Escapar del futuro es imposible, a veces llega de golpe.
Y como apunta Felipe Balmaceda en una columna esta semana, es mejor estar preparados. En especial en lo que a automatización se refiere. Porque, como dice, “la revolución de la automatización, a diferencia de otras, tiene la particularidad de sustituir el trabajo en lugar de complementarlo”.
Y las predicciones son preocupantes: “las estimaciones sugieren que el 40% de los actuales trabajos ya no existirán al final de la década”.
Y la pregunta que surge es ¿qué pasará con la empleabilidad, los ingresos y el capital humano en los trabajos que están desapareciendo? E
El mundo lo vivió en el pasado, aunque probablemente no al ritmo actual. El asunto para Balmaceda es que el mercado no está preparado. Falta más flexibilidad y adaptación.
Boletín semanal de Opinión de La Tercera por Juan Paulo Iglesias
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