Este lunes 3 de marzo, la ex presidenta Michelle Bachelet regresará a Santiago tras un mes de descanso en Caburgua, en el sur de Chile. Su retorno, sin embargo, no parece ser el preludio de un nuevo capítulo en su carrera política, sino más bien el epílogo de una era. Fuentes cercanas a altos dirigentes del Partido Socialista (PS), del Partido por la Democracia (PPD) y del gobierno han confirmado a Ex-Ante que Bachelet estaría dispuesta a declinar una eventual postulación presidencial y respaldar la candidatura de Carolina Tohá, actual ministra del Interior, quien dejaría el gabinete la próxima semana.

El mensaje entre líneas
La entrevista publicada el domingo en El Mercurio con Sebastián Dávalos, hijo de la ex mandataria, fue interpretada por varios actores políticos como una señal clara de que Bachelet no buscará un tercer mandato. Dávalos afirmó que su madre “ha dicho que hay que potenciar nuevos liderazgos y renovar la política”, una declaración que resonó como un guiño hacia la necesidad de dar paso a una nueva generación. Este mensaje, sumado a su baja en las encuestas —apenas un 30% de intención de voto frente al 44% de Evelyn Matthei—, parece haber inclinado la balanza en favor de su retiro definitivo de la contienda electoral.

El factor Tohá y la unidad del progresismo
Carolina Tohá, figura clave en el gobierno de Gabriel Boric, emerge como la candidata natural para aglutinar al oficialismo. Bachelet, según fuentes cercanas, respaldaría su candidatura siempre que esta surja de un acuerdo amplio o de primarias dentro del bloque progresista. “Bachelet va a priorizar la unidad”, aseguró un alto dirigente del PS, subrayando que la ex presidenta no está dispuesta a fracturar al oficialismo en un momento crítico para la centroizquierda chilena.

El desgaste de una figura histórica
En el círculo más íntimo de Bachelet, integrado por sus asesores de la Fundación Horizonte Ciudadano, prevalece la idea de que una nueva campaña sería extremadamente desgastante. Los ataques a sus dos gobiernos anteriores, sumados a la incertidumbre de un triunfo no garantizado, podrían terminar erosionando su legado político. “Esta vez, su victoria no está asegurada, y un fracaso podría dejarla en una suerte de segunda división”, comentó un cercano a la ex mandataria.

Agenda internacional y el futuro de Bachelet
Lejos de la política local, Bachelet tiene una agenda internacional cargada para marzo. Como vicepresidenta del Club de Madrid, visitará México, Nueva York y Europa, donde participará en conferencias y sostendrá reuniones de alto nivel. Este despliegue refuerza la imagen de una líder global que, aunque se aleje de la política chilena, mantendrá su influencia en el escenario internacional.

Los plazos y el gesto de Boric
El cambio de gabinete que permitirá la salida de Tohá no incluiría a más ministros, según fuentes oficialistas. Este movimiento sería un gesto del presidente Boric hacia la ministra, quien tendrá una ceremonia exclusiva para su despedida. Tohá, quien fue vocera de Bachelet durante su segundo gobierno, mantiene una relación fluida con la ex presidenta, consolidada tras años de colaboración y lealtad mutua.

El PS y la cohesión del oficialismo
Dentro del PS, la eventual postulación de Bachelet era vista como una oportunidad para cohesionar al oficialismo y mejorar los resultados parlamentarios. Sin embargo, la realidad de las encuestas y el desgaste natural de una figura histórica han llevado a muchos a aceptar que el futuro del progresismo chileno pasa por nuevos liderazgos.

Conclusión
El regreso de Bachelet marca un punto de inflexión en la política chilena. Su probable respaldo a Tohá no solo refleja su compromiso con la unidad del oficialismo, sino también su reconocimiento de que el ciclo de los liderazgos históricos está llegando a su fin. En un escenario político cada vez más fragmentado y competitivo, la centroizquierda enfrenta el desafío de renovarse sin perder su identidad. Bachelet, mientras tanto, parece dispuesta a ceder el protagonismo y consolidar su legado desde un segundo plano.

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