El Consejo Fiscal Autónomo (CFA) publicó hoy su «Informe de evaluación y monitoreo del cálculo de Balance Estructural y nivel prudente de deuda», con un mensaje centrado en la solicitud de «cautela» al Gobierno y Congreso ante las mejores perspectivas para la economía chilena, lo que -subrayó el consejo- no necesariamente genera ingresos estructurales para reducir el estrés fiscal en Chile.
En este documento, que se publica de forma trimestral, el Consejo verificó que la Dirección de Presupuestos (Dipres), en su Informe de Finanzas Públicas (IFP) del primer trimestre de este año, aplicó correctamente la metodología para calcular el Balance Estructural para 2023-2028.
Asimismo, en su informe el CFA analizó las proyecciones presentadas por la Dipres en su último Informe de Finanzas Públicas (IFP). Al respecto, señaló que las mejoras en las perspectivas de crecimiento económico y del precio del cobre tienen un efecto positivo en los ingresos fiscales efectivos, reduciendo las estimaciones del déficit efectivo y el endeudamiento neto. Sin embargo, destacó que estas deben tratarse «con cautela» por parte del Gobierno y el Congreso, ya que no garantizan mayores ingresos fiscales estructurales -que son los que determinan el espacio de gasto público- para reducir el estrés fiscal.
En su informe, el CFA planteó que «de acuerdo con la Dipres, la mejora de estas variables, junto con otros factores, implica un aumento en las perspectivas de ingresos fiscales para el período 2025-2028, con un incremento promedio de 2% anual respecto a las proyecciones del trimestre anterior. Sin embargo, para el mismo período, las proyecciones del gasto compatible con la meta de BE mejoran solo un 0,5% promedio anual respecto al trimestre anterior. Esto refleja que, si no mejoran las proyecciones de largo plazo de crecimiento del PIB y de precio del cobre, o no se obtienen otras fuentes de financiamiento permanente, según la regla fiscal dual, no habrá necesariamente mayores espacios u holguras de gasto fiscal».
Por lo anterior, señaló que las holguras fiscales, definidas como la diferencia entre el gasto compatible con las metas de BE (aún deficitarias) y los gastos comprometidos, siguen siendo estrechas, aumentando en promedio solo 0,1 puntos porcentuales (pp) del PIB en el período 2025-2028 respecto de la proyección anterior, pasando desde 0,3% del PIB a 0,4% del PIB promedio anual.
En ese sentido, el consejo señaló que para saber cuánto de las mejores perspectivas en el crecimiento del PIB y del precio del cobre se podría traducir en ingresos estructurales, es necesario esperar las nuevas estimaciones de los respectivos comités de expertos para las variables de PIB no minero tendencial y precio de largo plazo del cobre, los que se reunirán en julio.
También el CFA destacó en su informe que la Dipres, en su último IFP, proyectó un déficit estructural de 2,2% del PIB para 2024, superior a su meta de déficit estructural de 1,9% del PIB, establecida en su decreto de política fiscal. Pese a ello, en el mismo IFP la Dipres reafirmó su compromiso de cumplir con su meta de BE de este año y dice que, una vez que cuente con los datos de la operación renta realizará los ajustes necesarios.
En esta línea, el consejo recomendó a la Dipres que, para dar mayor certidumbre, presente en su próximo IFP los avances en los ajustes de gastos requeridos durante el año para mejorar la proyección anual de -2,2% del PIB, y así poder cumplir con el compromiso de déficit estructural de 1,9%.
En cuanto a la deuda bruta, la Dipres estimó que ella se estabilizaría por debajo de su nivel prudente de 45% del PIB hacia fines de 2028, pero para que ello ocurra, el consejo advirtió que se requiere el estrictoumplimiento del Gobierno de sus metas de BE hasta 2026 y, desde 2027 en adelante, un BE de 0% del PIB, y no de -0,5% como se plantea en el IFP.
Así, el consejo sostuvo que continuará el estrés fiscal para el período 2025-2028, con un acotado espacio para el crecimiento del gasto público, incremento de deuda respecto a los niveles actuales y disminución de activos financieros. Y reitera su recomendación de reconstruir gradualmente el Fondo de Estabilización Económico y Social (FEES) para fortalecer los colchones fiscales y mejorar la capacidad de respuesta del gobierno ante eventuales crisis económicas.
En este sentido, propone que el Ministerio de Hacienda evalúe la opción de convertir, cuando corresponda, y luego traspasar, activos financieros al Tesoro Público, como una posible forma de acelerar el proceso. Respecto al litio, el Consejo hace notar que cuando hubo un boom de precios de este mineral y se pudo haber ahorrado en fondos del Tesoro Público, en 2022-2023, no se aplicó un mecanismo para identificar qué parte de esos ingresos fiscales eran permanentes, y que, si bien desde 2024 en adelante sí existe un mecanismo de ajuste en la regla fiscal, para este año las estimaciones de la Dipres muestran que no aplicaría, debido a la caída de los ingresos por litio.
Por ello, el consejo señaló que hacia el futuro «ve una oportunidad de aprendizaje para que la institucionalidad fiscal sea lo suficientemente ágil cuando existan auges repentinos de ingresos fiscales y se reaccione oportunamente para realizar ajustes cíclicos o prudenciales».
De esta forma, el CFA expuso que las mejoras económicas que proyecta el Gobierno no deberían postergar un imprescindible consenso político amplio para una mejora sustantiva y permanente de la situación fiscal.
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