Preso en Miami desde 2021, Álex Saab volvió ayer a Venezuela, recibido como héroe por Nicolás Maduro en el Palacio de Miraflores. El supuesto “testaferro” del régimen estaba acusado por delitos de lavado de activos, conspiración para delinquir, enriquecimiento ilícito, exportaciones e importaciones ficticias y estafa agravada. Tal expediente, sin embargo, fue finalmente ignorado luego de que Estados Unidos acordara con Venezuela un intercambio de prisioneros, en el que Saab valió por diez encarcelados en Caracas.

Alta operación de diplomacia, los observadores lo han visto como un triunfo del gobierno de Maduro, que pudo recuperar así al empresario colombo-venezolano, diplomático y hombre de confianza del líder del régimen. “Yo sabía que iba a llegar ese día. Yo sabía”, llegó a decirle Nicolás Maduro a Saab. Saab le respondió: “Pensé que me ibas a olvidar allá”, a lo que Maduro insistió: “jamás, jamás, ni en esta vida ni en todas las vidas que vengan”.

La liberación, que formó parte de un acuerdo con Washington, significo la vuelta a Estados Unidos de 10 norteamericanos presos: seis de ellos “detenidos injustamente” según el país norteamericano, además de la extradición de un criminal conocido como “Fat Leonard” y la liberación de 21 prisioneros políticos venezolanos.

Para la oposición colombiana, esto no cayó como una buena noticia. Uno de los primeros en reaccionar, sospechando de las intenciones tras la liberación de Saab, fue el expresidente colombiano Álvaro Uribe. “¡Será que la liberación de Saab garantiza el respeto de los derechos democráticos de María Corina Machado, para que no le impidan la validez de su candidatura presidencial y no le alteren el resultado de su posible elección!”, escribió en su cuenta de X.

Del mismo partido, Centro Democrático, la senadora María Fernanda Cabal tuiteó: “Mil razones, secretos e información no revelada que tiene el régimen de Maduro para aplaudir la llegada de Saab. ¿Cuánta información guarda el socio de Maduro?”.

En tanto, el exministro de Defensa de Colombia, Juan Carlos Pinzón, criticó directamente a Washington por el acuerdo. “Mala señal, muestra debilidad. Perjudica instituciones y democracia continental. Afecta liderazgo del presidente Joe Biden”, aseguró el que fue también embajador de Colombia en Estados Unidos.

Otro que representó a Colombia en Estados Unidos, Francisco Santos, indicó que la liberación de Saab es un triunfo, no solo para Maduro, pero para las dictaduras en general: “Ya saben a qué jugar: si secuestran gringos logran lo que quieren, alivio en sanciones y liberación de criminales. Eso hacía Israel y miren el resultado”.

En Estados Unidos tampoco vieron con buenos ojos el acuerdo Washington-Caracas. Uno de los primeros en manifestarse fue el congresista republicano Marco Rubio, que calificó el canje como una vergüenza. “El presidente Biden le ha otorgado otra concesión a Maduro con la liberación de Saab. Como hemos sido testigos a lo largo de esta administración, esto sólo incentivará a los tiranos del mundo a seguir teniendo a norteamericanos como rehenes”, escribió en un comunicado.

Desde el partido venezolano Vluntad Popular, donde están los opositores Leopoldo López y Juan Guaidó, celebraron la liberación de presos políticos venezolanos, pero lamentaron que el precio de esto fuera liberar a Saab. “Sin embargo, no podemos avalar de ninguna manera la liberación de Alex Saab, uno de los mayores responsables de la emergencia humanitaria y del saqueo a nuestro país. Saab no es un preso político, es un delincuente que ha causado un daño incalculable a nuestro país”, manifestó el partido en un comunicado.

La cadena venezolana Telesur divulgó imágenes de la llegada de Saab a Caracas, junto con su traslado al Palacio de Miraflores, donde fue recibido por Nicolás Maduro, y donde se realizó un acto para celebrar la vuelta del diplomático. En un comunicado, el gobierno venezolano aseguro: “El Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela celebra con júbilo la liberación y retorno a su patria de nuestro diplomático Alex Saab, injustamente secuestrado en una cárcel estadounidense. Hoy se rompe el eslabón de esta injusticia, que nos obliga a reafirmar la exigencia para que cese de forma definitiva el criminal bloqueo que Estados Unidos impone contra todo el pueblo venezolano”.

De origen colombiano, Álex Saab ha sido uno de los hombres más poderosos dentro de Venezuela, aún sin ocupar cargos públicos. En 2017 se le acusó de ser el testaferro de Nicolás Maduro, y tanta sería su importancia a ojos del Presidente, que este decidió suspender su presencia en las negociaciones con la oposición, a causa del caso en su contra.

Para 2016 la DEA ya lo estaba vigilando, ya que era sospechoso de lavado de dinero y otras actividades ilícitas. Muchas de sus empresas, como Asasi Food, Mulberry Proje Yatirim y Group Grand Limited, estaban inscritas en lugares como los Emiratos Árabes Unidos, Turquía y Hong Kong.

Con estas empresas, y usando un régimen de cambio especial, Saab habría sacado millones y millones de dólares de Venezuela. De hecho, a través de él, distintos países pudieron negociar intercambios con la nación petrolera, a pesar de las sanciones económicas que Estados Unidos ha aplicado sobre ella.

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