Antes que todo, el senador Manuel José Ossandón pone límites a lo que puede o no decir respecto a los anuncios que han surgido desde la oposición en cuanto a acusar constitucionalmente a los ministros Giorgio Jackson, de Desarrollo Social, y Carlos Montes, de Vivienda, por el llamado “Caso Convenios”: “Nosotros no podemos manifestarnos por acusaciones constitucionales, es un tema de los diputados, porque nosotros somos jueces. No es que no existan las acusaciones constitucionales, sino que para mí tiene que ser una cuestión muy seria, porque se han usado políticamente, hace muchos años, y creo que han destruido el sistema”.

“Pero otra cosa —agregó— es reconocer que aquel daño que estamos sufriendo es hacia la democracia, a la confianza. ¿De qué vamos a hablar hoy, objetivamente, de un pacto fiscal, y resulta que sale todos los días cómo se están robando la plata los mismos que hicieron una tremenda campaña, de que eran los transformadores de la política? Ellos generaron un ambiente y una forma de hacer política que llegaron al Gobierno mintiendo”.

Las declaraciones las hizo la mañana de este miércoles, en ADN Hoy. Y con los últimos antecedentes conocidos del escándalo del norte, que implicó el traspaso de $426 millones desde la Secretaría Regional Ministerial (Seremi) de Vivienda de Antofagasta a la fundación Democracia Viva, con la diputada Catalina Pérez, extimonel de Revolución Democrática, como factor común de las entidades, dijo Ossandón: “Parece que están cayendo todos, porque era una forma de operar”.

Pero el histórico alcalde de Puente Alto fue incluso más allá, apuntando incluso al alicaído estado de las confianzas en las instituciones:

“El Frente Amplio construyó un relato en contra de todos los políticos: si defendías la transición, amabas la dictadura; si llamabas a cuidar a los carabineros, eras un violador a los derechos humanos; si defendías a la familia, eras un discriminador de las minorías; si perseguías al terrorismo, eras opresor del mundo indígena; si defendías la iniciativa privada, eras un vendido a los empresarios; si aplaudías el éxito personal, eras un abusador; si estabas en contra de la reforma tributaria, eras un enemigo del pueblo (…) Eso ha creado un ambiente de desconfianza, de mala leche, con argumentos, que está destruyendo el sistema”.

Factores todos para avanzar o estancarse en lo político, en la forma de hacer la política: por ejemplo, la reforma previsional, que es “un deber moral”, como citó el senador al Presidente Boric, y uno de los motivos del estallido, “y aquí hay que llegar a un acuerdo, pero eso se hace cuando conversas y confías en que el de en frente va a cumplir”.

El mensaje a su sector fue que “tenemos que estar dispuestos a ceder, sino sería un diálogo de sordos. Primero, decirle a los de mi sector: aquí hay que ceder, estar dispuestos, pero para los dos lados. Cuando ves al ministro Marcel muy dubitativo y le echa la culpa a la reforma tributaria de todas las promesas que hicieron en la campaña, eso corta cualquier conversación”.

Así las cosas, coincide en que el país necesita un nuevo pacto fiscal “a mediano y largo plazo, pero con énfasis en el crecimiento. Y si hay crecimiento, se suben los impuestos. Nadie está contra eso”.

“El ministro Marcel va a tener las puertas abiertas, pero seamos objetivos: mientras exista un escándalo que cada día sale una nueva forma de operar, de los baladíes y de los puros que iban a cambiar la política…”, advirtió, antes de atar algunos nudos para que las conversaciones entre el Gobierno y la oposición prosperen:

“Ahora tienen que ser firme en el tema de transparencia y reconocer los errores. Jackson tiene que irse, si es un dolor de cabeza para el Presidente. Si es el gestor, el cerebro de todo esto”.

Así las cosas, coincide en que el país necesita un nuevo pacto fiscal “a mediano y largo plazo, pero con énfasis en el crecimiento. Y si hay crecimiento, se suben los impuestos. Nadie está contra eso”.

“El ministro Marcel va a tener las puertas abiertas, pero seamos objetivos: mientras exista un escándalo que cada día sale una nueva forma de operar, de los baladíes y de los puros que iban a cambiar la política…”, advirtió, antes de atar algunos nudos para que las conversaciones entre el Gobierno y la oposición prosperen:

“Ahora tienen que ser firme en el tema de transparencia y reconocer los errores. Jackson tiene que irse, si es un dolor de cabeza para el Presidente. Si es el gestor, el cerebro de todo esto”.

¿Es acusarlo? “Yo no estoy diciendo que haya que acusarlo constitucionalmente. Él es una piedra para el Presidente hoy, es una piedra para sentarse a negociar con muchos parlamentarios. En la centroizquierda no lo pueden ver, porque los denostó. Yo estoy haciendo un juicio político: si Jackson quiere ser leal con su Presidente y su proyecto, se tiene que dar cuenta que hoy, porque… Los vas a acusar constitucionalmente, ¿de qué? No estoy diciendo que esté metido en las fundaciones o que se haya robado la plata. Porque una forma de hacer política, de destruir la democracia… Si hoy lo que está en peligro es la democracia (…) Cuando en el equipo político tienes a una persona que tu contraparte no puede ver, es un problema”.

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