El limón es una fruta compuesta principalmente por agua, aunque destaca por su alto contenido en vitamina C y B6 y por contener minerales como el calcio, el hierro, el magnesio y el potasio. Además, es una gran fuente de fibra y es un alimento bajo en calorías, por lo que es una gran aliado a la hora de perder peso. Sin embargo, al consumirse en cantidades muy bajas, su aporte nutricional apenas es perceptible.

No obstante, el limón se ha utilizado en la medicina desde la antigüedad y hay numerosos estudios científicos que sustentan sus bondades. Por ejemplo, su cáscara contiene componentes que ayudan a reducir los niveles de colesterol en la sangre y en el hígado, debido a que tiene hesperidina, que es una flavonoide.

Asimismo, esta fruta es un reconocido antiséptico natural que ayuda a desinfectar las heridas de la piel y el acné y a aliviar los dolores de garganta. El limón también aumenta las defensas antimicrobianas, por lo que protege la flora intestinal, evita la proliferación de microorganismos dañinos y reduce el riesgo de infecciones.

Ayuda a las enfermedades oxidativas

Pero no solo son estos los beneficios del limón, ya que también es perfecto para reducir las inflamaciones del organismo. Si se consume agua de limón entre cuatro y cinco veces a la semana, se evidenciará el cambio, a la vez que se disminuye la acidez del cuerpo y el ácido úrico, en especial en las articulaciones, que es lo que causa la inflamación y el dolor en las células y tejidos.

Por otro lado, también se ha demostrado que el agua de limón favorece la asimilación de alimentos y el metabolismo, específicamente de las grasas, gracias a los flavonoides, que estimulan la función del ácido clorhídrico en el estómago, encargado del proceso de descomposición de los alimentos.

| Tomar agua de limón entre 4 y 5 veces a la semana reduce las inflamaciones del cuerpo

De hecho, los flavonoides que contiene el zumo de limón son antioxidantes, algo muy interesante para enfermedades con origen oxidativo como las isquemias, retinopatías, el envejecimiento celular, la diabetes tipo 2 e, incluso, algunos tipos de cáncer. Al ser inhibidores de la neuroinflamación, los flavonoides se asocian también a la mejora del desarrollo cognitivo y la memoria, así como a la prevención del alzéimer y el párkinson.

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