Se tiende a pensar que conforme una mujer va llegando a la fase menopáusica, su libido disminuye. Pero una nueva encuesta, realizada en Reino Unido, sugiere que una menor frecuencia de las relaciones sexuales en la mediana edad no está asociada con las fluctuaciones hormonales típicas de esta fase, sino con el estrés y el cansancio que suelen experimentar.

Evidentemente, la menopausia trae consigo un período en el que se producen profundos cambios fisiológicos, entre ellos el fin de los períodos cíclicos de la menstruación y un descenso bastante significativo de la producción de estrógenos y progesterona, así como de la testosterona. Todas estas hormonas sí que desempeñan un papel importante en la libido y la función sexual, pero esto no tiene que ver tan directamente con un menor sexual, como sí suele pensar en un inicio.

| Un tercio de ellas reconoció no haber mantenido relaciones en el último mes y menos de la mitad se consideraba insatisfecha con su vida sexual

«Pocos estudios han tenido en cuenta la opinión de las mujeres para comprender el gran abanico de factores que influyen en la vida sexual que tienen cuando llegan a la mediana edad», asegura Kaye Wellings, científica especializada en salud sexual y una de las principales autoras del estudio, al diario médico Science Alert. «El descenso de esta frecuencia debe situarse en el contexto de un cambio social de sus roles, así como en sus propias circunstancias individuales».

La «generación sándwich»

En este sentido, este cambio en su contexto social y personal se debe, por ejemplo, a que cada vez más de ellas optan por tener hijos más tarde, sumado al hecho de que sus padres viven más tiempo. Y, desgraciadamente, las mujeres sigue siendo el género sobre el que recae la mayor parte de las tareas de cuidados en comparación con los hombres. Los autores hablan de una «generación sándwich», ya que en su mediana edad sienten que deben responsabilizarse económica y emocionalmente tanto de sus hijos como de sus padres, que ya son ancianos. Todo ello sumado al hecho de que tengan que compabilizar este tiempo con un trabajo a tiempo completo, lo que suele depararles unos mayores niveles de estrés y cansancio físico, mental y emocional.

| «Solo dos mujeres atribuyeron directamente su falta de interés sexual a la menopausia, y en una de ellas, el impacto se vio agravado por una depresión»

En la encuesta, realizada a 2.133 mujeres, los investigadores pidieron a los participantes que calificaran su vida sexual utilizando tres medidas: satisfacción, frecuencia de las relaciones y grado de actividad (lo que podríamos tomar como el nivel de esfuerzo físico en sus relaciones). Un tercio de ellas reconoció no haber mantenido relaciones en el último mes y menos de la mitad se consideraba insatisfecha con su vida sexual. Esto llevó a los encuestadores a determinar que si bien no disponían de demasiados momentos íntimos y de disfrute, en general sí que sabían disfrutar de ellos, aunque no fueran tantos.

De hecho, la infelicidad en sus relaciones románticas fue muchísimo más determinante en su insatisfacción sexual que los factores sociales, económicos u hormonales. Aquellas mujeres que se consideraban infelices con sus parejas tenían el doble de posibilidades de ser sexualmente inactivas, lo que lógicamente les conducía a la insatisfacción sexual más pronto que tarde.

Curiosamente, otras de las conclusiones fue que la salud mental jugaba un papel importante (al fin y al cabo, el nivel de estrés es una de las variables que se consideran como dentro de esta categoría). Y, por otro lado, un mayor grado de estudios o especialización se relacionó con una mayor insatisfacción sexual. Los investigadores dedujeron que tenían «las expectativas más altas», lo que las haciá más infelices en su vida sexual.

«Solo dos mujeres atribuyeron directamente su falta de interés sexual a la menopausia, y en el caso de una de ellas, el impacto se vio agravado por otros dos factores, ya que el inicio de esta fase de su vida coincidió con el comienzo de una depresión por duelo, y luego también un cambio en sus horarios laborales a los turnos nocturnos», aseguraron los encuestadores. Muchas de ellas también atribuyeron a la «falta de tiempo» y al «cansancio» su insatisfacción sexual.

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