Hace poco menos de un año la economía era la principal amenaza para las intenciones reeleccionistas de Joe Biden, con una inflación descontrolada como pocas veces había tenido Estados Unidos. Ahora la economía es, por el contrario, la principal arma que desenfunda el presidente estadounidense para la campaña electoral del año que viene, luego de haber controlado el aumento de precios y llevarlo a un 3% anual, el punto más bajo desde 2012.

Desde hace un mes el mandatario visita una vez a la semana alguna ciudad norteamericana para realizar actos bajo el lema “Bidenomics”. Esta estrategia busca mostrar al presidente demócrata como el hombre que da certezas sobre la economía pero con una mirada social y que contempla más a los de abajo que a los de arriba. Así al menos lo plantea el gobierno.

“Asumí el cargo decidido a cambiar la dirección económica de este país, a pasar de política económica del ‘derrame’ a lo que todos en el Wall Street Journal y el Financial Times comenzaron a llamar ‘Bidenomics’”, dijo el presidente en su primera presentación de esta gira que esta semana lo llevará el viernes a Maine.

“No se me ocurrió a mi el nombre”, dijo el mandatario en Chicago en la primera presentación de ‘Bidenomics’ hace un mes.

‘Bidenomics’ versus ‘Reaganomics’

¿Cómo nació el término? El primero que lo usó fue Edward Luce, editor y columnista del Financial Times desde EEUU en un artículo publicado en plena campaña electoral de 2020: “La lógica de Bidenomics es simple. Estados Unidos está en medio de una crisis nacional. Su infraestructura ya no es de primer mundo, y el desempleo está en un pico generacional. Parece un buen momento para entrar en el siglo XXI con la ‘mayor movilización de inversiones públicas’ desde la Segunda Guerra Mundial, como dice la campaña de Biden”.

Pocas semanas después ese término también lo usó Jay Starrkman de The Wall Street Journal en una columna titulada “Bidenomics puede repetir el error de Franklin Delano Roosevelt”, al señalar que las propuestas fiscales que hacía el entonces candidato a presidente Biden incluían el riesgo de poder “hundir una economía en recuperación de nuevo en una depresión”.

Tres años después la economía no solo no cayó en una depresión sino que por el contrario la administración de Biden se vanagloria de haber agregado 13,2 millones de empleos durante su gestión.

La idea de usar el apellido del presidente para hablar de sus planes (el Obamacare, por ejemplo para hablar de la reforma de salud) o de un modelo económico, no es algo novedoso. En los 90 se habló de “Clintonomics”, para graficar un ciclo que logró un récord de expansión económica.

Sin embargo, el gran ejemplo utilizado en la política económica estadounidense es el “Reaganomics”. Y es justamente de los planes de Ronald Reagan que Biden quiere diferenciarse.

Para el presidente republicano que gobernó EEUU entre 1981 y 1989, el Estado debía ser lo más ‘chico’ posible. Por el contrario Biden ha realizado grandes inversiones públicas y promete más en energía verde e infraestructura. Además cuestiona la lógica de la que realidad de la clase media trabajadora va a mejorar solo con la teoría del derrame, es decir, que solo con que la economía crezca eso va a derramar sobre toda la población.

Biden cuestiona esa política, a la que llama “neoliberal” y en especial la desregulación y la quita de impuestos a los más ricos. Así lo hizo en el primer acto de esta gira en Chicago, donde señaló que su política “tiene raíces en invertir en Estados Unidos, invertir en los estadounidenses”. “Cuando invertimos en nuestra gente, fortalecemos a la clase media”, dijo Biden.

Esta semana Biden seguirá con esta gira con una visita a Maine y el gobierno en su conjunto defende sus propuestas. “‘Bidenomics’ se trata de asegurarnos de que construimos una economía que no deje a nadie atrás. El presidente está asegurándose, una vez más, de que construyamos una economía desde abajo hacia arriba. Desde el medio”, dijo este lunes la secretaria de prensa de la Casa Blanca Karine Jean-Pierre al explicar la política de económica del gobierno.

Los “logros” y las críticas

En estos más de dos años y medio de gobierno la administración demócrata aprobó leyes significativas en esta dirección de un estado más presente. Biden firmó el Plan de Rescate Estadounidense de USD 1.900 millones, la ley de reducción de la inflación y la ley de inversión en infraestructura y empleos, entre otros proyectos que refuerzan la presencia del estado, la regulación y el gasto público.

Todo ello, que es visto como logros por los demócratas, es también lo que más critican los conservadores. El gasto público no ha parado de crecer.

Los grupos más conservadores de los republicanos son los más críticos de la economía. Americans for Prosperity, el influyente grupo libertario, largó la semana pasada una campaña de avisos pagos en la que pega directamente en la línea de flotación de la política económica de Biden.

La campaña se llama “‘Bidenomics’ está rota” y en uno de los spots asegura que la estrategia del gobierno “ha hecho que la vida sea inasequible para los estadounidenses”.

“La inflación más alta en 40 años, los precios más altos de la gasolina y los costos de energía en el hogar. Las tasas de interés se duplican y las facturas de los alimentos están por las nubes”, dicen los conservadores en su aviso. “Cuando Biden se jacta de que la economía está prosperando, ¿usted le cree?”, se pregunta el narrador.

Del otro lado ven la realidad muy diferente. Admiten que la inflación alta del año pasado ha sido una gran debilidad, pero que fue producto de la postpandemia y las consecuencias de la invasión rusa a Ucrania. Y además, en los últimos días tienen buenas cifras para mostrar.

El último dato de inflación, divulgado el 12 de julio, mostró que Estados Unidos tuvo en los últimos 12 meses acumulados una inflación de 3%, la más baja desde 2012, aunque por encima aún del objetivo del 2% de la Reserva Federal.

“Cuando ve los datos, cuando ve que la inflación ha bajado en los últimos 12 meses, eso es importante. Eso es lo que han mostrado los datos. Eso mientras aumentan los salarios”, dijo la vocera presidencial este lunes ante cuestionamientos de los periodistas sobre las tasas de interés.

También este lunes la Casa Blanca emitió un comunicado que recoge varias notas de medios estadounidenses que muestran datos positivos sobre la economía. El más significativo es la decisión de Morgan Stanley de revisar al alza las estimaciones del PIB estadounidense a 1,9%, cuatro veces más que en su pronóstico anterior. Para el gobierno, esta decisión, ratifica el éxito de la Ley de Inversión en Infraestructura y Empleos de Biden por generar un “boom” en infraestructura.

Otro dato destacado por la Casa Blanca se basa en un informe del Wall Street Journal sobre cómo las personas de 25 a 54 años “están empleados o buscando trabajo a niveles no vistos desde 2002″.

El gobierno también valoró cómo la Ley de Reducción de la Inflación impusó “inversiones masivas” en la fabricación de baterías y vehículos eléctricos en todo el país con casi 80 instalaciones de energía limpia, lo que lleva a una inversión similar a la realizada en a los siete años anteriores juntos.

Si bien los analistas destacan estos logros económicos, son escépticos de que la gente los valore. “La clase media aún no siente los frutos de la agenda de Biden. Tiene aproximadamente un año para corregir eso”, escribió Luce, el padre involuntario del slogan de campaña de Biden, en otra columna en el Financial Times. “Si funcionará políticamente es una gran pregunta abierta”, agregó.

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