«No estamos solos, y las autoridades estadounidenses están encubriendo la evidencia». Las palabras provienen de un ex agente de inteligencia y no fueron dichas en un documental de dudosa procedencia o en alguna producción de un canal de cable, sino que en uno de los edificios más importantes de Estados Unidos: el Capitolio. Su emisor fue el mayor retirado de la Fuerza Aérea David Grusch, quien el miércoles compareció ante el Congreso para hablar sobre objetos voladores no identificados (ovnis).

Grusch, junto a otros dos oficiales en retiro, acudió a una sesión de la Subcomisión de Seguridad Nacional, Frontera y Asuntos Exteriores del Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes, donde durante cuatro horas fueron interrogados sobre los «Fenómenos Aéreos No Identificados» (UAP, por su sigla en inglés), término oficial acuñado por el Gobierno.

Aquí, bajo juramento, este ex agente de inteligencia compareció en el Capitolio como parte de esta sesión histórica. La expectativa era total, considerando que Grusch se había hecho famoso por decir en redes sociales y medios de comunicación que EE.UU. tiene «vehículos alienígenas intactos y parcialmente intactos».

En la audiencia, además, el ex uniformado aseguró que en estos operativos se pudo recuperar cuerpos de las naves estrelladas: «Los restos biológicos vinieron con algunas de estas recuperaciones», afirmó, y recalcó que «no eran humanos». El resto de la información, aseguró, la dará en «un ambiente cerrado», al ser información de inteligencia.

Esta declaración bajo juramento dio la vuelta al mundo y puso a David Grusch en las primeras planas. No obstante, no es primera vez que este militar consigue la atención mediática, siempre acompañada de dudosos comentarios que también le han valido críticas.

Trayectoria

David Grusch nació en 1987 en la ciudad de Pittsburgh, en Pensilvania. Con estudios universitarios de Física, ingresó a la Fuerza Aérea de Estados Unidos, donde sirvió como oficial de combate en Afganistán y también estuvo en otros países, según él mismo reveló.

También integró la Agencia Nacional de Inteligencia Geoespacial (NGA) y la Oficina Nacional de Reconocimiento (NRO). Como parte de esta última participó en el Grupo de Trabajo de Fenómenos Aéreos No Identificados entre 2019 y 2021 y fue codirector de análisis de UAP hasta julio de 2022.

En esa posición, Grusch comenzó a enviar informes a diversos congresistas en los que explicaba un supuesto proyecto secreto del Pentágono que data de décadas, en el cual se ha estado recogiendo fragmentos de naves. Asimismo, participó en un dudoso artículo del medio especializado de defensa The Debrief, donde remarcaba que «no estamos solos» en el universo, según informa El Español.

Luego vino la aparición en diversos medios de comunicación que le dieron fama y lo llevaron al Capitolio. Hoy, ya es una figura de alcance internacional.

Dudosa información

Pero la información entregada por David Grusch genera mucho escepticismo. Para empezar, él nunca afirmó haber visto los supuestos restos de ovnis o restos biológicos no humanos, ya que su información, aseguró, proviene de los documentos de inteligencia que pasaron por sus manos.

Asimismo, durante la audiencia evitó responder varias de las preguntas de los congresistas por ser «secretos de inteligencia» y aseguró que esa información la entregará en un ambiente privado. Sin embargo, durante semanas ha hablado sin parar en los medios.

También hay dudas sobre sus datos. Según informó el periodista del New York Post Steven Greenstreet, Grusch incluso dio una entrevista al diario francés Le Parisien como experto sobre la «campana de Hitler», un supuesto ovni de la época de la Segunda Guerra Mundial que también habría sido utilizado como máquina del tiempo.

A través de un largo hilo en sus redes sociales, Greenstreet acusó a David Grusch de mentir descaradamente y difundir información que incluso involucra a supuestos hombres lobo y duendes, rayando en la paranoia.

Y sus dichos también confundieron en el Capitolio. Según reportó la prensa estadounidense, la mayoría de los congresistas «parecían confusos, asombrados y escépticos», al punto que al fin de la audiencia la mayoría ya había dejado el recinto.

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