El ministro de Hacienda, Mario Marcel, fue consultado la mañana de este martes sobre la polémica compra de 22 autos de lujo que realizó la Corte Suprema, y cuyo costo total de inversión supera los $1.200 millones.
«Yo tengo un vehículo del 2015 y todavía funciona bien»
«El Poder Judicial en la ejecución de su presupuesto es autónomo del Gobierno. El Gobierno no resuelve qué autos se compran ni cuándo se hace», comenzó señalando la autoridad.
«Por supuesto que lo que ha sido conocido estos días es una decisión autónoma del Poder Judicial y de la corporación administrativa», insistió la autoridad.
A pesar de recalcar que «no tengo mucho más que señalar al respecto», aprovechó la ocasión de «hacer un contraste» con su propia realidad
«Yo en mi caso tengo un vehículo del 2015 con 260 mil kilómetros recorridos y todavía funciona bien», señaló, con un toque de humor.
Finalmente, reiteró que el ministerio de Hacienda «no aprueba ni autoriza decisiones de esta naturaleza en el caso del Poder Judicial por ser una institución autónoma».
«Yo no participé en esa decisión»
Una de las ministras de la Corte Suprema, Gloria Ana Chevesich, prefirió no manifestarse sobre la polémica, aludiendo a que el Pleno del máximo tribunal «se va a reunir prontamente para tomar decisiones sobre la materia».
«Yo no participé en esa decisión», respondió, luego, al ser consultada si es que se justificaba la compra de los vehículos.
¿Por qué la Corte Suprema compró estos autos de lujo?
La Corte Suprema aprobó la compra de 22 autos de la marca Lexus para ser usados por 21 ministros y un Fiscal Judicial.
Según informó La Tercera, el modelo de auto adquirido es el ES300h, el que está listado desde $56.990.000, con un costo total de inversión de $1.253 millones.
La compra fue aprobada con 11 votos a favor y dos en contra, correspondiendo estos últimos al presidente de la Corte, Ricardo Blanco, y la ministra Andrea Muñoz.
Quienes cuestionaron la inversión, señalaron al medio citado que les parecía una compra más bien desproporcionada y que se trataba de vehículos de alta gama que serían considerados «como un lujo».
El diario consignó que esta renovación de vehículos se autoriza cuando el auto ya tiene más de ocho años de antigüedad. Esto, ya que el año 2014 se decidió comprar un Toyota Camry.
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