Uno de los ejes principales que se incorporará en el proyecto de impuesto a la renta que planea el gobierno es una rebaja en el gravamen que pagan las empresas, el que pasaría de 27% a 25%. La argumentación que hay detrás de ello es que ese nivel es uno de los más altos a nivel comparativo con países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (Ocde) y que, por lo mismo, se propone reducirla.

Hoy Chile se ubica en la décima posición entre los 38 países de la Ocde con la tasa de impuesto a las empresas más alta. Esa lista de países la encabezan Colombia, con una tasa de 35%; Portugal, con 31,5%; Australia, con 30%; Costa Rica, con 30%; México, con 30%; Alemania, con 29,9%; Japón, con 29,7%; Nueva Zelanda, con 28%; Italia, con 27,8%, y Chile, con 27%.

En el otro extremo, los países con las tasas de impuestos a las empresas más bajos son Hungría, 9%; Irlanda, 12,5%; Lituania, 15%; Polonia, 19%; Suiza, 19,6%, y Letonia, 20%. La tasa promedio de las naciones de la Ocde es de 23%.

Así, si Chile reduce el impuesto de primera categoría a 25%, el país quedaría en la posición 15 entre los 38 países Ocde.

Ahora bien, en cuanto a la recaudación que se obtiene por este gravamen, un análisis del Instituto Libertad y Desarrollo (LyD) con datos al 2022 muestra que Chile recaudó por ese impuesto 5,7% del Producto Interno Bruto (PIB), ubicándose en la tercera posición entre los 38 de la Ocde, muy por sobre la mediana del bloque, que es de 3,3% del PIB. Según LyD, “solo nos superan Noruega (18,8%) y Australia (6,6%)”.

Macarena García, economista de LyD, explica que “con posterioridad a 2020 hay que analizar los datos de impuestos con cuidado, ya que están afectados al alza o a la baja por las distintas medidas tributarias transitorias tomadas en los distintos países durante la pandemia, lo que implica reducciones de impuestos en algunos años y su reversión en otros”.

Por ello, dice que “para evitar estos vaivenes, se puede mirar la recaudación del 2019, año previo a la pandemia. Incluso en este caso vemos que Chile sigue siendo el tercer país en términos de recaudación (4,9% del PIB), muy superior a la media y mediana de 3%. Solo superados por Noruega (5,9%) y Luxemburgo (6%)”.

Por tanto, García señala que “independiente del año considerado, se confirma que las empresas chilenas realizan un esfuerzo importante por cumplir con la carga tributaria, más que ´muchos países de altos ingresos”.

Los expertos tributarios valoran el hecho de que se haya tomado la decisión de reducir la tasa corporativa, pero plantean que sería aún más positivo que pueda llegar a 24% o 23%.

Loreto Pelegrí, socia del Área Legal y Tributaria de PwC Chile, sostiene que “una tasa más alta de primera categoría hace menos competitivo a Chile, desde el punto de vista tributario, y eso golpea directamente la evaluación de proyectos de inversión en comparación a otros países donde se puede obtener una rentabilidad más alta”. Por ello, es partidaria que baje a 24% o 23% la tasa de impuesto a las empresas.

Hugo Hurtado, socio líder de Tax&Legal de Deloitte, plantea que “hay espacio para ajustar la tasa de impuesto corporativo. El bajar del 27% al 25% es una baja bastante tenue y no sabemos si logrará incentivar el crecimiento y desarrollo que se requiere. Por eso consideramos que debería bajar un poco más hacia el promedio de la Ocde”.

¿Cómo compensar?

Uno de los marcos generales que tiene el proyecto de impuestos a la renta es que tiene que ser fiscalmente neutro. Y por ello, si se quiere reducir el impuesto a las empresas se deben buscar alternativas de alza para compensar la merma de ingresos. Y en este punto no hay acuerdo. Por un lado, el gobierno ha propuesto fijar dos tasas. Una de 16% a la distribución de dividendos a accionistas contribuyentes de impuestos finales (no empresas). Y otra de 4% a la primera distribución de utilidades por una empresa, independiente de quién sea el destinatario.

A ello se sumaría un aumento del Impuesto Global Complementario de los contribuyentes de mayores ingresos, comenzando en los $6 millones. Por ahora, esas alternativas no convencen a los parlamentarios de oposición ni tampoco a los tributaristas.

Hurtado sostiene que la mejor forma de compensar la recaudación es “mediante la revisión de las exenciones tributarias y ampliando el impuesto a las personas, aumentando la progresividad en los tramos”. Pelegrí, en tanto, sostiene que “no subiría ningún impuesto. Lo que se debiera hacer y que lo propuso en su minuto el exministro Ignacio Briones, es un Presupuesto desde cero y de esa manera generar ahorro”. Junto con eso, dice que se debe “realizar una reforma al sector público que ha crecido exponencialmente en comparación al crecimiento del sector privado”.

Trabajo prelegislativo

Para continuar el trabajo prelegislativo que inició la semana pasada, el ministro de Hacienda, Mario Marcel, agendó reuniones con las bancadas de la Democracia Cristiana (DC) para este martes y para el miércoles con el Partido Comunista (PC). El objetivo de estos encuentros es comenzar a socializar la propuesta tributaria que trabaja el gobierno y recibir comentarios y propuestas de los partidos.

La semana pasada ya se reunió con las bancadas de diputados del Frente Amplio, Partido Socialista (PS) y el Partido por la Democracia (PPD).

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