El omega-3 no para de protagonizar estudios que le añaden cada vez más beneficio, el último para la vista de los pacientes de distintas enfermedades. Investigadores de la Universidad de Illinois (EEUU) han conseguido desarrollar una forma del ácido graso omega-3 docosahexaenoico (DHA) capaz de penetrar en la retina del ojo para prevenir el deterioro visual relacionado con la enfermedad de Alzheimer, la diabetes y otros trastornos.
El DHA que se encuentra en las cápsulas de aceite de pescado y otros suplementos suele estar en una forma denominada DHA triacilglicerol (TAG). Aunque el TAG-DHA tiene efectos beneficiosos en otras partes del cuerpo, no llega a los ojos porque no puede pasar del torrente sanguíneo a la retina. Para el estudio, los investigadores crearon una nueva forma lisofosfolípida de DHA, o LPC-DHA. En estudios con ratones, el LPC-DHA consiguió aumentar el DHA en la retina y reducir los problemas oculares asociados a procesos similares al Alzheimer.
«El LPC-DHA dietético es enormemente superior al TAG-DHA a la hora de enriquecer el DHA retiniano y podría ser potencialmente beneficioso para diversas retinopatías en pacientes», señala Sugasini Dhavamani, profesora asistente de investigación del Departamento de Medicina de la Universidad de Illinois en Chicago. «Este enfoque proporciona una novedosa vía terapéutica para la prevención o mitigación de la disfunción retiniana asociada a la enfermedad de Alzheimer y la diabetes». Dhavamani ha presentado este lunes su investigación en la reunión anual de la Sociedad Estadounidense de Bioquímica y Biología Molecular.
En los ojos sanos, el DHA se concentra en la retina, donde ayuda a mantener los fotorreceptores, las células que convierten la luz en señales que se envían al cerebro. La deficiencia de DHA en la retina está asociada a la pérdida de visión. Las personas con enfermedad de Alzheimer, diabetes, retinosis pigmentaria, degeneración macular asociada a la edad y trastornos peroxisomales suelen tener niveles anormalmente bajos de DHA en la retina, lo que provoca deficiencias visuales.
Aunque aumentar el DHA puede ayudar a prevenir este deterioro, aumentar el contenido de DHA en la retina ha sido un reto con los suplementos disponibles en la actualidad. Para que un suplemento dietético aporte DHA a la retina, el DHA debe ser capaz de ser absorbido primero por el intestino y luego por el torrente sanguíneo, para pasar después de este a la retina.
«Aumentar el DHA retiniano a dosis clínicamente viables no ha sido posible hasta ahora debido a la especificidad de la barrera sangre-retina que es incompatible con la especificidad de la barrera intestinal», señala Dhavamani. «Este estudio utiliza el novedoso enfoque del LPC-DHA dietético que supera tanto la barrera intestinal como la hemato-retiniana y mejora la función retiniana».
Los investigadores probaron su suplemento de LPC-DHA en ratones criados para presentar procesos similares a los de la enfermedad de Alzheimer de inicio temprano. Tras seis meses, los ratones alimentados diariamente con LPC-DHA mostraron una mejora del 96% en el contenido de DHA en la retina, así como una estructura y función retinianas preservadas. En cambio, los suplementos de TAG-DHA no afectaron a los niveles de DHA ni a la función de la retina.
Los resultados sugieren que los suplementos de LPC-DHA podrían ayudar a prevenir el deterioro de la función visual relacionado con el Alzheimer. Los investigadores afirman que este enfoque también debería ser útil para otros trastornos en los que la deficiencia de DHA y el deterioro de la visión son frecuentes.
La dosis de LPC-DHA utilizada en el estudio equivale a unos 250 a 500 miligramos de ácidos grasos omega-3 al día en humanos. Dado que estos se realizaron en ratones, serían necesarios más estudios para confirmar que el LPC-DHA es seguro y eficaz para su uso en humanos.
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