El senador José Miguel Insulza (PS) dice que, al final, en política “uno siempre se acostumbra”, haciendo referencia a la nueva alianza electoral de su partido con Apruebo Dignidad. Sin embargo, es transparente con su postura y abiertamente plantea que la definición adoptada a inicios de este mes le es incómoda.
Dice que en ningún caso tiene diferencias con Apruebo Dignidad respecto de los temas de fondo del gobierno que hoy comparten, pero advierte que las “grietas” se evidencian en temas específicos, como la postura del Partido Comunista (PC) respecto de Venezuela o Nicaragua. En diálogo con La Tercera PM aprovecha de anunciar su desafiliación al Grupo de Puebla precisamente por la cautela con la que han sido tratadas las violaciones a los derechos humanos del régimen de Daniel Ortega.
Antes de que se concretaran los pactos electorales, dijo que no sentía cómodo en lo absoluto con la idea de que el PS fuera en una lista con Apruebo Dignidad (AD). ¿Persiste su incomodidad?
Mire, yo en realidad creo que a todo se acostumbra uno y lo sopesa bien. Mi molestia en ese momento es que por primera vez en más de treinta años íbamos a tener un pacto distinto con nuestros aliados históricos…
Para concejales en algún momento compitieron divididos…
Sí, para concejales hubo una diferencia, pero acá se tomó una decisión no solamente de ir separados, sino que de ir en una alianza distinta de Socialismo Democrático (SD) y con esa decisión no me siento cómodo. Dejamos a nuestros aliados de siempre. Sin embargo, esto ya está en marcha y yo lo único que espero es que la campaña no se convierta en una batalla fratricida con el PPD, porque ellos son muy cercanos a nosotros y nos peleamos muchos de los mismos votos. La tendencia a pegar un ‘codazo’ fuerte siempre va existir.
¿Qué tan riesgoso es para la identidad socialista la alianza con AD?
Nosotros éramos, hasta hace poco, la principal fuerza del SD. No queda ninguna duda de eso. Sin frases bonitas, creo que el SD se sostenía, fundamentalmente, por la fuerza del PS. El PPD tenía problemas, el PR también, la DC -aunque fuera de la coalición y del gobierno- también. Éramos, por así decirlo, los que hacíamos una parte importante de las posturas del bloque y eso puede perderse después.
Para los futuros comicios (municipales o parlamentarios), ¿los socialistas deberían mantenerse con los que han sido siempre sus socios históricos: el PPD, el PR e incluso la DC?
Espero que sí.
En 2008 fue la vez en que compitieron en listas distintas para concejales. ¿Por qué ahora es distinta esa división?
Esa vez no fue posible llegar a un acuerdo. El problema es que esto se fundó en la idea de que teníamos que ir todos juntos en una coalición más amplia, en la que nuestros socios del PPD, la DC y el PR no quisieron ir. Dijeron que ellos no querían ir porque creían que esta coalición representaba algo distinto. Y yo creo que sí hay grandes diferencias entre nosotros y Apruebo Dignidad.
¿Pese a que comparten gobierno?
Es que no es respecto del gobierno de Gabriel Boric. Si usted me pregunta si hay algo del gobierno Boric en que estoy en desacuerdo, relativo a los temas principales, a mí me costaría mucho encontrar alguno, pero no cabe duda que en algunos asuntos tenemos discrepancias.
¿Lo distancian algunas posturas de los partidos -como el Comunista- sobre regímenes de países como Nicaragua, Cuba o Venezuela?
Por ejemplo.
Es un “parteaguas” para usted.
Es un parteaguas, porque lo de Nicaragua -creo que fue Mariano Fernández el que lo dijo hace un par de días atrás- no es una dictadura, es una tiranía. Son un par de personas que están ahí apoyadas en la fuerza y que hacen exactamente lo que les da la gana. O sea, amanecen con ganas de quitarle la nacionalidad a alguien y lo hacen. Cualquier justificación o matización es completamente negativa para nosotros.
Su colega, el senador Fidel Espinoza, ha planteado que es difícil recuperar las confianzas a nivel de coalición. ¿Cree que no hay vuelta atrás?
Yo no sé si no es reparable, pero fue una ruptura de confianzas sin duda. (Antes) Nos peleábamos mucho, discutíamos mucho, pero a la hora de las elecciones íbamos todos juntos. Eso ciertamente hay que recuperarlo. Creo que sí se puede recuperar.
¿No cree que haya una “desrenovación” del socialismo, como han dicho algunos columnistas o teóricos?
Sí, lo han dicho algunos columnistas, pero yo no estoy de acuerdo. Los socialistas hoy, el mismo PS que va en la lista junto con AD, es un partido profundamente democrático y partidario de la democracia y no está dispuesto a transar ese principio.
¿Fue un argumento suficiente la “unidad” para acudir a la lista de AD?
