La Argentina no es el país de América latina que más acuerdos ha firmado con el Fondo Monetario Internacional (FMI), ni el que tiene el crédito actual más grande de la región.

Haití firmó 29, Colombia y Perú 27, mientras que la Argentina lleva 22 desde que se incorporó como miembro del organismo en 1956, más de una década después que el resto de la región.

Sin embargo, es el que peor se lleva con el organismo que conduce Kristalina Georgieva. Tampoco es una disputa nueva, pero cobró más importancia desde la explosión de la crisis del 2001, cuando el FMI primero apoyó al gobierno de Fernando De la Rúa con el “blindaje” y luego, cuando estaba a punto de caer por su debilidad política, lo dejó sin más desembolsos. Es una historia que se ha repetido una y otra vez.

Pero, ¿Es así de negativa la percepción sobre el FMI en el resto de los países latinoamericanos?

En principio, el vínculo entre el Fondo y los dos principales países de la región, Brasil y México, es bastante más distendido, por diferentes razones, como explicó el ex auditor del organismo para las Américas, Alejandro Werner.

Si la relación con Brasil y México con el FMI ha sido mejor que con la Argentina, ¿qué pasó entonces con los países de América latina más alejados de la órbita ideológica de Washington?

En particular, según contó Werner en el libro: La Argentina en el Fondo, la relación con la Bolivia de Evo Morales ha sido cordial, no tanto porque ese gobierno -y sus sucesores- hayan seguido las recetas del Fondo, pero sí porque tuvieron una actitud fiscal más prudente con el ahorro del excedente de sus recursos naturales, hasta la reciente crisis que derivó en un “corralito”.

En el caso de Nicaragua, el área técnica valoró las medidas que adoptó la dictadura de Daniel Ortega, al considerar que aquel Frente Sandinista revolucionario que subió al poder con las armas en 1979, cambió mucho su visión del mundo. Pese a esa coincidencia, el directorio del FMI se resistió a brindarle toda la ayuda cuando se produjo el Covid, por las flagrantes violaciones a los derechos humanos.

El directorio del FMI se resistió a brindarle al presidente Daniel Ortega toda la ayuda cuando se produjo el Covid, por las flagrantes violaciones a los derechos humanos (Europa Press)
El directorio del FMI se resistió a brindarle al presidente Daniel Ortega toda la ayuda cuando se produjo el Covid, por las flagrantes violaciones a los derechos humanos (Europa Press)

Por supuesto que, entre los países latinoamericanos socios del FMI, la situación más compleja ha sido con Venezuela, desde el ascenso de Hugo Chávez al poder. De hecho, Chávez amenazó con irse del organismo, pero luego le hicieron entender que esa ruptura podía provocarle una verdadera pesadilla sobre su de por sí complicada situación financiera externa.

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