Equivocadamente, muchas personas esperan que la temporada electoral, con su inevitable polarización y los inacabables esfuerzos del gobierno y de la oposición de llevar agua a sus respectivos molinos, termine la noche del domingo 27 de octubre. Pero bien pudiera ser que, en varias de las regiones del país, los resultados de las elecciones de gobernadores obliguen a la realización de segundas vueltas. Si eso ocurre, tendremos que prepararnos para un mes más de intensas campañas y polarización política que harán todavía más difícil la construcción de acuerdos transversales.

En las elecciones de alcaldes, ganará la persona que obtenga la primera mayoría de los votos. Por eso, la noche del 27 de octubre, sabremos quiénes serán las 345 personas que dirigirán los gobiernos municipales por cuatro años a partir del mes de diciembre. Pero en las elecciones concurrentes de gobernadores regionales, las reglas electorales requieren que el candidato ganador obtenga más del 40% de la votación para ganar. Si nadie lo logra, los dos candidatos con más votos deberán ir a una segunda vuelta el 24 de noviembre.

En las elecciones municipales y de gobernadores de 2021 -que coincidieron con las de los miembros de la Convención Constitucional- hubo 13 regiones en las que se debió realizar una segunda vuelta. En la Región Metropolitana, el candidato Claudio Orrego, entonces militante de la Democracia Cristiana, alcanzó el 25,5% de la votación en primera vuelta, por lo que debió ir a una segunda vuelta. Su rival fue la candidata del Frente Amplio, Karina Oliva, que consiguió el 23,4%. La abanderada de los partidos de derecha, Catalina Parot, sólo alcanzó el 14,9% de la votación. En la segunda vuelta, realizada el 13 de junio, Orrego se impuso con un 52,7% de la votación. Ahora bien, la participación en esa segunda vuelta fue sustancialmente menor. Si en primera vuelta votó un 43,4% del padrón, en la segunda vuelta apenas votó el 23,8%.

Este año, en las elecciones, que volvieron a su calendario normal del mes de octubre, un año antes de la elección presidencial, bien pudiéramos tener varias regiones que tengan segundas vueltas en la contienda para gobernador. Pero esta vez, la obligatoriedad del voto hará que la gente deba poner más atención a las campañas de segunda vuelta.

Las encuestas muestran resultados divergentes y hasta contradictorios, pero el hecho de que haya varias regiones con candidatos independientes competitivos y dado que en varias otras regiones los partidos tradicionales de derecha llevan una candidatura y los partidos de la derecha más radical, Republicanos y el Social Cristiano, lleven sus propias candidaturas, sugieren que la dispersión de votos en primera vuelta aumentará las posibilidades de que haya segunda vuelta.

En caso de que haya varias regiones con segunda vuelta para gobernadores, el ambiente electoral en Chile se mantendrá más allá del 27 de octubre. Es más, como las segundas vueltas siempre polarizan al electorado y fuerzan a los partidos a alinearse en torno al eje oficialismo-oposición podríamos tener un mes de noviembre marcado por una lógica de izquierda versus derecha parecida a la que existe entre la primera y la segunda vuelta de la elección presidencial. Así como los partidos de derecha tradicional y los de derecha radical se verán obligados a apoyarse mutuamente en lugares donde la alternativa sea un candidato de izquierda cercano al gobierno, los partidos del oficialismo cerrarán filas para tratar de mantener más regiones bajo su control de gobiernos.

En algunas regiones bien pudiera darse el caso de que haya dos candidatos de derecha o de izquierda en segunda vuelta. En 2021, en la Región Metropolitana, la segunda vuelta obligó a la gente a decidirse entre un candidato de centroizquierda y una de la izquierda radical. Este tipo de singulares enfrentamientos entre dos candidatos del mismo sector obligará al otro sector a tomar partido por lo que definirán como apoyar el mal menor.

Como esta será la primera elección municipal y regional con inscripción automática y voto obligatorio, resulta difícil anticipar cuál va a ser la participación electoral en esa jornada de dos días de votación. Probablemente votará mucha más gente que los 6.1 millones (43,4%) que votaron en mayo de 2021. Pero como nadie sabe realmente cuánta gente saldrá a votar, es difícil predecir en cuántas regiones habrá segunda vuelta.

Lo que sí sabemos es que, mientras más sean las regiones que tengan segunda vuelta en la elección para gobernador, más probable es que el mes de noviembre siga la polarización política que dificulta la construcción de acuerdos y las negociaciones en el Congreso. Mientras más alto sea el número de chilenos que estén llamados a votar en la segunda vuelta, más difícil resultará para el gobierno y el oficialismo sentarse a la mesa de negociación para construir acuerdos que permitan destrabar la reforma de pensiones y la reforma de la agenda de seguridad ciudadana.

Si bien muchos quieren que termine pronto la temporada electoral, no hay que descartar que buena parte del país se pase todo el mes de noviembre en campaña para la segunda vuelta de las elecciones de gobernadores.

Por Patricio Navia, sociólogo, cientista político y académico UDP, para El Líbero

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