En noviembre de 2022 fue la última vez en la que Meg Ryan fue fotografiada paseando por las calles de Nueva York, poco antes de llegar a sus 61 años el 19 de noviembre. Su rostro lucía fresco, sin grandes modificaciones estéticas, una piel visiblemente saludable y sonriente ante las cámaras de los paparazzi. Sin embargo, en su más reciente aparición, los fanáticos al parecer no quedaron contentos con su aspecto.
El hecho de presentó durante la proyección del documental Still, de su gran amigo Michael J. Fox. La actriz siempre ha dejado en claro que no es fanática de someterse a ningún retoque estético en su rostro, pero en esta oportunidad Ryan tenía sus pómulos más hinchados o ligeramente con algo de volumen, su piel se veía tersa y sin arrugas, apenas se podían percibir las líneas de expresión y su cabello, con mechones rubios y un largo considerable.
El atuendo que llevó Ryan durante la transmisión del documental no pasó desapercibido, compuesto por unos pantalones en tonalidades grises con líneas cruzadas que simulaban algunos cuadros, una camiseta básica en color blanco y una chaqueta con estampados grabados, en conjunto con un largo abrigo en negro, perfecto para los climas fríos que todavía predominan en la capital del mundo.

El pasar de los años, la nominada al Globo de Oro ha cambiado notoriamente, lo que ha generado cientos de rumores si realmente es enemiga de las cirugías plásticas o ha envejecido naturalmente. En entrevista con la revista Porter, la norteamericana aseguró que no suele prestar mucha atención a este tipo de comentarios y agregó: “Hay mucho odio en el mundo de hoy. Es tan fácil juzgar. Imagina ser un hater, qué estúpido”.
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