Estados Unidos señaló a la guerrilla colombiana del Ejército de Liberación Nacional (ELN), las disidencias de las extintas FARC y al peruano Sendero Luminoso como las mayores amenazas terroristas en América Latina, al mismo tiempo que alertó sobre la presencia de miembros del grupo chiíta libanés Hezbollah en distintos países de la región, entre ellos Chile.

«El terrorismo siguió siendo un problema de seguridad para algunos países en diversas partes de América Latina en 2023», detalló el Departamento de Estado en su informe anual sobre terrorismo.

El ELN, las disidencias de las FARC – Segunda Marquetalia, de Iván Márquez, y el Estado Mayor Central, de Iván Mordisco- así como Sendero Luminoso siguieron siendo el año pasado «las amenazas terroristas más importantes de la región».

El documento subraya que las disidencias de las FARC y el ELN siguieron «cometiendo actos de terrorismo en Colombia y Venezuela», incluidos atentados con bombas, secuestros y ataques contra infraestructura civil e instalaciones militares y policiales.

Aunque afirma que hubo «avances significativos» en la lucha contra el terrorismo, señala algunos obstáculos como la corrupción, las instituciones gubernamentales débiles o la falta de recursos.

Según la Administración de Joe Biden, el grupo islamista libanés Hezbollah, respaldado por Irán, mantuvo en 2023 sus operaciones en Latinoamérica, donde buscó recaudación de fondos para sus actividades.

El informe señala la existencia de miembros de Hezbollah en Estados Unidos, Brasil, Chile, Colombia, Panamá y Perú.

«En 2023, las autoridades brasileñas desbarataron el intento de Hezbollah de atacar a la comunidad judía y expusieron los esfuerzos de reclutamiento de la organización en Brasil», ejemplifica el reporte.

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