Luego de una semana con grandes partidos ha finalizado el 33° Campeonato Nacional de Maxi-Basquetbol que reunió a más de tres mil jugadores (as) y dirigentes de todo Chile, de Arica a Punta Arenas, que año a año nos movilizamos en pos de disfrutar de:

  • Nuestro deporte;
  • De la compañía de quienes por años fueron nuestros adversarios y/o co-equipos;
  • También se da la opción de hacer nuevas amistades, puesto que, muchas veces, ya sea por falta de recursos, o  falta de jugadores, las selecciones deben recurrir a basquetbolistas  de distintas plazas para completar sus equipos.
  • El agón siempre está presente, razón por la cual, la lucha por seguir dando lo mejor de nosotros mismos, individual y colectivamente “a pesar de todo”-;
  • A pesar de la edad y las secuelas de la artrosis en nuestras rodillas, lesión tan común en nuestro deporte, es parte del paisaje;
  • Lograr gritar y celebrar como ¡Campeones!, es parte de la expresión de nuestra necesidad de competir, de compartir, de divertirnos, de sentirnos vivos.

Nuestro deporte tiene algo especial, no existe el empate, razón por la cual, cada uno, cada equipo, sabe sus posibilidades de antemano, conoce a sus posibles rivales y por ende, puede anticipar quien será el Campeón, sin embargo, eso no es un freno para recorrer en algunos casos cientos de kilómetros para estar en la gran fiesta de los seniors:

  • Nuestro Campeonato Nacional de Maxi Basquetbol comprende series desde los treinta y cinco (35) a ochenta (80) años y más, en hombres y mujeres.

Este año, los anfitriones fueron Valparaíso y Viña del Mar. En mi caso, sirvió para recordar el año en que trabajé como entrenador de las divisiones inferiores y como jugador del equipo de honor de Santiago Wanderers gracias a la gestión,  de uno de los mejores dirigentes que conocí en el deporte en general, me refiero a Francisco Amador Oyarce Q.E.P.D. “Panchito” para sus amigos, a quien rindo un homenaje público por todo lo que aportó al deporte en Valparaíso.

Algunos Campeones

Quiero resaltar con algunas imágenes momentos especiales de este campeonato:

  • Del anfitrión Valparaíso en 70 años, equipo que resultó Campeón con el gran “Pipa” Verdejo a la cabeza, otrora jugador de Sportiva Italiana y de la selección de Valparaíso y chilena, uno de los grandes jugadores de nuestro deporte;
  • Hemos sabido que será posiblemente su último Nacional, y nos alegra que en su casa, en su querido Fortín Prat haya levantado la copa de Campeón Nacional categoría 70-74 años como podemos apreciar en la foto;
  • "Pipa" Verdejo alzando la Copa como Campeón Nacional categoría 70-74 años
  • Siempre he dicho que la felicidad de un amigo es la felicidad para uno, por lo tanto, ver las caras de Franklin Hoy; Ángel Devoto; Bernardo Suazo con quienes jugué tantas veces, gritando campeones en el equipo de Valparaíso me llena de alegría.
  • Valparaíso Campeón

Sugerencia

Creo que nuestra Federación debería llevar adelante una propuesta de seguro de salud deportivo para los más de tres mil (3000) jugadores que nos movilizamos cada año, que son los mismos que compiten en sus respectivas asociaciones con alguna compañía del rubro. En mi caso lo he tomado cada vez con compañías extranjeras.

Concepción

  • De Concepción, quiero resaltar la selección 70 a 74 años por la que jugué en la cual conocí a grandes personas con el nacimiento de nuevas amistades;
  • La selección de Concepción de 75 años a 79 años, la cual, para sorpresa de la mayoría derrotó al favorito Arica en la final, resultando Campeón en esa categoría.
  • Concepción categoría 75-79 años Campeón Nacional

Decía que se daba la posibilidad de reencontrarse con viejos amigos ya sea como coequipos o como rival, pues en este caso, con mi gran amigo de siempre, Jorge Mora en la foto, tuvimos la oportunidad de enfrentarnos en cancha y fuera de ella poder recordar aquellos grandes momentos de nuestras vidas compartidos.

  • Desde nuestro diario, felicitamos a todos los que con un gran espíritu deportivo han sacado nuevamente ese espíritu del guerrero noble y, han recorrido kilómetros para unirnos en una cancha de básquetbol tras un balón naranjo portador de nuestros sueños de ayer y de hoy.
  • Por Víctor Sforzini.