En el Estadio Monumental de Buenos Aires, se jugó una nueva versión del superclásico argentino, donde River Plate se impuso por 1-0 a Boca Juniors por la fecha 15 en un partido caliente que terminó con un violento y escandaloso final, donde se vieron implicados los dos planteles.
El cuadro millonario de Martín Demichelis quería dejar atrás la pésima imagen de Copa Libertadores, tras caer 5-1 ante Fluminense a mitad de semana. Es así, que el clásico le venía como anillo al dedo para sacarse todo lo malo y seguir en el primer puesto de la tabla de posiciones, lo que no se esperaban era la forma en como terminaría todo.
El primer tiempo fue de mucho roce, algo esperado para un partido de estas características, aunque el árbitro Darío Herrera no midió de la misma manera las faltas. Primero fue Rodrigo Aliendro, de River, quien recibió una amarilla muy cuestionada a los 3 minutos, y luego fue para Alan Varela de Boca. Así se fueron al descanso, con siete amonestados en total y poco juego mostrado.
En cuanto a lo futbolístico, River fue ganando el mediocampo y encontró espacios para desplegar su juego en ataque con un peligroso Nacho Fernández, mientras que el Xeneize no logró patear al arco, se dedicó más a defender y sus laterales Advíncula y Barco pasaban poco.
El complemento se inició con un conjunto de Almirón más adelantado, lo que generó espacios para un encuentro más emotivo. El local tuvo la más clara con un tiro al palo del ingresado Pablo Solari tras un desvío en Valentini, pero el gol no caía.
Cuando el partido terminaba, apareció nuevamente Solari en el área y Agustín Sández le cometió una dudosa falta. Sin consultar al VAR, Herrera dio el penal que a los 47, Miguel Borja, cambió por gol que terminó por desencadenar la trifulca. Agustín Palavecino corrió a celebrar y le gritó el gol en la cara de Nicolás Figal, que provocaría una pelea entre ambos equipos, que incluyó patadas, combos (que no vio el VAR), pero si la televisión, empujones, etc. Una locura que no se veía hace años.
El saldo del escándalo fueron tres expulsados en River y cuatro en Boca Juniors, incluido su técnico Miguel Almirón, jugando los últimos minutos de adición ocho hombres contra diez.
Por Ignacio Soto Bascuñán