La capacidad de crecimiento de la economía chilena ha venido perdiendo fuerza desde hace ya varios años. Durante la última década (2014-2023), el PIB del país registra una expansión promedio de 2%, muy por debajo del 4,8% anotado en el perÍodo 2004-2013. Ese deterioro ha repercutido en el crecimiento potencial que tiene Chile actualmente.
El PIB potencial se puede definir como el nivel de producción de una economía que no genera cambios o presiones inflacionarias. En el mediano plazo, el PIB potencial permite determinar el ritmo de crecimiento sostenible de un país.
Un análisis del Observatorio del Contexto Económico de la Universidad Diego Portales (OCED-UDP) comparó las proyecciones del PIB potencial de los países que integran la Ocde, con el que muestra Chile.
Lo primero que mencionan es que para analizar las proyecciones del PIB potencial se utiliza la base de datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Ocde) de octubre de 2023, toda vez que la base de datos del Banco Mundial solo incluye datos hasta 2021.
Los resultados de esta comparación muestran que Chile tiene una proyección de PIB potencial promedio para los años 2023 a 2025 que se ubica por debajo de la de 19 países del grupo, con una expansión de sólo 1,6%. Esa lista la encabeza Israel con 3,9%, seguido por Irlanda con 3%, Lituania con 2,8% e Islandia con 2,7%.
Asimismo, si se incluyen los 38 países de la Ocde, el promedio entre 2023 y 2025 es de 1,8%, por lo que de nuevo el de Chile es inferior a él.
Esta cifra de PIB potencial chileno que calcula la Ocde es menor a la estimación del PIB tendencial de 1,9% que tiene el Banco Central de Chile para el período 2024-2033 y de 2,3% para el PIB tendencial no minero proyectado por el comité de expertos que convoca el Ministerio de Hacienda.
El economista senior del OCDE-UDP, Juan Ortiz, sostiene que “es esperable que un país en vías de desarrollo (como Chile) presente tasas de crecimiento del PIB potencial y efectivo, superiores a las de un pais desarrollado”. Sin embargo, dice que “para el periodo de 2013 a 2021 el crecimiento potencial anual promedio de Chile fue de 2,4%, mientras que, en contraste, el de Estonia creció 3,1%, Islandia 2,7%, Irlanda 6,2%, Israel 3,5%, Corea del Sur 2,7%, Letonia 2,5%, Lituania 3,1%, Nueva Zelanda 3,0% y República Checa 2,4%”.
Al respecto, en el análisis que hace el OCEC-UDP, ahondan en que “los países que cuentan con un mayor nivel de desarrollo poseen tasas de crecimiento económico relativamente menores que aquellos países que poseen un menor nivel de desarrollo, por lo que, en el largo plazo, el ingreso per cápita de los países tendería a igualarse”.
Uno de las factores que explican este bajo nivel de crecimiento potencial, es la baja productividad que tiene la economía chilena. De acuerdo al informe, al comparar la contabilidad de crecimiento de economías a partir de la base de datos del PIB potencial del Banco Mundial, para países desarrollados con un crecimiento del PIB potencial mayor al de Chile se obtienen diferencias importantes, toda vez que Chile es el único país donde se estima que el crecimiento promedio anual de la Productividad Total de Factores entre 2013 y 2021, fue negativo.
De hecho, al mirar las cifras de productividad que ha calculado el propio comité de expertos del PIB tendencial, se muestra una trayectoria descendente. Si para 2014-2018 estimó un incremento promedio anual de la productividad de 0,7%, en agosto pasado proyectó para el período 2022-2026 una variación promedio de -0,2%.
“El crecimiento tendencial de la economía se ajusta a la baja. Las perspectivas de mediano plazo alejan el crecimiento del umbral de 3% anual, cifra que apenas unos años atrás era considerada mediocre. Hoy por hoy, sería una cifra para celebrar”, comenta Ortiz.
Se aleja del desarrollo
Una de las principales consecuencias que trae consigo un bajo crecimiento potencial de la economía, es que se aleja la posibilidad de que el país logre alcanzar los ingresos de una nación desarrollada.
Según Ortiz, “en la primera década de este siglo, con un crecimiento del PIB en torno al 5% previo a la crisis subprime de 2008 y 2009, se esperaba que Chile llegara a ser un país desarrollado para el año 2025 aproximadamente. Sin embargo, los hechos muestran que llegar a ser una nación desarrollada es un trabajo de largo aliento”. En ese sentido, añade que “Chile tiene la capacidad para el mediano plazo, de lograr niveles de PIB per cápita -en paridad de poder de compra- similares a países de Europa del Este, no obstante, para lograr este objetivo es fundamental potenciar el crecimiento de la Productividad Total de Factores, con el fin de lograr un crecimiento potencial mas cercano al 3%”.
El economista advierte que “en el caso que el país no logre encauzar reformas que potencien el crecimiento potencial, especialmente con reformas de índole microeconómica, el objetivo de lograr ser un país desarrollado se postergará por décadas”.
/psg