Astrónomos de la Universidad Estatal de Pensilvania (EEUU) han creado una nueva técnica de detección de señales tecnológicas de radio espaciales con la que han realizado la búsqueda más amplia hasta la fecha en un único objetivo: el sistema estelar TRAPPIST-1. Aunque los investigadores no han encontrado ninguna evidencia de otra civilización en su estudio, la novedosa técnica, aseguran, supone un gran salto en la búsqueda de vida inteligente fuera de nuestro planeta.

Este nuevo sistema permite buscar señales de radio similares a las que usamos para comunicarnos con los vehículos exploradores que recorren la superficie de Marte. Los resultados del equipo han sido aceptados para su publicación en la revista Astronomical Journal y están disponibles en el repositorio arXiv.

«Esta investigación demuestra que cada vez estamos más cerca de la tecnología y los métodos que podrían detectar señales de radio similares a las que enviamos al espacio», afirma Nick Tusay, investigador en Penn State y primer autor del trabajo. «La mayoría de las búsquedas suponen una señal potente, como una baliza destinada a alcanzar planetas lejanos, porque nuestros receptores tienen un límite de sensibilidad a una potencia mínima de transmisión superior a cualquier cosa que enviemos involuntariamente. Pero, con mejores equipos, como el próximo Square Kilometer Array, pronto podríamos ser capaces de detectar señales de una civilización alienígena comunicándose con sus naves espaciales».

Cómo funciona

TRAPPIST-1 es una estrella pequeña y fría situada a unos 41 años luz de la Tierra. A su alrededor orbitan siete planetas rocosos, algunos de los cuales podrían tener agua líquida y, potencialmente, vida tal cual la conocemos. El equipo de Penn State y los científicos del Instituto SETI usaron el Allen Telescope Array (ATA) para analizar 28 horas de datos de escaneado del sistema TRAPPIST-1 en busca de estas señales de tecnología alienígena.

Los investigadores se centraron en analizar un fenómeno denominado Ocultaciones Planeta-Planeta (PPO, en inglés). Los PPO se producen cuando un planeta pasa por delante de otro desde la perspectiva de la Tierra y nos podrían permitir detectar las señales de radio procedentes de civilizaciones extraterrestres cuando intentan comunicarse con sus robots o naves espaciales desde un lugar a otro.

En los primeros análisis, los investigadores encontraron 25 millones de señales. Luego, aplicando criterios como la intensidad y las características de la señal, filtraron el número de posibles candidatas hasta 11.127. De estas, solo 2.264 señales se produjeron durante los eventos PPO previstos.

«El sistema TRAPPIST-1 está relativamente cerca de la Tierra y disponemos de información detallada sobre la órbita de sus planetas, lo que lo convierte en un excelente laboratorio natural para probar estas técnicas», afirma Tusay. «Los métodos y algoritmos que desarrollamos para este proyecto pueden aplicarse con el tiempo a otros sistemas estelares y aumentar nuestras posibilidades de encontrar comunicaciones regulares entre planetas más allá de nuestro sistema solar, si es que existen».

No hubo suerte, pero la técnica es prometedora

Tras este cuidadoso análisis, el equipo no halló indicios de señales de radio no humanas. Los investigadores calcularon los límites máximos de potencia de las posibles señales alienígenas (entre 2,17 y 421 teravatios, en función de la desviación de la señal con el tiempo) y no encontraron nada en ese rango.

Sin embargo, los astrónomos de Penn están ilusionados con las nuevas capacidades del ATA, que incluyen un software avanzado para filtrar datos que les ayudó a separar las posibles señales alienígenas de las terrestres. Históricamente, la búsqueda de señales de radio alienígenas ha estado entorpecida por las interferencias de radiofrecuencia (RFI) procedentes de fuentes terrestres, lo que dificulta la identificación de señales extraterrestres auténticas.

El siguiente paso de la investigación, aseguran, será perfeccionar estos métodos y centrarse en sucesos como los PPO para aumentar las posibilidades de detectar señales alienígenas en el futuro. Además, los próximos intentos contarán con telescopios más grandes y potentes —como el próximo Square Kilometer Array (SKA)— que podrían ayudar al equipo a detectar señales aún más débiles y ampliar nuestra comprensión del universo.

«El análisis de las observaciones presentadas aquí demuestra que la caracterización precisa de sistemas ideales, como TRAPPIST-1, que permite el modelado dinámico orbital y la predicción de eventos PPO ofrecen una aplicación práctica para la búsqueda de emisiones filtradas», escribe el equipo en el estudio «Esto proporciona a SETI una nueva y poderosa herramienta de observación y estrategia de búsqueda. A medida que mejoran los conductos de detección de señales y mitigación de RFI, la inclusión de PPO para proporcionar ventanas de búsqueda estrechas puede hacer más factible aumentar la resolución temporal y la sensibilidad a mayores velocidades de deriva».

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