Desde el 2018 la carrera de “el Temucano” cambió para siempre. Ese año, el Séptimo Juzgado de Garantía de Santiago recibió la querella que acusaba a Humberto Baeza Fernández por delitos de abuso sexual y violación. La denuncia fue patrocinada por Servicio Nacional de la Mujer y Equidad de Género (Sernameg), organismo dependiente del Ministerio de la Mujer y Equidad de Género, y marcó los últimos años de vida del cantante. Una historia cuyo fallecimiento este fin de semana deja sin resolver.

Un reportaje publicado por La Tercera dio a conocer cómo habrían ocurrido los hechos. Allí una de las denunciantes indicó que los abusos habrían ocurrido en 2010 cuando participaba de las reuniones que el cantautor daba en el Sindicato de Folcloristas. En el lugar, el Temucano realizaba charlas todos los miércoles para el Centro Integral de Estudios Metafísicos (CIEM), una agrupación fundada hace ya más de 30 años y donde él era conocido como “el maestro”.

Tito Fernández

La vida de misticismo y creencias esotéricas llevaron al cantante a crear esta organización que en más de alguna ocasión fue señalada mediáticamente como una “secta”. En los encuentros, el músico las iniciaba hablando sobre espiritualidad y recitando pasajes de un libro que él mismo había escrito hace años. Para el momento en que estalló el caso, el grupo estaba integrado por 15 personas que asistían a la calle Phillips donde se arrendaba el lugar al Sindicato de Folcloristas por $5 mil.

Según lo expuesto en el reportaje, estas reuniones era abiertas a toda las personas y no había nada secreto. A ellas asistían periodistas, oficinistas, profesores y abogados. Pero el testimonio de la víctima indicaba lo contario y relató la existencia de “Logia Tallis”, un grupo conformado solo por mujeres y que era desconocido para otros integrantes de CIEM. De acuerdo a la versión entregada por la denunciante, para ingresar tuvo que pasar por una ceremonia de iniciación donde le pidieron jurar “lealtad, obediencia, discreción y silencio” a Tito Fernández.

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