuestra economía no ha crecido nada”.
Una posición similar, pero algo menos agresiva es la que tiene como escenario base Natalia Aránguiz, socia y gerente de Estudios en Aurea Group, quien tiene como probabilidad un recorte entre 125 a 150 puntos base. “El Banco Central ha realizado un gran trabajo en materia inflacionaria y, en consecuencia, no se justifica que las tasas continúen en estos niveles”, sostiene.
Sobre, la visión entregada por el expresidente del BC, Aránguiz dice que, si bien “el razonamiento es acertado, sería prudente observar al menos uno o dos meses más los datos inflacionarios de Chile y de Estados Unidos como para adoptar medidas tan drásticas, porque no debemos olvidar los efectos en nuestro tipo de cambio. Además, las consecuencias de lo que está ocurriendo en el Mar Rojo aún son incipientes”.
Para Patricio Rojas, economista socio de Rojas y Asociados, no hay dobles lecturas: el BC tiene que actuar de manera fuerte. “Hay que considerar que es bastante probable que la tasa de inflación durante el segundo trimestre de este año ya esté bajo el 3%, y además hay una alta probabilidad de que la inflación termine el año por debajo del 3%. Por lo tanto, debiese moverse bastante agresivo en la reunión de enero”.
Por ello, Rojas argumenta “el Banco Central debiese moverse entre 100 y 150 puntos en esta reunión de enero, fundamentalmente porque los meses de febrero y marzo no tiene reuniones, y va a tener que esperar hasta abril para el siguiente movimiento”.
En 100 puntos espera que sea la baja en la tasa de interés el coordinador Macroeconómico de Clapes –UC, Hermann González. “Espero que el recorte no sea inferior a 100 puntos base. La sorpresa fue muy significativa también para el BC que a falta de un dato proyectó que la inflación terminaría el año en 4,5%, seis décimas por sobre el cierre efectivo de 3,9%. Esto sin duda debería impactar la estrategia de corto plazo de la política monetaria”.
En ese sentido, el experto sostuvo que “la TPM está en un nivel altamente contractivo, que no se condice con una inflación que podría estar en la meta en marzo, por lo tanto, es necesario acelerar el ritmo de recortes, para evitar impactos mayores sobre la actividad y un descenso de la inflación más allá de lo necesario”. González subraya que “la TPM se ubica en niveles fuertemente contractivos, pero la inflación está cerca de converger a la meta, lo que abre espacios para recortes más agresivos de tasas”.
Ese mismo ajuste es el que espera Felipe Alarcón, economista asesor de Euroamerica. » Si no hay grandes cambios de aquí a fin de mes, el BC debiese recortar 100 puntos base”. No obstante, aseveró que “no me parece prudente hacer recortes de gran magnitud dada la debilidad que ha mostrado el peso chileno desde que partió el proceso de normalización de la TPM”.
Al economista de Gemines consultores, Alejandro Fernández, no le parece prudente bajar la TPM en 200 pb ahora, aunque dice que comparte la visión en que la TPM debe llegar a su nivel neutral antes de fin de año. “Para el 31 de enero lo razonable es bajarla en 100 pb y reevaluar el 2 de abril y en mayo. En estas dos reuniones se puede considerar bajar la tasa más de 100 pb. Uno de los argumentos en contra es la extrema debilidad del peso que puede retroalimentar la inflación”, subraya.
El economista jefe de Bci, Sergio Lehmann, también tiene como escenario base un recorte de 100 puntos base. “La construcción la política monetaria tiene que ser más cauta y cuidadosa, precisamente, porque a veces pueden surgir eventos en el camino que de alguna manera lleven a algún cambio de escenario, y por ello, la cautela es siempre una mirada que los bancos centrales tienen”.
En parte conservadora de las expectativas se sitúa el subgerente de Macroeconomía de Inversiones Security, César Guzmán, quien señaló que “nuestra expectativa es que el Banco Central recorte nuevamente en 75pb la TPM en la reunión de enero, y que a fin de año se ubique en 4,5%”.
El factor Soto
Es probable que el nominado por Hacienda para integrar el consejo del Banco Central, Claudio Soto, alcance a integrarse al ente rector para la reunión de política monetaria de fin de mes. Esto porque la sala del Senado votará su designación el próximo martes. El nombre de Soto llega a esa instancia con un amplio respaldo de las coaliciones políticas, por lo que es prácticamente un hecho de que se aprobará.
Por ello, los expertos comienzan a leer e interpretar cuál será la postura que adoptará Soto en el consejo.
En este contexto, Rojas plantea que en las opiniones que ha expresado anteriormente en su rol de economista jefe del banco Santander “tuvo una posición de que el Banco Central tenía que ir apurando las bajas de tasas, por lo tanto, mi impresión es que debiese estar relativamente de acuerdo de que el Banco Central debiese moverse más agresivo en la reunión de fines de enero”.
Visión similar entrega Lehmann: “En sus miradas públicas ha planteado que habría espacio para recortes más rápidos de los que ha ido mostrando el Banco Central. Ahora, eso es perfectamente coherente, y yo creo que en esa línea no debería haber una diferencia mayor con un recorte de 100 puntos base hacia el 31 de enero”.
González menciona que “en un contexto en que las decisiones de política monetaria se toman de forma colegiada y con base en argumentos técnicos, no espero que este cambio incida particularmente en la decisión que tomará el Consejo a fin de mes”.
No obstante, sostiene que “supongo que la visión de Claudio (Soto) sobre la política monetaria es similar a la que tiene Pablo García, por lo que no cabría esperar cambios significativos en la conducción de la política monetaria. En mi opinión, es positivo que esto sea así”.
Y Aránguiz añade que “Claudio Soto es un gran economista, ex Banco Central y experto en política monetaria, pero no me atrevería a predecir cuál será su posición en las reuniones de política monetaria”.
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