A medida que el régimen chavista aumenta la represión y persecución contra la oposición venezolana y la población civil tras el fraude electoral del pasado 28 de julio, la comunidad internacional redobla esfuerzos para incrementar las condenas por la violencia de la dictadura y para, de una vez por todas, hallar una solución pacífica a la grave crisis que atraviesa el país caribeño.

En este contexto, varios gobiernos mantienen abiertos los canales directos con las autoridades chavistas para negociar posibles alternativas para encontrar una solución a la crisis. Algunos de esos esfuerzos se realizan en público, pero otros en privado, con total hermetismos.

Si bien las relaciones entre Caracas y Washington siguen siendo distantes, durante el gobierno de Joe Biden ha habido contactos casi de forma permanente. Según informa este domingo el diario The Wall Street Journal, Estados Unidos ofreció al dictador Maduro amnistía a cambio de que abandone el poder por la vía pacífica.

De acuerdo con fuentes familiarizadas con las negociaciones secretas, las autoridades norteamericanas se mostraron dispuestas a indultar a Maduro y a su círculo cercano, quienes enfrentan graves acusaciones por parte del Departamento de Justicia.

“El gobierno estadounidense ha puesto todas las opciones sobre la mesa para persuadir a Maduro de que se vaya antes de terminar su mandato en enero”, afirmó una persona involucrada en las conversaciones, citada por The Wall Street Journal.

Asimismo, Washington también estaría dispuesto a ofrecer garantías de no extradición a las principales figuras del régimen venezolano, incluido el dictador.

En 2020, el gobierno estadounidense ofreció una recompensa de 15 millones de dólares por información que llevara al arresto de Maduro bajo la acusación de “inundar” a Estados Unidos con cocaína. El dictador fue señalado de haber ayudado a administrar y dirigir el Cártel de los Soles, una organización de narcotráfico compuesta por funcionarios y militares venezolanos.

El Departamento de Justicia también ofrece recompensas de hasta 10 millones de dólares por información relacionada con Diosdado Cabello, número dos del régimen chavista, y por Tareck El Aissami, ex ministro de Industria y Producción Nacional quien hoy está preso en Venezuela.

Las acusaciones de 2020 también están dirigidas a Maikel Moreno, ex presidente de la Corte Suprema, y a Vladimir Padrino López, ministro de Defensa. Sin embargo, por ellos no hay recompensa.

The Wall Street Journal informa que las conversaciones fueron mantenidas de forma virtual por Jorge Rodríguez, presidente de la Asamblea Nacional Constituyente chavista, y Daniel P. Erikson, del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca.

El intento de Estados Unidos de ofrecer a Maduro una opción digna se alinea con la estrategia de la oposición, que se muestra dispuesta a entablar negociaciones que incluyan garantías para los líderes del régimen, siempre que se respete la transición a un gobierno de Edmundo González.

Según consigna el medio norteamericano, Estados Unidos ya había ofrecido amnistía a Maduro el año pasado durante unas conversaciones secretas en Doha, Qatar, pero el dictador declinó discutir cualquier acuerdo que implicara su salida del poder.

La urgencia de las negociaciones aumentó considerablemente tras el fraude electoral del pasado 28 de julio. Uno más desde la llegada del dictador a Miraflores en 2013. Además, en esta oportunidad el chavista se vio sorprendido por la recopilación meticulosa por parte de la oposición venezolana del recuento de votos que demuestra que Edmundo González Urrutia se impuso con una aplastante mayoría, con casi el 67% de los votos.

Sin haber presentado las actas electorales -a día de hoy todavía no lo hizo-, Maduro se proclamó ganador de los comicios esa misma noche, lo que desató multitudinarias protestas. Su respuesta volvió a ser la “Operación Tun Tun”, una brutal ola represiva que ya se cobró miles de detenidos y decenas de muertos.

Además, delegó al Tribunal Supremo de Justicia, controlado por sus aliados, la resolución del impasse electoral, ganando tiempo en el proceso.

Maduro también intentó cortar el flujo de información al ordenar el bloqueo de la compañía X y solicitar a los venezolanos que desinstalen WhatsApp. Activistas antigubernamentales han huido a Colombia y se reporta la anulación de pasaportes de cientos de venezolanos que se han pronunciado públicamente contra el régimen.

Ante este panorama, la presión de la comunidad internacional es cada vez más fuerte. Mandatarios que históricamente han tenido buenos vínculos con el chavismo, como Lula (Brasil), Petro (Colombia) y AMLO (México), hasta el momento se abstuvieron de reconocer la supuesta victoria del dictador, a quien le siguen exigiendo la publicación de las actas. No obstante, funcionarios estadounidenses quieren que estas naciones adopten una postura más firme ante Maduro.

En un artículo publicado este domingo, el diario Washington Post informa que Estados Unidos busca que los países latinoamericanos lideren las gestiones para encontrar una solución en Venezuela, por lo que Biden dejó que los presidentes de Colombia, Brasil y México tomen la iniciativa para presionar a Maduro. Sin embargo, el periódico capitalino aclara que un papel más activo de Washington puede resultar inevitable para terminar con la tiranía chavista.

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