La atmósfera de Júpiter es un entorno fascinante y en constante cambio. Se ven bandas de diferentes colores, tormentas, nubes enormes y más en todo el planeta. Sin embargo, su atmósfera superior siempre se ha considerado tranquila. Seguro que es donde ocurren las auroras polares, pero más allá de eso, se creía que no pasaba nada extraño. Ahora, un grupo de astrónomos ha cambiado esa creencia.
La atmósfera superior es difícil de estudiar. En los polos, las partículas de la luna volcánica Io siguen las líneas del campo magnético para crear auroras en múltiples longitudes de onda. En el resto del planeta, la energía que le da forma es la luz solar. Y Júpiter sólo recibe alrededor del 4 por ciento de la luz solar que recibe la Tierra. Por eso los astrónomos asumieron que iba a ser muy uniforme.
Científicos realizan un inesperado descubrimiento en la Gran Mancha Roja de Júpiter
“Pensábamos, quizás ingenuamente, que esta región sería realmente aburrida”, dijo en un comunicado el líder del equipo Henrik Melin, de la Universidad de Leicester en el Reino Unido. “De hecho, es tan interesante como la aurora boreal, si no más. Júpiter nunca deja de sorprender”.
Las observaciones del telescopio James Webb (JWST) han revelado estructuras intrincadas sobre la icónica Gran Mancha Roja, una tormenta que es más ancha que la Tierra. Encontraron arcos oscuros y puntos brillantes que son visibles en infrarrojos. La fuente de esta variación no es la luz solar, sino las capas más profundas y desordenadas de la atmósfera joviana.
“Una forma de cambiar esta estructura es mediante ondas de gravedad, similares a las olas que rompen en una playa y crean ondas en la arena”, explicó Melin. “Estas ondas se generan en las profundidades de la turbulenta atmósfera inferior, alrededor de la Gran Mancha Roja, y pueden viajar a gran altura, cambiando la estructura y las emisiones de la atmósfera superior”.
Estas ondas de gravedad también están presentes en la Tierra pero, si el mecanismo en juego es el mismo, son mucho más débiles.
El descubrimiento tardó mucho en llegar. Estas observaciones fueron parte del programa Early Release Science (ERS) para JWST, ya que los astrónomos han sentido curiosidad por la atmósfera superior de Júpiter durante un tiempo.
“Esta propuesta de ERS se redactó en 2017″, compartió Imke de Pater, miembro del equipo de la Universidad de California, Berkeley. “Uno de nuestros objetivos había sido investigar por qué la temperatura sobre la Gran Mancha Roja parecía ser alta, como lo habían revelado en ese momento observaciones recientes con el Telescopio Infrarrojo de la Nasa. Sin embargo, nuestros nuevos datos mostraron resultados muy diferentes”.
El equipo espera realizar un seguimiento de las observaciones con JWST para comprender mejor esta parte de la atmósfera joviana. También ayudará con las observaciones planificadas para la misión JUICE de la Agencia Espacial Europea, que explorará el planeta y sus tres lunas heladas.
Los resultados de la investigación fueron publicados en la revista Nature Astronomy.
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