La carrera por la Casa Blanca se acerca al final y, a pocas horas de las cruciales elecciones de este martes, Estados Unidos y el mundo miran con ansiedad el aluvión de encuestas que marcan una competencia disputadísima en la primera potencia global, con algunos sondeos que dan a Donald Trump como ganador, mientras que otros marcan un repunte de Kamala Harris en el último tramo de la campaña.
En los estados clave, que Clarín recorrió estas últimas semanas y donde la economía es el tema de mayor preocupación, los trumpistas hacen mucho ruido y se entusiasman con un triunfo, aunque podría haber sorpresas, sobre todo con el voto femenino, que parece inclinarse abrumadoramente y, muchas veces en silencio, hacia Harris.
Un promedio de encuestas de RealClearPolitics de los últimos días muestra un cerradísimo empate: Trump apenas adelanta a Harris por nada, un 0,2%. Ella venía desde hace unas semanas sin impulso en las encuestas, parecía haberse desinflado mientras que el magnate avanzaba de a poco, pero sólidamente. Sin embargo, hay un par de señales que alientan ahora a los demócratas y les da las esperanzas de que pueden asestar un golpe al final.
Un amplio sondeo de The New York Times/Siena afirmó que Harris supera a Trump por 49 a 48% en el voto popular, mientras que remonta en estados pendulares como Nevada, con 3 puntos arriba de Trump, dos en Carolina de Norte, uno en Wisconsin y uno en Georgia, al tiempo que había empate en Pennsylvania y Michigan. En tanto, el republicano lideraba en Arizona.
Pero, además, la encuesta revela hacia dónde se inclinan los que deciden a último momento su voto (un 8%). Un 55% prefiere elegir a Harris y un 44% por Trump. Muchos de ellos (un 40%), dijo que ya emitió su sufragio en forma anticipada.
En muchos de estos votantes parece pesar la retórica trumpista de los últimos días que se ha radicalizado, con un acto en el Madison Square Garden en New York donde se escucharon consignas contra inmigrantes, afroamericanos y la propia Harris, a la que calificaron de idiota y prostituta.
Otra señal alentó a los demócratas: una encuesta de DesMoinesRegister/Selzer sorprendió en la noche del sábado al dar como ganadora a Harris por 47% sobre 44% de Trump en Iowa, un estado que tradicionalmente es un bastión republicano y que nadie consideraba en disputa.
Nada es definitivo
Sin embargo, no hay que tomar como definitivos estos trabajos, son apenas puntas en un fenómeno complejo y el martes todo puede pasar. De hecho, una encuesta de Atlas Intel, que predijo con exactitud las últimas dos elecciones de 2020 y 2022, ve a Trump arriba de Harris por casi 3% en el voto popular y al magnate adelante en los 7 estados disputados por entre 1% y 6,5%, con un 1,8% en la crucial Pennsylvania.
Otros datos de esta encuesta no son auspiciosos para los demócratas. Un 53% ve al ex presidente como un mejor líder para manejar la economía, el tema que más preocupa a los estadounidenses, mientras que un 44% prefiere a Harris. Y Trump también lidera en el combate a la inmigración ilegal: 54% a 42%. Incluso entre los que respondieron sobre quién es mejor para salvaguardar la democracia del país Trump va mejor, 49% a 47%.
NBC y Emerson también marcaron un empate en el voto popular en 49%.
La campaña del ex presidente está furiosa con The New York Times y denuncia que buscan “hacer disminuir el entusiasmo de los votantes. No va a funcionar. Nuestros votantes son como Trump: dan pelea”, escribieron. Y el propio candidato dijo sobre la encuesta del rural estado de Iowa: “¡Amo a los granjeros de Iowa y ellos me aman!. La encuesta de Emerson me da 10 puntos arriba” en ese distrito.
Mas allá de la puja en las encuestas, en la recorrida de Clarín por los estados pendulares que decidirán esta elección, también se vio un panorama parejo. Entre algunos matices, a diferencia de otras presidenciales, se pudo ver que los trumpistas ya no tienen miedo o vergüenza a expresar sus preferencias por el magnate y están muy movilizados y entusiasmados. Una jubilada de un condado clave de Pennsylvania comentaba que por primera vez colocó en su jardín un cartel de Trump, cosa que no había hecho en comicios anteriores.
También, en el terreno se confirma que buena parte de los estadounidenses creen que Trump es mejor para solucionar la economía, a pesar de que los números de Joe Biden revelan un país en firme crecimiento, una baja de inflación a niveles casi normales (2,8% anual) y desempleo de apenas 4%.
Pero todos los estadounidenses se quejan de que los precios están más altos que hace 4 años. Incluso algunos demócratas, que no votarán a Trump por su retórica incendiaria, señalaban que el magante es un hombre de negocios que puede manejar mejor la economía. También en parte de electorado afroamericano y latino. Si al final se vota básicamente con el bolsillo, el magnate parece llevar claramente la delantera en ese sentido.
En el terreno de los estados clave se puede ver que los votantes moderados o independientes, sobre todo los hombres, no están demasiado preocupados por las condenas de Trump ni el asalto al Capitolio o de que sea un fascista o se convierta en un dictador, como denuncia la campaña de Harris. El tema no sale demasiado en las conversaciones. Solo los demócratas más fervorosos y militantes se mostraron horrorizados al respecto y, sobre todo, buena parte de las mujeres.
Allí están puestas las esperanzas de la campaña de Harris. Buscan que las mujeres, que ya se inclinan mayoritariamente por ella, salgan esta vez en masa a votar, temerosas de que un triunfo del republicano lleve al país a un caos institucional, limite aún más el aborto o les quite derechos.
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