La ejecución a tiros de tres médicos en Río de Janeiro, entre ellos el hermano de una diputada federal de izquierdas, sacudió la política brasileña y sembró un mar de sospechas sobre la motivación de este crimen “bárbaro” en una ciudad acostumbrada a la violencia.

El ataque ocurrió la última madrugada en un puesto de playa situado en la orla de Barra Tijuca, en la zona oeste de Río, y ha provocado la condena de numerosos líderes políticos de todo el arco ideológico, entre ellos del presidente Luiz Inácio Lula da Silva.

Entre las víctimas mortales figura Diego Ralf Bomfim, de 35 años, hermano de la diputada federal Sâmia Bomfim y cuñado del también diputado Glauber Braga, ambos del Partido Socialismo y Libertad (PSOL, izquierda).

También fallecieron Marcos de Andrade, director del Instituto de Ortopedia y Traumatología del Hospital de las Clínicas de la Facultad de Medicina de la Universidad de São Paulo (USP), y Perseu Ribeiro Almeida, ortopedista y traumatólogo especializado en cirugías en el pie y el tobillo.

Todos ellos venían de São Paulo y habían viajado a Río de Janeiro para asistir a un congreso internacional de ortopedia.

La Policía ha abierto una investigación para esclarecer la autoría y la motivación de este triple homicidio que ha causado un gran impacto en la prensa local y sobre el que han surgido un sinfín de interrogantes.

La principal línea de investigación valora la hipótesis de una “ejecución”, pues los sospechosos abrieron fuego y abandonaron la zona sin llevarse nada con ellos.

El ministro de Justicia, Flávio Dino, también ha insinuado, sin ofrecer detalles, la posibilidad de que se trate de un crimen de sesgo político, ante lo cual ordenó a la Policía Federal acompañar de cerca el caso.

“Dada la hipótesis de una relación con la actuación de dos parlamentarios federales, ordené a la Policía Federal seguir las investigaciones sobre la ejecución de los médicos en Río”, anunció en sus redes sociales.

En otro movimiento poco habitual, Dino envió al número dos del Ministerio de Justicia, Ricardo Cappelli, a Río para abordar el suceso con la cúpula de la Policía Federal y con el Gobierno regional.

La capital fluminense, que históricamente sufre altos índices de violencia en medio de los conflictos entre narcotraficantes y grupos paramilitares, fue el escenario de un asesinato de constatada motivación política en marzo de 2018, cuando la concejala Marielle Franco fue tiroteada junto a su chófer.

Aún hoy se desconoce la identidad de los autores intelectuales de la muerte de Franco.

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