El mercado laboral está mostrando señales mixtas. Por un lado, la encuesta de empleo del INE mostró que en el trimestre diciembre-febrero de 2024 se crearon 279.446 puestos de trabajo, lo que se traduce en un alza anual de 3,1%, la mayor desde trimestre noviembre 2022-enero 2023. De ese total, el empleo asalariado formal en el sector privado explicó el 52,5% de la creación anual de puestos de trabajo.

Pero otras cifras no muestran necesariamente esa recuperación del empleo. Uno de ellos es el informe mensual que publica la Dirección del Trabajo sobre causales de despidos. De todas las causales, la que más miran los economistas es la de despidos por necesidad de la empresa, ya que refleja la situación económica que tienen las firmas.

De acuerdo esta estadísticas, en febrero llegaron a 34.872, lo que se traduce en un alza de 21,9% anual, siendo, además, el mayor aumento desde fines de 2022. Ahora, si compara con enero, hay una baja de 32,5% (51.648 en el primer mes del año) y es también el menor número desde septiembre de 2023 cuando hubo 33.488. De todas formas, es habitual que en febrero se registre un número menor de despidos que en enero, de acuerdo a la serie publicada por la Dirección del Trabajo.

Si se considera el acumulado de los dos primeros meses de este 2024 suman 86.520, siendo el mayor número para el mismo período desde 2020 cuando entre enero y febrero hubo 199.444 despidos por necesidad de la empresa.

¿Cómo se relacionan las cifras de la encuesta de empleo con estos despidos por necesidad de la empresa? Juan Bravo, director del Observatorio del Contexto Económico de la Universidad Diego Portales (OCEC-UDP) sostiene que si bien los últimos datos para el mercado laboral del INE mostraron una mejoría “eso no significa que éste no siga debilitado. Estamos mejor que el año pasado, pero hay varias cifras que nos recuerdan que aún falta mucho por avanzar”.

El analista del mercado laboral acota que “el crecimiento anual de despidos por necesidad de la empresa persiste y se ha acelerado en los últimos 2 meses, los avisos laborales siguen mostrando fuertes caídas y los registros administrativos de cotizantes dependientes de AFP continúan mostrando disminuciones anuales”.

Carmen Cifuentes, economista de Clapes UC puntualiza que “estas cifras indican que debemos mirar con cautela los datos del Instituto Nacional de Estadísticas, que son más optimistas. Debemos recordar que éstos se obtienen a partir de una encuesta, mientras que los datos de las Dirección del Trabajo provienen de registros administrativos. Por tanto, éstos últimos muestran el panorama del empleo formal en el sector privado con mayor precisión”.

Otra mirada entrega la economista de LyD, Soledad Monge, quien afirma que “es habitual que los despidos disminuyan en febrero con respecto a enero, por lo que esta cifra no debiera mirarse como una mejora evidente del mercado laboral. El alza en 12 meses, continúa siendo significativa, debido a que el mercado del trabajo continúa ajustándose levemente”.

Recuperación paulatina

Para los economistas, esta cifra no cambia la perspectiva de que el mercado laboral deberá seguir recuperándose de manera paulatina, pero estará sujeta a riesgos como la implementación de la reducción de la jornada laboral de 40 horas, que este año comienza con una rebaja de la jornada de 45 a 44 horas.

En ese contexto, Bravo subraya que “la recuperación del mercado laboral será paulatina, en ningún caso veremos mejorías abruptas. Esto, porque si bien este año creceremos más que en 2023, de todos modos, el crecimiento económico será bajo y además aún tenemos un elevado grado de presión laboral, por lo que la generación de empleo asalariado formal en el sector privado repuntará gradualmente”.

Cifuentes suma argumentos para mantener la cautela sobre la evolución del empleo: “Esta cifra indica que las debilidades en el empleo privado persisten, y esto es visible, por ejemplo, en sectores asociados a la industria de la construcción. Por tanto, es importante, por un lado, mirar con cautela las cifras del INE, y, por otro lado, monitorear otros indicadores de la situación del empleo formal en el sector privado que provengan de registros administrativos, como, por ejemplo, la evolución de los cotizantes del seguro de cesantía”.

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