La existencia de una quinta fuerza para la comprensión de la física, es un fenómeno que se debate teóricamente desde hace aproximadamente 40 años. Científicos de principios de la década de 1980 plantearon la posibilidad de un quinto elemento que juega un papel preponderante en la formación y desarrollo del Universo.

Desde entonces han habido acercamientos a la confirmación de la existencia de dicha quinta fuerza. Sin embargo, todavía no ha salido el primer estudio que certifique, experimentalmente, que hay un quinto elemento además de las cuatro principales para las leyes de la física.

Eso podría cambiar en un periodo que no supera finales de esta década. El paso de un asteroide realmente veloz, por las cercanías de nuestro planeta, en el 2029, podría revelar información sobre la quinta fuerza.

Entremos primero en contexto, que el tema es bastante complicado para quienes no tenemos un doctorado o carrera universitaria en las especialidades física, matemáticas o todas las ramas que se desprenden de estas dos ciencias.

Las leyes de la física comprueban que hay cuatro fuerzas fundamentales en la existencia: la gravedad, el electromagnetismo, la fuerza nuclear débil y la fuerza nuclear fuerte. Estos cuatro elementos explican la mayor parte de las interacciones de las partículas del Universo.

Sin embargo, debido a que hay ciertas anomalías en los procesos, y la ausencia de un porcentaje de materia oscura en el vasto Universo, que nadie sabe como ubicar (pero debería estar ahí), hace pensar a los científicos que hay una quinta fuerza.

¿Cómo dicen que van a descubrir la quinta fuerza?

Científicos alrededor del mundo han llegado a un acuerdo de que un método para poder detectar la quinta fuerza, es seguir de cerca el recorrido de los asteroides. Estas rocas espaciales tienen anomalías en sus trazados, pero todas están calculadas. Entonces, si hay algún movimiento extraño dentro de las anomalías ya determinadas, podría ser el punto de partida para estudiar la quinta fuerza.

Investigadores vieron casi que de primera mano la trayectoria del asteroide Bennu, con la sonda espacial OSIRIS-REx.

“La interpretación de los datos que obtenemos del seguimiento de Bennu puede contribuir a nuestra comprensión de los fundamentos teóricos del universo y, potencialmente, renovar nuestra comprensión del Modelo Estándar de la física, la gravedad y la materia oscura. Las trayectorias de los objetos suelen presentar anomalías que pueden ser útiles para descubrir nueva física”, dijo Yu-Dai Tsai, investigador del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT por sus siglas en inglés) y autor principal de un estudio de la Quinta Fuerza, informa Esquire.

Bennu no registró ninguna anomalía, pero los ayudó a detectar con mejor precisión lo que es una trayectoria de un asteroide. Entonces, estos mismos métodos ahora se pueden aplicar a otro asteroide que va a detectar la sonda espacial (que ahora se pasa a llamar) OSIRIS-APEX, que se encamina a recoger restos del asteroide Apofis, en el 2029.

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