-¿Cómo observas el panorama en la derecha después de las primarias, donde la UDI quedó un poco dañada y ahora en las encuestas Evelyn Matthei baja un poco?

-Hay una sobre interpretación de las primarias. Son un mecanismo de resolución de conflictos internos de las coaliciones. La gente que participa es la más movilizada. Eso explica el triunfo de un Miguel Concha (RD) o el de Macarena Fernández de Convergencia Social en Providencia. Es decir, los resultados de cada comuna pueden explicarse con dinámicas relativamente propias. Yo no sacaría grandes conclusiones de esa elección.

También creo que RN llevó candidatos conocidos, Felipe Alessandri en Lo Barnechea, Karla Rubilar en Puente Alto. Yo entiendo que algunos en RN se suban por el chorro, porque les fue bien, y traten de sacar cuentas alegres. Pero no es, necesariamente, lo que debemos mirar en la derecha.

-¿Cuál debería ser el foco?

-Puede que el problema de la UDI, por ejemplo, sea otro. Si Republicanos se consolida como la derecha dura, sin complejos, la derecha de verdad, como la llaman ellos, es evidente que la UDI, que jugaba ese papel, sea la principal damnificada, como ha pasado en todas partes del mundo. No es nada de raro.

-¿Crees que hay una baja en Matthei, aunque sea menor? ¿Es inevitable cierto desgaste?

-A mí me parece que Matthe sigue teniendo con cierta distancia la primera opción. Pese a que ella tiene un problema que no es de fácil resolución: si endurece su discurso, pierde la posibilidad de conectar con los sectores más moderados, que fueron claves en las dos derrotas de las propuestas constituyentes.

Lo que hizo Matthei hasta ahora fue desdramatizar de alguna manera la preferencia de sectores más bien moderados por su figura. Matthei es una candidata ideológicamente versátil, porque si bien uno la identifica con la UDI hoy, no nos olvidemos que fue de la “patrulla juvenil”, que era el elemento liberal en RN en sus comienzos.

Siendo alcaldesa iza la bandera de la diversidad sexual en el Palacio de Falabella. Dice que trabajar con Cataldo (PC) está bien, porque ahora que lo ha conocido descubre que es una excelente persona. O sea, se atreve a cruzar el río y hablar bien de sus adversarios. Tiene una capacidad, una plasticidad que le permite abarcar mucho más.

-¿Eso al mismo tiempo genera un riesgo de perder el voto duro?

-Si se modera mucho, se destapa los pies y eso le permite a Kast (y en el corto plazo a Carter) avanzar en sectores de derecha. Carter va a hacer el papel de Kast en la primaria: congregar al voto más duro, a quienes ven a Matthei cómo la “derechita cobarde”.

-¿La apuesta de Carter por primarias ha sido acertada?

-Yo no pienso que Carter crea de verdad que le puede ganar a Matthei. La apuesta de Carter es otra. Como dice el dicho: uno va a elecciones para ganarlas o porque hay una buena razón para perderlas. En este caso, Carter tiene una buena razón para perderlas, ya que “desfloridiza” su liderazgo. Es decir, no ser solamente el tipo de La Florida, no ser solamente un caudillo local, sino que logra nacionalizar su liderazgo.

Me da la impresión que la apuesta de Carter tiene más que ver con la senatorial, quizá en Valparaíso. O consolidarse como una figura interesante para el gabinete de Matthei.

-¿A Kast no le conviene, tal como la vez pasada, ir a primarias de la derecha?

-No le conviene. Si va a la primaria se va a generar el “efecto Jadue”, es decir, va a ir gente de centro izquierda a votar contra Kast. A él le conviene ir directamente a primera vuelta, como lo hizo antes.

Por lo tanto, si Carter participa en la primaria con Matthei y Rincón, por ejemplo, el alcalde de La Florida va a hacer el rol del duro. Carter está en una competencia de quién es el mejor antagonista del presidente Boric. Por eso le habla directamente, tal como hace Kast, quien trata de afirmar que él y Boric están en una posición simétrica. Kast apela a la idea de que la verdadera final es él versus Boric.

-¿Piensas que las primarias presidenciales de la derecha ya son un dato, que la derecha no va a poder restarse de esa opción?

-Yo pensaría que Matthei perfectamente podría ser nombrada candidata transversal sin necesidad de una primaria. Eso todavía es posible y no lo veo como algo dramático. Han habido primarias que han sido muy buenas para validar un liderazgo más potente como Bachelet 2013 o Piñera 2017. Pero también tenemos ejemplos de primarias que han terminado siendo tremendamente ineficientes, como fue la de Sichel en 2021.

-Llama la atención en la última Cadem que Bachelet subió de 3 a 6 puntos y aunque pierde es la más competitiva aparentemente ante Matthei. ¿Eso le abre la puerta a una nueva candidatura de, que ha descartado, pero se puede arrepentir?

-Es una tragedia para la izquierda que Bachelet sea la mejor candidata. Porque prueba que la izquierda no ha sido capaz de generar nuevos liderazgos en más de 20 años. No es broma: desde que Bachelet se subió a ese tanque en 2002 y el 2004, cuando empezó a marcar distancia como la candidata favorita de la Concertación, es la figura excluyente y rutilante del sector y no han sido capaces de parir una nueva. Y esto se explica, en parte, porque siempre están confiando en que ella está disponible.

-¿Es una mala estrategia para la izquierda?

-La izquierda debería hacer la estrategia Gareca, el DT de la selección chilena: sencillamente no llamar a Arturo Vidal, de tal manera de obligar a la renovación. Si tú siempre estás llamando a los cabrones del equipo, que de alguna manera taponean los liderazgos emergentes, nunca van a florecer, como dice la propia Bachelet.

Que la Presidenta diga que no está disponible, es crucial para que la gente no siga fantaseando con eso y la centro izquierda se obligue a construir un liderazgo que le permita hacia el futuro construir músculo político. Contra mi teoría -y también creo que es un punto importante a considerar- entiendo que la izquierda hoy día está aterrada por la posibilidad de que dos derechas pasen a segunda vuelta. Y hay gente que cree que ella es la única que puede impedir eso.

-Pero otros candidatos al parecer no arrancan…

-Me parece que todavía hay espacio para generar liderazgos dentro de la centroizquierda, para que que no tengan que necesariamente recurrir a Bachelet. Y creo que Bachelet en una segunda vuelta pierde frente a Matthei. Sería exponerla a terminar su carrera política no de la mejor manera, con una derrota presidencial.

/Entrevista de Marcelo Soto para Ex Ante