Cumplir el sueño de la casa propia es un anhelo que se hace cada vez más difícil de concretar en el país. Y así lo demuestran las cifras.

La Cámara Chilena de la Construcción (CChC) presentó hoy una actualización del Índice de Acceso a la Vivienda (PIR, por su sigla en inglés), un indicador internacional que mide la relación entre el precio de las viviendas y el ingreso de los hogares, con el fin de determinar la cantidad de años que una familia de ingreso promedio necesitaría para comprar una vivienda de precio promedio si destinara la totalidad de estos recursos a dicho objetivo.

¿El resultado? Actualmente, una familia en Chile necesitaría, en promedio, 11,4 años ahorrando la totalidad de sus ingresos para adquirir una vivienda. Lo que significa un aumento de 3,8 años desde 2019, cuando este indicador fue aplicado por primera vez en el país.

Con esto, Chile se consolidó en la categoría de países con viviendas «no asequibles», según el índice.

Según la metodología internacional del PIR, una vivienda es considerada «asequible» si requiere menos de tres años de ingresos familiares, mientras que es «no asequible» si supera los cinco años.

«Evidentemente existe una creciente brecha entre el precio de la vivienda y el ingreso de los hogares, lo que ha ido dificultando el acceso a la ‘casa propia’ durante la última década», comentó el gerente de Estudios y Políticas Públicas de la CChC, Nicolás León.

En comparación internacional, solo Nueva Zelanda supera a Chile con un PIR de 11,6 años, mientras que países como Canadá (9,1 años) y Australia (8,4 años) registran cifras más bajas pero también «preocupantes».

Factores que agravan la crisis

León atribuyó esta situación a una combinación de factores que han impactado tanto la oferta como la demanda. «Desde el punto de vista de la oferta, lo más incidente ha sido el aumento del precio del suelo donde sería posible desarrollar proyectos habitacionales», señaló.

Asimismo, añadió que restricciones a la construcción en altura, encarecimiento de materiales y mano de obra tras la pandemia, y cambios normativos como la aplicación del IVA a la compraventa de viviendas en 2016, han contribuido al problema.

En cuanto a la demanda, destacó el aumento en el número de hogares debido a cambios en la composición familiar y el crecimiento de la población migrante, así como mayores dificultades para acceder a financiamiento.

«Estamos frente a un problema social urgente, provocado por múltiples factores. Esto significa que ya no puede resolverlo solo un ministerio o un grupo de empresas», enfatizó León.

Propuestas para mitigar la crisis

Ante este panorama, la CChC presentó un conjunto de propuestas para abordar la problemática. Entre ellas, destacan el subsidio transitorio para sectores medios, la cual se trata de una Línea de Financiamiento Hipotecario que facilite la compra de viviendas nuevas.

Asimismo, un mecanismo compensatorio CEEC. El cual sugiere un reemplazo de este crédito para reducir costos de construcción.

También se propone la Extensión del Fogaes y asegurar su vigencia hasta 2026 y ampliar la cobertura del pie hipotecario de un 10% a un 15%.

Y por último, eliminar normativas como la Ley del Ducto y actualizar indicadores urbanísticos para optimizar la infraestructura.

Finalmente, León llamó a la acción colectiva. «Es importante que los distintos actores del mundo privado, el sector público, las entidades financieras y la sociedad civil trabajemos juntos, con sentido de urgencia y la mirada puesta en el bien común», culminó.

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