El FBI anunció el arresto de un hombre en Houston (Texas) por presuntamente planear un ataque en Estados Unidos en nombre del grupo terrorista Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés).

Anas Said, de 28 años, fue arrestado en su apartamento la semana pasada y las autoridades lo acusan de haber estado buscando cómo cometer “acciones violentas” en nombre del ISIS en Houston, la ciudad más grande del estado, según informó la oficina del FBI local.

La fiscalía del distrito sur de Texas presentó cargos criminales en su contra por “intentar dar apoyo material a una organización terrorista”.

Las autoridades señalaron que Said admitió haber estado “investigando cómo llevar a cabo un ataque en los centros de reclutamiento militar” locales, haber ofrecido su casa como un “santuario” para personas afiliadas al ISIS y haber asegurado que cometería un ataque como el del 11-S si tuviera los recursos.

A su vez, informó la oficina del FBI en Houston en una serie de publicaciones en la plataforma X, Said “intentó generar propaganda” para ISIS.

El acusado grabó y editó “al menos cinco videos” que promovían y glorificaban a ISIS, según detalló el fiscal del distrito sur de Texas, Alamdar Hamdani, en una rueda de prensa.

Las autoridades tenían al hombre en la mira desde 2017, según detallaron medios locales, por su actividad en redes sociales y comentarios violentos a favor del ISIS.

FBI frustró un plan iraní dirigido a Trump

El pasado viernes, el Departamento de Justicia de Estados Unidos acusó a un hombre vinculado a la Guardia Revolucionaria de Irán de tramar un plan para asesinar al entonces candidato republicano Donald Trump antes de las elecciones.

En un comunicado, el fiscal general Merrick Garland explicó que el régimen iraní encargó al acusado “dirigir una red de socios criminales para impulsar tramas de asesinato de Irán contra sus objetivos, incluyendo el presidente electo Donald Trump”.

El principal acusado es Farhad Shakeri, de 51 años, descrito en la demanda como un afgano residente en Teherán que pasó una década en la cárcel en Nueva York, donde conoció a sus socios, antes de ser deportado -ahora se le supone en Irán-, y que es un miembro “activo” de la Guardia Revolucionaria.

El Departamento de Justicia asegura que Shakeri participó voluntariamente en una conversación telefónica con el FBI, a los que aseguró que el 7 de octubre pasado le encargaron preparar un plan para matar a Donald Trump en la semana siguiente, pero que nunca pensó en preparar ese plan “en el marco de tiempo propuesto por la Guardia Revolucionaria”, sin que quede muy clara esa contradicción.

Si Shakeri no tenía listo ese plan por entonces, como aseguró que era su caso, la milicia iraní pondría en pausa su misión hasta después de las elecciones porque creían que Trump las perdería y que “después sería más fácil” asesinarlo, agrega.

La acusación se produce después de que en septiembre la campaña de Trump dijera que funcionarios de inteligencia de EEUU habían advertido al entonces candidato “sobre amenazas reales y específicas por parte de Irán con el objeto de asesinarlo”.

“Hay pocos actores en el mundo que supongan una amenaza tan grave para la seguridad nacional de Estados Unidos como Irán”, afirmó el fiscal general Merrick B. Garland en un comunicado. “No toleraremos los intentos del régimen iraní de poner en peligro al pueblo estadounidense”, añadió.

Christopher Wray, director del FBI, declaró: “El Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica —una organización designada como terrorista extranjera— ha estado conspirando con criminales y sicarios para atacar y eliminar a estadounidenses en suelo estadounidense, y eso no será tolerado. Gracias al arduo trabajo del FBI, sus mortales planes fueron frustrados”.

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