Probablemente, una de las mayores noticias que dejó la segunda Cuenta Pública que realizó este jueves el Presidente Gabriel Boric fue el anuncio que hizo respecto de la reforma tributaria: a fines de julio el Gobierno insistirá con el proyecto en el Senado, luego de que este fuera rechazado en su idea de legislar en la Cámara de Diputados y Diputadas.
Esta es una de las tres alternativas con las que contaba la actual administración para volver a tramitar la iniciativa, la que por definición constitucional implica solicitar al Senado que por dos tercios de sus integrantes -33 votos- permita reponer el mismo texto sin esperar la veda del año.
Con todo, se trata quizá de la opción más engorrosa, porque de partida ello implica que el Ejecutivo deberá reunir un quórum muy alto, y sin que exista todavía un acuerdo definitivo, desde la oposición ya manifestaron cierta resistencia, calificando esta acción de «obsesión ideológica».
Sobre estos cuesitonamientos se refirió esta mañana el ministro de Hacienda, Mario Marcel, quien aseguró que «esta es la oportunidad que tenemos, y por lo menos de nuestra parte, como Gobierno, como Ministerio de Hacienda, estamos dispuestos a poner como se dice toda la carne en la parrilla».
En entrevista con Radio Cooperativa, el jefe de las finanzas públicas expuso que no se trata de supeditar otros compromisos, como ocurrió con el primer proceso constitucional. «Esta es una situación distinta del tema constitucional, porque en este caso para financiar algo como el aumento de la PGU a $250 mil, que cuesta más o menos 1% del Producto, es evidente que no hay otra alternativa que la recaudación tributaria. Entonces, la relación es mucho más directa que en los temas constitucionales», dijo.
«Yo creo que es una cuestión de sentido común y además no es un tema exclusivo del Gobierno. Pensemos que aumentar a PGU a $250 mil; reducir las listas de espera en los hospitales, y fortalecer la salud primaria; la Sala Cuna Universal, no son obsesiones ideológicas del Gobierno. El lograr aprobar esas medidas son beneficio del conjunto de la población, así que no pensemos en esta lógica política más mezquina, que si va a salir ganando tal o cual. Yo creo que aquí podemos salir ganando todos», agregó Marcel.
En ese sentido, comentó que «los impuestos no son una solución mágica, son una solución práctica. El tener ingresos permanentes para financiar gastos permanentes es lo que hemos repetido todos los sectores políticos durante los últimos años, está en el corazón de nuestra responsabilidad fiscal y quisiera creer que la oposición, la derecha política, aún abraza esos principios».
Tras ello, el ministro Marcel hizo un mea culpa en relación al primer intento fallido por sacar adelante la reforma tributaria en la Cámara. «¿Cómo se van a conseguir los votos? Con diálogo, y poniendo más cosas sobre la mesa. Yo creo que quizás lo que nos faltó en la discusión en la Cámara de Diputados, por ejemplo, fue ser más explícitos y buscar acuerdos concretos sobre el destino de los recursos, nos faltó más espacio de diálogo, porque lamentablemente no hubo la disposición suficiente para buscarlo», sostuvo.
Y cerró diciendo que «cuando el Presidente habla de destino de los recursos, lo que está diciendo, más que imponer gastemos en esto, es decir pongámonos de acuerdo respecto de las prioridades de gasto, e incluyamos dentro de nuestro pacto fiscal qué es lo que se va a financiar».
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