La Oficina Federal de Investigación de Estados Unidos (FBI) tiene una página web llamada “La amenaza china”. Se actualiza a menudo con enlaces a noticias sobre los esfuerzos del FBI para contrarrestarla. La primera de la lista es la investigación del FBI sobre un globo chino derribado por un caza estadounidense frente a la costa de Carolina del Sur el 4 de febrero. Pero si se mira con atención, hay muchas otras áreas sorprendentes de subterfugio y vigilancia chinos. Una de las más sorprendentes es la persecución china de fugitivos más allá de sus fronteras. La escala de la actividad global es ahora asombrosa -involucra a muchos miles de presuntos delincuentes- y está tensando cada vez más las relaciones con Occidente.

Las fuerzas policiales de todo el mundo intentan conseguir la ayuda de sus homólogos de otros países para atrapar a los fugitivos. Pero China suele saltarse las formalidades. El pasado octubre, Christopher Wray, director del FBI, acusó a China de “interferir con nuestro poder judicial independiente, violando tanto nuestra soberanía como las normas de conducta policial para llevar a cabo campañas de intimidación sin ley aquí, en nuestro patio trasero”. Desde 2020, el FBI ha acusado a 16 personas, en su mayoría ciudadanos chinos, de participar en este tipo de actividades. “Estamos viendo cómo el Gobierno chino recurre al chantaje, las amenazas de violencia, el acoso y los secuestros. De hecho, han contratado a organizaciones criminales en Estados Unidos, ofreciéndoles recompensas con la esperanza de llevar con éxito a los objetivos de vuelta a China”, dijo Wray el año pasado.

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