«Lo que no te mata te hace más fuerte». Pocas idioteces se han dicho a lo largo de la historia de la humanidad tan grandes como esta. ‘Reglas’ que se aplican a determinadas situaciones específicas no deberían tomarse como dogma para un estilo de vida. Es cierto que tener durante unos meses un jefe horrible al inicio de nuestra vida laboral puede darnos perspectiva en los trabajos futuros, o pasar una mala racha económica puede hacer que apreciemos más los momentos en los que tengamos cierta seguridad financiera.

Pero en lo que respecta a la salud, lo que no te mata a veces te hace más débil y por si eso fuera poco, en determinadas ocasiones, productos que supuestamente nos ‘hacen más fuertes’ de inicio pueden suponer un riesgo para la salud. Ese, por desgracia, es el caso del jengibre, que, a pesar de contar con algunas buenas propiedades, tiene sus riesgos, sobre todo si lo mezclamos con otros medicamentos.

| «Se ha demostrado que, en casos raros, el jengibre puede producir sangrados»

Ana Sánchez (nombre inventado) me cuenta durante una cena la molesta situación que vivió el fin de semana pasado en una despedida de soltera de una amiga. Llegó el jueves por la tarde y, junto a sus amigas, cenaron y se tomaron unas copas de más. Sabiendo que «a la mañana siguiente tendría una gran resaca, me tomé una aspirina antes de dormir; y cuando me levanté, otra». En el pack que el grupo había contratado, se incluían masajes, tardes de baños termales y también desayunos sanos: «Cleansing los llamaban». Tras ducharse se dirigió al desayuno, donde se tomó un chupito de jengibre. Fue ahí donde el problema comenzó.

Ana, en ese momento, tenía el periodo, y poco después de su saludable desayuno se hizo notar un gran dolor en sus gónadas, junto a una acentuación del sangrado propio de ese momento del ciclo menstrual. Ana me comentó que el problema fue tan grave que dio por finalizado el fin de semana el propio viernes, volviendo a Madrid y personándose en urgencias.

El jengibre, en situaciones normales, es lo que consideramos un ‘superalimento’. Dicho de otro modo, es un producto cuyas características nutritivas son remarcables, al mismo tiempo que añade a nuestro organismo moléculas beneficiosas difíciles de obtener, como puede ser el caso de raras vitaminas o minerales, o los famosos antioxidantes.

Diversos estudios han probado que (como su propio nombre indica) es un alimento rico en ‘gingerol’, una molécula similar a la capsaicina (lo que le da el picor a los pimientos), que está demostrado que tiene un efecto antiinflamatorio al mismo tiempo que antioxidante. Esto significa, recalcan los trabajos científicos, que es capaz de luchar contra el estrés oxidativo que amenaza nuestras células. Sus efectos beneficiosos se han probado para luchar contra ciertos tipos de enfermedades o desagradables procesos fisiológicos como las náuseas, los niveles excesivos de azúcar en sangre de pacientes de diabetes tipo 2 o el dolor producido por la osteoartritis.

Pero también tiene sus lados negativos. Diversos estudios y casos de estudio clínico han demostrado que uno de los efectos secundarios del poder antiinflamatorio del jengibre es la disminución de la capacidad de coagulación que tiene nuestra sangre. Esto se suma a las interacciones que el jengibre puede tener con otros medicamentos que, del mismo modo, ayudan a que nuestra sangre fluya mejor y que, en determinados casos, pueden provocar problemas de salud, al provocar sangrados o dificultar que los existentes cesen o, al menos, disminuyan.

Diversas autoridades médicas avisan de la interacción entre el jengibre y la aspirina: «Es necesario consultar a un médico antes de tomar jengibre junto con aspirina. Se ha demostrado que, en casos raros, el superalimento puede producir sangrados, y consumirlo junto a otras medicaciones que también pueden tener estos efectos secundarios aumenta el riesgo de que esto ocurra». Además, los expertos avisan de que «debemos buscar atención médica inmediata si experimentamos cualquier sangrado inusual o alguno de los síntomas asociados, como mareos, heces rojas o negras, toser o esputar sangre, dolor severo de cabeza o debilidad».

Estas interacciones, además, también se suman a los medicamentos que provocan una disminución de la coagulación, no como efecto secundario (que es el caso de la aspirina), sino como su objetivo principal, como es el caso de la heparina. Del mismo modo, en diversos foros médicos y estudios se recomienda encarecidamente detener el consumo de jengibre hasta 14 días antes de una operación quirúrgica, dado que el control de la coagulación es esencial para evitar complicaciones quirúrgicas.

A pesar de todo esto, mientras estemos sanos, en condiciones normales, el jengibre puede aportarnos grandes beneficios para la salud. Todo es tener en cuenta que no todo lo ‘bueno’ es bueno todo el tiempo.

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