Tras las intentas precipitaciones que dejó la tormenta mediterránea Daniel –en el este de Libia– durante toda esta semana se han movilizado los rescatistas que continúan escarbando en el lodo y entre los escombros de los edificios caídos en busca de cadáveres y posibles sobrevivientes.

Una semana después del inicio de la tormenta la cifra de fallecidos supera las 11 mil personas y más de 10 mil personas siguen desaparecidas. Además, alrededor de 34.000 personas se han visto desplazadas.

El epicentro de las inundaciones tuvo lugar en la cuarta ciudad más grande de Libia: Derna. Esta zona recibió el impacto del colapso de las dos represas que estallaron tras las lluvias. Los muros de contención cedieron y más de 33 millones de litros de agua arrasaron con el centro de la ciudad, arrastrando edificios residenciales y puentes a su paso.

El alcalde de la ciudad, Abdulmenam al Gaizi, indicó que hay enormes daños registrados en varios barrios de Derna, que ha sufrido la destrucción del 25% de la ciudad.

Es por esto, que el fiscal general, Al Sediq al-Sour, anunció que la fiscalía investigará el colapso de las dos represas –que se construyeron en la década de 1970– además de la asignación de fondos para su mantenimiento. Se investigará a las autoridades de la ciudad, así como a los gobiernos previos, agregó.

Le aseguro a los ciudadanos que, quienquiera que haya cometido errores o negligencias, la fiscalía tomará medidas firmes y presentará una causa penal en su contra y lo juzgará”, afirmó en una conferencia de prensa en Derna el viernes por la noche.

La ejecución de la investigación no está clara en un país que se sumió en el caos después de la revuelta popular, respaldada por la OTAN, que derrocó al dictador Moamar Gadafi en 2011. Durante gran parte de la última década, Libia ha estado dividida entre gobiernos rivales — uno en el este y otro en el oeste — que están apoyados por poderosas milicias y patrocinadores internacionales.

Jalel Harchaoui, experto en Libia del Real Instituto de Servicios para Estudios de Defensa y Seguridad, con sede en Londres, dijo que una pesquisa podría plantear “un desafío único” para las autoridades judiciales, ya que podría llegar a los niveles más altos del liderazgo en el este y el oeste.

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