El pasado 28 de abril, Santiago y la zona central del país recibieron las primeras lluvias del año. Aunque las proyecciones metereológicas apuntaban a un evento de 30 mm, que luego fue corregido a menos de 20 mm, finalmente, según los registros de la Dirección Meteorológica de Chile (DMC), la capital recibió menos de 10 mm.

La estación Quinta Normal solo registró 8,6 mm, lejos de los 28,9 mm que se habían registrado a igual fecha en 2022, con un déficit de precipitaciones para la capital de 69%.

Las lluvias de fines de abril, y la inminente llegada del Fenómeno de El Niño, alentaron la esperanza de que al fin 2023 sea un año más cerca de los normal en términos de precipitaciones, pues esta condición climática que normalmente favorece las lluvias en la zona central del país.

Pero nada de eso ha ocurrido hasta hoy. De hecho, 2023 ha estado marcado por varios récords de temperaturas. Febrero y marzo han sido los “febrero” y “marzo” más calurosos en Santiago y la zona central desde que hay registros, y el inicio de abril también estuvo regido por varios récords.

Las altas temperaturas se han extenido por tantas semanas, que literalmente el verano se ha extendido por cinco meses.

Todos estos registros han elevado al 2023 como el inicio de año más caluroso en la historia de la capital.

Estas son las probabilidades de lluvias para Santiago en mayo

Y las noticias siguen sin ser muy alentadoras. Hasta ahora no hay indicios del avance de algún sistema frontal desde la zona sur del país, y la proyección meteorológica del European Centre for Medium-Range Weather Forecasts (ECMWF), no muestra lluvias en el horizonte para las próximas semanas.

La zona de color café marcan una anomalía de precipitaciones, la que es más pronunciada a lo que se esperaba para esta fecha del año, según la proyección más reciente del modelo climático del ECMW.

Esta anomalía abarca desde la Región de Aysén al norte, hasta hasta la Región de La Araucanía, e incluso por la zona cordillerana y precordillerana del Biobío al Maule. La costa del Biobío también está con registros de hasta 50 mm más bajos que en un periodo normal.

El déficit de lluvias previsto para esta parte del país se asociaría a la presencia de las altas presiones, que se extenderían por prácticamente todo Chile, dejando apenas un espacio para que los frentes alcancen las zonas más centrales del país.

La proyección es coincidente con el último informe trimestral de la Dirección Meteorológica de Chile (DMC) para abril, mayo y junio. Aunque el documento señala que el Fenómeno de El Niño podría llegar en los próximos meses, por ahora la zona centro-sur seguirá “seca” con pocas precipitaciones, mañanas más frías y tardes más cálidas entre Santiago y Puerto Montt.

Pero tras este caluroso y seco inicio de año, por fin se abre una pequeña esperanza para las primeras precipitaciones del año.

De acuerdo a la proyección del portal especializado Meteored, Santiago y gran parte de la zona central no recibiría lluvias en los próximos 14 días.

La proyección meteorológica para Santiago según el portal Meteored

La mayoría de estos sitios utilizan dos modelos metereológicos: el europeo, cuya sigla es ECMWF (European Centre for Medium-Range Weather Forecasts) y el de Estados Unidos, llamado Sistema Global de Predicción (GFS, por sus siglas en inglés) y que es administrado por la NOAA.

Llegada de El Niño abre esperanza a más lluvias en invierno

Después de tres inusuales años consecutivos con la presencia del fenómeno de La Niña (2020, 2021 y 2022), climatólogos y meteorólogos decretaron oficialmente el término de su presencia en el planeta.

La Niña tenía un efecto moderador en las temperaturas, pero si se desarrolla El Niño, como la mayoría de los pronósticos sugieren, este 2023 será no solo en Chile, sino a nivel global, uno de los años más cálidos de la historia.

Es más, las últimas predicciones del fenómeno de El Niño establecen que será un evento intenso, lo que significaría temperaturas globales récord en 2023 y 2024, acercando a la Tierra a un umbral de calentamiento cada vez más cercano al advertido por científicos. En el corto y mediano plazo, se pronostica que el fenómeno dará paso a una fase cálida de las aguas del Pacífico ecuatorial en los próximos meses.

“Si bien quedan varios meses para el invierno, por lo que cualquier proyección debería tomarse con cautela, lo más probable es que el próximo invierno esté marcado por el desarrollo de El Niño”, señaló Raúl Cordero, climatólogo de la U. de Santiago.

El poder de El Niño en las lluvias para Santiago y la zona central

Cordero explicó que El Niño suele empujar las precipitaciones al alza durante el invierno en Chile. “Esto significa, que existe la probabilidad de que este año no sea tan seco en la zona central de Chile como los tres anteriores, que estuvieron marcados por La Niña. Aunque, debido a la influencia del cambio climático, es dificil esperar que este sea un año lluvioso”.

Algunos científicos apuntan que el aumento de la concentración de los gases efecto invernadero, GEI, tiene un peso relativamente más significativo en las tendencias del aumento de la temperaturas, olas de calor, incendios y otros fenómenos adversos que El Niño o La Niña.

Eso implica que El Niño está teniendo menos peso en un mundo cada vez más cálido, y en el caso particular del Chile, en menos lluvias, como ocurría en décadas anteriores.

Respecto a la intensidad de El Niño, “los modelos que se emplean usualmente para la proyección, muestran aún una gran dispersión. Esto significa que, aunque lo más probable es que El Niño se desarrolle, no tenemos certeza de cuál podría ser su intensidad. Es decir, aún no sabemos si se tratará de un evento débil o si se tratará de un súper Niño o Niño Godzilla, como el registrado por última vez en 2015″, agregó el climatólogo.

Un prolongado verano

Cordero explicó que en efecto, el verano se ha estado extendiendo, en términos de temperaturas, en todo el mundo.

“En Santiago, los tres meses de verano correspondían al período en que la temperatura máxima diaria superaba de forma sistemática los 28°C. Ese período en las últimas décadas se ha alargado. Y ahora se inicia dos semanas antes, es decir, a fines de noviembre, y termina casi tres semanas después, a fines de marzo. Esto significa que en promedio el verano se ha alargado casi un mes devorando las temporadas de primavera y otoño”, señaló el climatólogo.

Este último verano fue extraordinario en términos de temperatura. “Las temperaturas máximas diarias en Santiago comenzaron a superar en forma sistemática los 28°C a mediados de noviembre y aún continúan haciéndolo. La última semana, el promedio de temperaturas máximas en Santiago ha sido superior a los 31°C. Debido al calentamiento global, en términos de temperatura, las estaciones intermedias como la primavera y el otoño son cada vez más cortas“, añadió Cordero.

Pero no solo marzo fue extraordinariamente cálido. Recientemente, Chile central completó el semestre más cálido jamás registrado. En Santiago el período entre el 1 de octubre de 2022 y el 31 de marzo de 2023 correspondió al semestre más caluroso.

Aunque el calentamiento global está empujando las temperaturas al alza desde hace décadas, durante los últimos tres años se habían registrado poco récords de temperatura en la zona central y en el norte del país. “Probablemente La Niña que se mantuvo presente en el Pacífico durante los últimos tres años, haya contribuido a moderar las temperaturas”, dice Cordero.

Es probable que el fin de La Niña y la rápida transición a El Niño, esté empujado las temperaturas al alza, sumándose al efecto del calentamiento global. La rápida transición a El Niño ayuda a entender las extraordinarias temperaturas de los últimos meses, agregó.

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