Contra todo pronóstico y cuando parecía que no había trabas para que los autos eléctricos alcanzaran en poco tiempo su victoria definitiva, los mercados -siempre tan impredecibles- han devuelto un panorama que se aleja de ese escenario. El enfriamiento del consumo de los vehículos verdes se ha vuelto una tendencia global, de la que Chile no es ajeno.
Las ventas de autos eléctricos, que venían creciendo fuertemente en el país hasta el año pasado, se desplomaron en los dos primeros meses de 2024. Esto -dicen en la industria- producto de la falta de incentivos para los compradores y la mayor inclinación por automóviles híbridos, más baratos que los completamente eléctricos.
Según la Asociación Nacional Automotriz de Chile (ANAC), entre enero y febrero de 2024 se comercializaron 144 autos eléctricos en el país, una fuerte baja de 61,5% anual. Un volumen que, además, representó solo el 0,3% del mercado total de vehículos colocados en ese lapso. Todo un contraste con un 2023 récord, en el que se comercializaron 1.588 unidades eléctricas, un alza del 22,6% anual.
Pero esto traspasa las barreras de Chile. Las ventas también muestran claros signos de desaceleración tanto en Estados Unidos como en Europa, en un marco de incertezas sobre las capacidades de las redes de carga y también las idas y vueltas respecto del tan esperado fin de la producción de vehículos alimentados por combustibles fósiles para 2035 en la Unión Europea, donde los combustibles sintéticos neutros en carbono empiezan a posicionarse como una alternativa viable para eludir tal prohibición.
En diciembre, las ventas de autos eléctricos cayeron en Europa por primera vez desde abril de 2020. Ello, arrastrado por una fuerte baja en Alemania -que representa alrededor de la mitad del mercado europeo- tras el cese de los incentivos estatales. Ahora bien, en enero pasado volvió a subir la comercialización de los vehículos eléctricos en el viejo continente, pero la demanda sigue estando mucho más lenta de lo que se preveía hasta hace poco. Según Bloomberg, el crecimiento en Europa durante 2024 será de solo 5%.
Con esto, es probable que no se alcance el objetivo de 15 millones de vehículos eléctricos en las carreteras alemanas para 2030. De momento, solo circulan un millón. Lo mismo ocurre con Estados Unidos, donde Joe Biden apostaba por un 67% de vehículos eléctricos en 2030, pero hoy solo representa el 7% del parque automovilístico estadounidense.
Es que si bien la potencia norteamericana alcanzó un récord de 1,2 millones de coches eléctricos en 2023, las estimaciones para 2024 no siguen la misma tendencia: para lograr los objetivos normativos propuestos, las ventas deberían multiplicarse casi por diez en ocho años.
La situación preocupa a los fabricantes automotores y a los productores de litio -como Chile-, clave para el desarrollo de las baterías.
El nuevo escenario viene a opacar lo logrado en año anteriores, cuando el mundo vendió 14 millones de autos eléctricos -según Statista- en 2023, superando los 10 millones de 2022. Sin embargo, ahora la estimación de Bloomberg lanzada a mediados del año pasado de llegar a 100 millones de vehículos eléctricos en 2026 y a más de 700 millones en 2040 parece cuesta arriba.
Todo esto, pese a la «guerra» de precios iniciado hace un año, con una China que no ha cesado su fabricación, inundando los mercados con autos eléctricos más baratos y obligando a los demás fabricantes del mundo a adaptarse. Sin embargo, pareciera que los valores siguen demasiado altos, siendo la variable más obvia para explicar el enfriamiento del consumo.
A ello también se suman otras variables, como la dificultad que ha mostrado la industria para ofrecer modelos innovadores o lo complejo que ha sido respetar las promesas de la electromovilidad que hablaban de la simplicidad de una recarga doméstica, con menos costos de funcionamiento e incluso ventajas como la posibilidad de aportar energía a un hogar en caso de cortes. La implementación real ha tendido a ser bastante distinta a las promociones.
China, a pesar de tener una enorme oferta de vehículos eléctricos, tampoco ha logrado esquivar la ralentización de la demanda. La producción de vehículos ecológicos en el país asiático aumentaría en unos cinco millones de unidades a 2025, según cálculos de Bernstein Research recogidos por The Wall Street Journal. El problema, es que la venta ha ido disminuyendo, por lo que se prevé que el mercado pueda asumir solo 3,7 millones, generando un exceso de stock evidente.
Golpe económico para Chile
«La venta de automóviles eléctricos está creciendo menos rápido», sostuvo Marcos Singer, director MBA UC. Una situación que está impactando en el precio del litio, cuyo precio ha ido en constante declive en el último tiempo. Además, entre los expertos, también preocupa las repercusiones que pueda tener esto en el precio del cobre.
«La economía chilena se verá muy afectada, porque los autos eléctricos consumen como cuatro veces más cobre que los autos normales. Además, requieren una infraestructura eléctrica, de carga y de almacenamiento. Esto iba o habría disparado la demanda de cobre en el mundo y también por el litio», agregó Singer.
Por su parte, Carlos Smith, economista del Centro de Investigación de Empresa y Sociedad (CIES) UDD, comentó que «la menor demanda (de autos eléctricos) a nivel mundial, ha golpeado al litio, como parte importante de la fabricación de autos. Incluso el cobre también se ha visto de alguna manera perjudicada en términos de las expectativas de crecimiento. Se esperaba una demanda de litio y cobre que no va a ser tal».
Además, el académico advierte sobre otra consecuencia, y es en la generación de empleo. Smith explica que, al haber menor demanda de estos minerales, las empresas tendrán que rebajar costos, lo que acabaría disminuyendo «la generación de empleo en la minería, particularmente en el norte».
¿Incentivos en Chile?
Desde la industria automotriz en Chile, llaman a las autoridades a tomar medidas para incentivar la compra de autos eléctricos, como extender la exención de pago del permiso de circulación o evaluar algunos otros beneficios tributarios.
«Claramente faltan (incentivos) en Chile. Me ha tocado visitar China hay fuertes incentivos por parte del gobierno para la utilización de la electromovilidad. El Estado paga las patentes de autos eléctricos que son mucho más caras que acá. Es un descuento importante en el costo de tener un auto», señaló Smith.
Mientras que Singer piensa distinto. «La política chilena no suele producir distorsiones o subsidios en una o en otra dirección. Sí, por supuesto, que haya concientización de que es algo mejor para el medio ambiente, pero de ninguna manera producir subsidios que van a dejar a los hospitales y a los colegios de Chile desfinanciados», dijo.
En esa línea, asegura que «no vale la pena» que el Gobierno de Chile impulse la compra de vehículos eléctricos, debido a que «lo que puede hacer Chile para impactar el precio global del cobre y del litio es muy poco (…). No va a tener realmente un impacto relevante».
/psg