Durante agosto se conmemora el Mes del Corazón, por lo que diversos organismos sanitarios relacionados con el tema concentran grandes esfuerzos en educar sobre la importancia de las patologías asociadas al principal órgano del sistema circulatorio. En 2022, según el Departamento de Estadística e Información de la Salud (DEIS), el 23% de los fallecimientos se atribuyeron a este tipo de enfermedades, siendo la primera causa de muerte en el país. De ellos, 47% eran mujeres y 53% hombres.
Para el Dr. Jorge Rodríguez, decano de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Bernardo O´Higgins (UBO), la prevalencia de enfermedades cardiovasculares ha ido en aumento en Chile debido a factores como el envejecimiento de la población y el incremento de factores de riesgo, como la obesidad y el sedentarismo.
“Según la Encuesta Nacional de Salud 2016-2017 indicó que el 27.6% de la población chilena mayor de 15 años sufre de hipertensión arterial, un factor de riesgo importante para las enfermedades cardiovasculares. El mismo reporte mostró que el 34.4% de los adultos en Chile sufre de obesidad, lo que también explica el desarrollo de enfermedades cardiovasculares, al igual que la falta de actividad física”, ejemplifica el académico.
Entre los factores de riesgo más importantes que influyen en las enfermedades cardiovasculares están la hipertensión arterial, diabetes mellitus, tabaquismo, colesterol elevado, obesidad y sobrepeso, dieta poco saludable (alta en grasas saturadas, sal y azúcares), consumo excesivo de alcohol, y el estrés.
¿Pero cómo se pueden prevenir estas patologías? La primera medida es llevar una dieta saludable, a través del consumo de frutas, verduras, granos enteros, proteínas magras y grasas saludables, así como limitar la ingesta de grasas saturadas, sal y azúcares. También destaca la importancia de hacer ejercicio de forma regular, como caminar, nadar o andar en bicicleta.
Junto con ello, es indispensable evitar el tabaco, realizar chequeos médicos regulares para controlar la presión arterial, los niveles de colesterol y la glucosa en sangre; y practicar técnicas de relajación como yoga, meditación o ejercicios de respiración.
Cómo identificar un posible infarto a tiempo y qué hacer
Si bien cualquier persona puede estar expuesta a un infarto al corazón o a enfermedades cardiovasculares, son más quienes sufren los factores de riesgo anteriormente descritos. Por eso, es fundamental poner atención a algunos síntomas que son fundamentales para poder actuar rápidamente y así marcar la diferencia entre la vida y la muerte.
El docente de la UBO comenta que algunos de los síntomas asociados a enfermedades cardiovasculares pueden variar, pero los más comunes incluyen dolor o molestia en el pecho (angina), dificultad para respirar, mareos o desmayos, palpitaciones (latidos rápidos o irregulares del corazón), fatiga o debilidad inexplicables, e hinchazón en piernas, tobillos o pies. En el caso de experimentar un infarto agudo al miocardio (ataque al corazón), los síntomas pueden incluir dolor intenso en el pecho que puede irradiarse al brazo izquierdo, cuello, mandíbula o espalda o boca del estómago, sudoración profusa, náuseas o vómitos, y ansiedad o sensación de muerte inminente.
Y ante un episodio de infarto, Rodríguez dice que lo primero que debemos hacer es llamar y contactar inmediatamente a los servicios de emergencia (SAMU en Chile) al número 131.
“Posteriormente, es primordial tratar de mantener la calma y tranquilizar a la persona afectada; luego, si la persona no es alérgica y está consciente, se le debe administrar una aspirina masticable de 500 mg para ayudar a disolver el coágulo. También es muy importante poder sentar a la persona en una posición semi inclinada con las rodillas dobladas y la espalda apoyada. Y si la persona pierde el conocimiento y no respira, debemos iniciar maniobras de resucitación cardiopulmonar (RCP) hasta que lleguen los servicios de emergencia. Por último, podemos utilizar un desfibrilador externo automático (DEA) si está al alcance y seguir las instrucciones del dispositivo, los cuales están disponibles en zonas de concurrencia masiva como aeropuertos, puertos, universidades, malls, servicios públicos, entre otros”, concluye Jorge Rodríguez, decano de la Facultad de Ciencias Médicas de la UBO.