Todos queremos un gobierno con una coalición única, pero no hemos llegado ahí todavía, seamos francos. Todavía hay mucha crítica, muchas discusiones. Incluso, todo este debate sobre los lugares que se ocupan en el gabinete y cuántos subsecretarios, cuántos seremis y todo lo demás muestran que no somos una coalición completa todavía, porque eso revela desconfianzas que deberían resolverse. El riesgo, del punto de vista puramente electoral, es que el gobierno va compitiendo con dos coaliciones y que la gente comience a hacer matices entre lo que sacó nuestra alianza -como lo que sacó el gobierno- y la otra como que no fuera del gobierno. Y yo estimo que ese grupo va a sacar un número importante de votos. Entonces, es importante que se entienda que todos esos son grupos que desde distintas posturas apoyan al gobierno de Gabriel Boric.
¿En qué pie quedó el liderazgo de timonel PS Paulina Vodanovic tras esta definición electoral?
Paulina hizo un esfuerzo grande por una sola lista y por la unidad. Las discusiones que tuvo con algunos otros miembros de la directiva no fueron tan fundamentales. Yo, personalmente, no puedo decir lo que prefería ella. Pero yo creo que ella ha hecho un esfuerzo grande por representar al conjunto del partido porque para eso la eligieron. Paulina es un claro ejemplo de lo que es la renovación socialista, del Socialismo Democrático. Pero su obligación es representar al conjunto del partido y eso lo ha hecho bien.
Ahora en campaña, ¿cómo debería ser la convivencia entre estas dos listas oficialistas?
A estas alturas, lo que deberíamos plantear son los grandes temas que hemos planteado como gobierno, los grandes temas que deberían ir en la Constitución. Yo no veo todavía plasmado qué cosas vamos a pedir nosotros como conjunto de la Constitución. Hay buenos trabajos ahí, escritos, trabajos excelentes de José Antonio Viera-Gallo y algunos otros, pero creo que sería importante que las dos coaliciones dijeran más claramente qué es lo que quieren y qué es lo que no quieren de la Constitución. De eso se trata la elección.
Qué debería ocurrir con los reequilibrios que se piensa que habrá para el cambio de gabinete. ¿El Socialismo Democrático debe apostar a más subsecretarías? ¿El gobierno debe recuperar el “relato”?
Hay que recuperar mucho relato, porque no sé si usted se da cuenta, pero a este gobierno le han pasado cosas tremendas, que no les pasaban a otros. Los incendios cambiaron totalmente el panorama del mes de febrero, entonces claro que se requiere retomar un relato claro en torno a los grandes temas: reforma tributaria, reforma de pensiones, el tema del royalty y la Constitución que queremos. En cuanto a los cambios, es importante decirlo con claridad: nosotros estamos contentos con lo que existe de parte del Socialismo Democrático en el gobierno. Los ministros “preeminentes” que forman parte del gabinete son del bloque. Hay varios de ellos.
El tema son las subsecretarías…
Sí, y con las (autoridades de) regiones. En las reuniones que he tenido con parlamentarios nuestros se quejan de que en las regiones simplemente no existen. Por lo menos en mi región, la presidenta regional de nuestro partido fue a hablar con un seremi del área en que ella es profesional, a preguntarle cuál va a ser el equipo de trabajo. Y el señor le contestó que ‘aquí va a haber pura gente de Apruebo Dignidad. Esta seremía es de Apruebo Dignidad’. Eso se reproduce en muchas partes y hay que corregirlo.
En la evaluación ministerial, Cancillería está en el ojo del huracán. Como exministro de la cartera, ¿cómo evalúa la gestión de Antonia Urrejola?
Ella es una persona con mucha experiencia. Hoy yo le recordaba a alguien en una conversación que Antonia Urrejola tenía la misma edad y la misma trayectoria que teníamos Juan Gabriel Valdés o yo cuando asumimos el ministerio de Relaciones Exteriores. Eso da cuenta de la experiencia. Yo creo que sus equipos han cometido errores prácticos, técnicos. Los temas centrales han sido bien tratados. Yo no quiero perderme mucho en detalle, pero me gustaría profundizar en el TPP-11. Si se hubiera votado en el gobierno anterior, se habría rechazado (…). En esas condiciones asumió Antonia Urrejola el ministerio y ella creía que era necesario aprobarlo. Y optó por un camino bastante más tranquilo en que se dijeron todo tipo de cosas, se demoraron mucho las cosas, se habló de las side letters, que no tenían ninguna importancia, francamente. Urrejola lo hizo con paciencia y con calma, y se demoró un año en hacerlo. Ayer el TPP entró en vigor, y es un gran éxito. También yo me enorgullezco de la posición que ha tenido Chile respecto del tema Nicaragua y me enorgullezco porque hay otros gobiernos de izquierda más cuidadosos, más tradicionales. El Presidente Boric y la canciller Urrejola han actuado de acuerdo con esta frase que nos gusta tanto repetir: que los derechos humanos son universales.
A propósito de ese tema, ¿usted continúa en el Grupo de Puebla?
No, yo estoy fuera del Grupo de Puebla. Estoy al margen, ya no formo parte. Y la razón es que han sido muy cautos respecto de temas como el de Nicaragua.