«Despierta Neo. El Matrix te posee. Sigue al conejo blanco». Este mensaje recibía Thomas Anderson, el protagonista del taquillazo y fenómeno de ficción Matrix (1999), al inicio del film. A partir de este momento todo cambia: Neo despierta y el Matrix se vuelve evidente. La simulación comienza a mostrar sus fallas y descubre la verdad que pone fin a todas las verdades: el universo es una simulación.

Aunque parezca que esta premisa solo puede servir para crear increíbles obras de ficción, en realidad existen científicos que se atreven a postular teorías al respecto. No se trata solo de físicos e investigadores cinéfilos, sino que también tienen pruebas teóricas que respaldan la idea.

Uno de estos científicos es el doctor Melvin Vopson, actualmente profesor en el departamento de Física y Matemáticas de la Universidad de Portsmouth, Inglaterra. Vopson es autor del libro ‘Reality reloaded’, publicado en 2023, en el que comenta los postulados e hipótesis que envuelven la teoría del universo simulado. También ha publicado artículos sobre el mismo tema en los medios ‘The Conversation» y ‘EurekAlert’ en los que explora nuevas formas de entender las leyes de la física y su implicación en las teorías genéticas.

«Vivimos en una simulación»

Según Vopson, la teoría de universo simulado postula que «nuestro universo, con todas sus galaxias, planetas y formas de vida, es una simulación informática meticulosamente programada. En este escenario, las leyes físicas que rigen nuestra realidad son simples algoritmos. Las experiencias que tenemos son generadas por los procesos computacionales de un sistema inmensamente avanzado.» El mismo científico argumenta que esta teoría es completamente especulativa, y que queda aún mucha investigación para demostrarla.

Respecto a la teoría, dentro de la comunidad científica existe escepticismo y facinación. Algunos científicos sugieren que, si el universo es verdaderamente una simulación, existirían fallos, anomalías o patrones en el tejido del universo que delatarían su naturaleza simulada. Vopson argumenta que, en realidad, «nuestra comprensión de las leyes de la física sigue evolucionando. En última instancia, carecemos de un marco definitivo para distinguir entre realidad simulada y no simulada».

Antecedentes históricos

Los amantes de la filosofía tradicional se habrán dado cuenta de que esta teoría les puede llegar a sonar. Platón ya se preguntaba por cuál era la naturaleza de la realidad hace más de dos milenios. Una de las alegorías más famosas de Platón, la de la caverna, planteaba la existencia de dos realidades. Una, llamada mundo inteligible, con formas e ideas perfectas. Y otra, el mundo sensible, imperfecto y formado a partir del inteligible. Según la alegoría, todo lo que sentimos es una representación deformada de lo que se encuentra en el mundo intangible. Se podría decir que nuestra realidad es una simulación subyugada a una realidad superior.

Las ideas de Platón encendieron corrientes de pensamiento que se concentran en lo que llamamos idealismo. El idealismo moderno postula que la realidad tangible y la consciencia intangible forman parte de la misma realidad simulada. En términos generales, el idealismo defiende que la realidad va mucho más allá que lo físico y material. Los avances actuales de cálculo computacional y tecnologías digitales han provocado la inclusión de la idea de que la realidad es una simulación.

Las pruebas

«En física, hay leyes que rigen todo lo que ocurre en el universo, por ejemplo cómo se mueven los objetos, cómo fluye la energía, etcétera. Todo se basa en las leyes de la física», explicó Vopson en 2022. «Una de las leyes más poderosas es la segunda ley de la termodinámica, que establece que la entropía -una medida del desorden en un sistema aislado- solo puede aumentar o permanecer igual, pero nunca disminuir».

Basándose en esta famosa ley, Vopson también esperaba que la entropía en los sistemas de información -que su investigación anterior definió como un «quinto estado de la materia»- aumentara de forma similar con el tiempo. Pero no es así. Por el contrario, permanece constante o incluso disminuye hasta un valor mínimo en el equilibrio. Esto contrasta directamente con la segunda ley de la termodinámica, lo que inspiró a Vopson a adoptar la Segunda Ley de la Dinámica de la Infodinámica.

Expansión del universo

«Sabemos que el universo se expande sin pérdida ni ganancia de calor, lo que requiere que la entropía total del universo sea constante», escribió Vopson en ‘The Conversation’. «Sin embargo, también sabemos por la termodinámica que la entropía siempre aumenta. Yo sostengo que esto demuestra que debe haber otra entropía -la entropía de la información- para equilibrar el aumento».

«Un universo supercomplejo como el nuestro, si fuera una simulación, requeriría una optimización y compresión de datos incorporada para reducir la potencia de cálculo y los requisitos de almacenamiento de datos para ejecutar la simulación», escribió Vopson. «Esto es exactamente lo que estamos observando a nuestro alrededor, incluso en los datos digitales, los sistemas biológicos, las simetrías matemáticas y el universo entero».

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